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La Cruzada de Pullaro: Bendición del Papa, guerra santa al narcotráfico y una proyección nacional atada a la gestión

Sergio Alcázar

“Me impresionó ver el sentido del gobierno como servicio”, señaló el Papa Francisco, por estos días sobre la gestión de Maximiliano Pullaro, el máximo representante de la iglesia católica le otorgó de esa manera su “bendición” a lo realizado por el radical desde su asunción como mandatario provincial. El gobernador santafesino a partir del 10 de diciembre del 2023 inició una particular “Cruzada” en busca de recuperar los territorios tomados por el narcotráfico en la ciudad de Rosario, para de esa manera devolverle a los rosarinos la tranquilidad que tanto reclaman.

El secreto para este arranque tan diligente del gobierno de Pullaro, hay que hallarlo en el respeto a ultranza de los objetivos trazados y enunciados prolijamente durante toda la campaña. El ex diputado provincial se “plantó con decisión” frente a un escenario por demás de complejo, no solo por la inseguridad reinante en Rosario sino por los inconvenientes que agregó a su mandato las desavenencias aportadas por Javier Milei por su nula propensión a cumplir con las coparticipaciones exigidas por los gobiernos provinciales.

El líder de “Evolución” mostró desde el preciso momento que ocupó el sillón del Brigadier López su compromiso con la gente, tanto en los hechos como en las palabras. Pullaro no cambio nunca su postura, sigue siendo el mismo dirigente que propiciaba el contacto permanente con los santafesinos durante cada acto de campaña, donde buscaba anoticiarse de sus problemas y necesidades en primera persona.

Maximiliano Pullaro obtuvo más de un millón de votos en las elecciones provinciales del 2023.

Tiempo atrás un reconocido “correligionario” rosarino supo compartir con este medio una personal sentencia sobre el gobernador en cuestión: “es el más peronista de los radicales” y con esa frase estableció un imaginario puente con la figura de Raúl Alfonsín, confesa guía espiritual y partidaria del ex ministro de Seguridad. Quizás en esa frase compartida a este portal radique el “secreto” de todas las fortalezas que le han permitido al gobernador santafesino poder construir con amplitud y solidez su carrera política. 

Lo realizado por el Ejecutivo provincial durante la lógica “luna de miel” que gozan todos los gobiernos en los primeros tiempos de gestión, le posibilitó a Pullaro empezar a darle cierta trazabilidad a su proyección nacional. “Una cosa lleva a la otra”, esa parece ser la hoja de ruta que manejan con cuidado desde el entorno del mandatario provincial, sobretodo en una época de bolsillos flacos en el escenario político nacional, con evidente escasez de buenos candidatos a mostrar por parte de las grandes estructuras partidarias. Por esa razón, no son pocos quienes dentro del electorado ven al radical como una esperanzadora luz al final del túnel para lo que viene.

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Pullaro desde el vamos, “levantó el guante” para hacerle frente a la violencia reinante en la ciudad de Rosario y sin titubeos emprendió una fuerte lucha contra las bandas del narcotráfico, la cual le valió varias amenazas de muerte contra su persona y hasta lo obligó a tener que alejar a su propia familia de la provincia para ponerla a salvo de los peligros existentes en la sociedad rosarina, a causa precisamente, de esas mafias que forman parte del negocio de la droga. “Cuando pateas un hormiguero, es lógico que haya una reacción como lo que está sucediendo en Rosario”, supo desasnarnos, un ex secretario de seguridad nacional, ante nuestra consulta sobre la situación actual de inseguridad en la provincia.    

El gobernador santafesino tomó muy enserio el compromiso de combatir el narcotráfico en su provincia.

En este tiempo de dificultosa economía nacional debido a una inflación impiadosa que todo lo dinamita y a un gobierno central que les ha declarado la guerra a las provincias, castigándolas con la quita permanente de recursos, el oficialismo de Santa Fe lejos de llorar por la crisis imperante, tomó la decisión de reacomodar sus gastos para así hacer frente al desafío asumido y profesado de generar un Estado que sea presente, austero y eficiente.

El mandamás provincial está dispuesto a cumplir con una promesa incumplida por otros gobiernos provinciales para que “cada persona que ingresa a la gestión con un cargo político, no termine después con su ingreso a la planta permanente” y que por las travesuras o picardías que incurren a veces algunos dirigentes, casi nunca se hicieron efectivas. El mandatario santafesino está dispuesto esta vez a cumplir a rajatabla con el juramento asumido de no ampliar durante su mandato la estructura del estado. “No podemos pretender que las cosas cambien si seguimos haciendo lo mismo”, solía decir Albert Einstein y lo que intenta hacer Pullaro en su gobierno parece ir en esa dirección.

Son momentos muy complejos para la Argentina, donde la realidad social se ha visto bastante distorsionada después de la irrupción de Javier Milei en la política debido a las continuas decisiones del gobierno nacional que han dejado al descubierto un componente de mala praxis en su gestión, el cual ha provocado un evidente deterioro en la calidad de vida en gran parte de la clase media y trabajadora. En ese terreno ríspido de creciente desencanto social empieza hacerse cada vez más evidente la exigencia de la gente por una oposición que, de una vez por todas, sea representativa y defensora de sus intereses.

Pullaro y Kicillof establecieron firmaron un acuerdo para asistir a Santa Fe en la lucha contra las mafias que integran el negocio de la droga.

El presente siempre estará atado con el futuro y aunque para el 2027 aún falta bastante tiempo, se empieza a vislumbrar como algunos gobernadores serán actores fundamentales en toda la historia por venir. La falta de diálogo y consenso que propicia el gobierno de Javier Milei ha logrado que muchos de los mandatarios provinciales comiencen a tener una fina sintonía, dandole forma a un necesario “sentido de unidad” para este crucial momento que atraviesa la Argentina y que se generó mas allá de las banderas partidarias que cada uno representa. “No los une el amor, sino el espanto”, hubiera dicho Jorge Luis Borges, tal vez, con su particular vision de la realidad.

Maximiliano Pullaro es precisamente, uno de esos nombres que se perfila en el concierto político nacional para tener muy en cuenta para los próximos tres años, cuando las urnas llamen a elegir nuevamente presidente. El gobernador entrega todas las señales de estar muy decidido a defender la causa de su provincia ante cualquier atropello que provenga del gobierno nacional. El dirigente radical forma parte de una difícil “cruzada” en su provincia y ese compromiso le ha valido para recibir la bendición del propio Papa Francisco. “Está muy confiado usted, lo felicito” le supo decir Mirtha Legrand al gobernador santafesino este último sábado y el mandatario se ha prodigado en su breve gestión en hacer “todos los deberes” como para poder estarlo…  

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