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El patrón de la vereda de Rosario: Central volvió a hacerse dueño del clásico rosarino jugando un partido inteligente y agrandó la buena racha con su rival

Central le tomó el tiempo a Newells, sabe como jugarle los partidos clásicos y casi siempre se los gana, por detalles como en la noche del domingo y con la inteligencia de conocer los caminos para destrabar estos especiales cotejos. Central jugó como debía, la lepra le faltó mayor osadía para aprovechar el control del trámite. Otra vez el canalla se hizo el patrón de la ciudad.

El primer tiempo comenzó con la tensión y la dinámica de un partido que prometía mucho, pero se fue deshilachando a medida que pasaron los minutos. Las discusiones, los empujones, las bravuconadas se hicieron presentes en el Coloso y ya no se jugó. El canalla ensució todo lo que pudo el encuentro, quizás ahí estuvo parte de su estrategia para sacar al rojinegro del partido.

Pancho González fue quien en los primeros minutos mantuvo preocupado a Damián Martínez, tanto que generó las más claras del partido. Y hasta el joven delantero gritó el primero gol, tras una gran atajada de Broun, sin embargo, el tanto quedó anulado por posición adelantada del jugador leproso.

Desde la izquierda, Newells asomaba más peligroso, Panchito tuvo otro remate que complicó a Broun y cuando cambiaron de sector, Brian Aguirre pudo con Damián Martínez, algo que no sucedió cuando encaró en la derecha a Sández. Por el lado de Central, Malcorra le puso pimienta al primer tiempo cada vez que fue a patear un córner. Y poco más. Un centro cruzado de Mallo que no llegó nadie a empujarla fue lo más claro.

En el complemento el cotejo no cambió demasiado, el ingreso de Coronel por Damián Martínez acomodó el fondo y a la Lepra se le hizo cada minuto más difícil. La historia se empezó a quebrar a los 12´ cuando Malcorra derroto a Macagno con remate cruzado, en una de las contadas veces que la visita se acerco al arco leproso. Central ganaba con el mínimo esfuerzo y Newells se lamentaba por el desgaste realizado que le permitió estar arriba en el marcador.

Desde el gol hasta el final del encuentro, Central volvió a trabajar el partido manejando los tiempos de las disputas verbales, la pelea y la poca propensión de jugarlo como pretendía Newells. La lepra tuvo el empate en un par de oportunidades, falló extrañamente Ramírez (de muy pobre desempeño) solo frente al arco y Broun le saco un gol increíble a Glavinovich en la puerta de su arco.

Para el final quedó tiempo para el festejo de Central que ganó con sus armas, esas que no lucen ni están emparentadas al juego bonito sino más con el uso de la estrategia para llevarse una victoria que agiganta su buena racha con la lepra. Russo se ha convertido en un verdadero técnico gana clásicos y para Larriera, más allá de sus justificativos, gastó gran parte de su crédito y su continuidad dependerá de cómo encauce con éxitos lo que queda del torneo. Era con Anselmi gritó un plateísta al final del partido en el Coloso y la verdad le asiste algo de razón, porque la comisión directiva de Newells parece ser le erro de nuevo al diagnóstico en la elección del entrenador, el tiempo dirá cuánta razón o no, tenía ese hincha en su grito del final del cotejo.

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