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El cura Pascual fue echado de la Iglesia tras varias denuncias por abuso sexual, aunque queda sujeto a que el fallo eclesiástico quede firme

El Tribunal Eclesiástico Bonaerense resolvió la expulsión y la excomunión del padre Manuel Pascual, alias “el tantito”, por denuncias de al menos media docena de religiosas que lo acusaron de abuso sexual y tras haber sido condenado a 12 años de prisión.

Luego de un proceso eclesiástico y en medio de denuncias de varias religiosas, el tribunal decidió la expulsión como cura y la excomunión de la iglesia católica del sacerdote, quien ya había sido condenado a doce años de prisión por el abuso sexual de dos religiosas. 

La sentencia del tribunal fue por el abuso sexual a seis religiosas -algunas aún lo son y otras no- que habían acudido al proceso canónico acusando al sacerdote, quien por ahora incluso permanece en libertad ya que el proceso penal que lo condenó aún no está firme.

La condena penal fue por los abusos cometidos a dos religiosas de la congregación Hermanas de San José, en el barrio porteño de Nuñez, ocurridos entre los años 2012 y 2016.

La condena fue dictada por el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N°3 y tras un pedido de pena del fiscal Andrés Madrea, quien había solicitado la pena de 15 años. 

En el veredicto, y según informó el Ministerio Público Fiscal de la Nación, los jueces consideraron a Pascual autor de los delitos de “abuso sexual gravemente ultrajante y con acceso carnal perpetrado de manera continuada” entre los años 2012 y 2016 y “abuso sexual gravemente ultrajante perpetrado de manera continuada” entre los años 2014 a 2016″.

En ambos casos, se trata de abusos agravados por haber sido ejecutados por un ministro de un culto reconocido. Ambas víctimas fueron querellantes en la causa.

Además, ordenaron que, una vez que la sentencia quede firme, se disponga la obtención y extracción del perfil genético del condenado para que sea remitido al Banco de Datos Genéticos, de acuerdo a la Ley N°26.879, que creó el Registro Nacional de Datos Genéticos vinculados a Delitos contra la Integridad Sexual.

El representante del Ministerio Público Fiscal consideró probado que el sacerdote, desde su rol de confesor y guía espiritual, se aprovechó de las distintas vulnerabilidades de las personas bajo su dirección y formación, para someterlas a diversas formas de violencia sexual.

Además, se pudo determinar que los abusos sexuales se extendieron a lo largo del tiempo y ocurrían durante charlas formativas, espirituales y confesionales, e incluso en medio de distintos sacramentos.

Los hechos ocurrieron entre 2014 y 2016 en uno de los casos, y entre 2012 y 2016 en el otro.

Las mujeres también denunciaron situaciones de violencia sexual ocurridas en un lugar denominado “La Ermita”, un campo en la localidad de Capitán Sarmiento donde se realizaban retiros espirituales y misas oficiados por el imputado.

El acusado era el fundador de la Congregación San José, además del director espiritual y confesor de las monjas que allí residían.

Durante el juicio también fueron escuchados los peritos forenses oficiales que abordaron a Pascual, incluida su propia perito de parte, quienes coincidieron en enumerar -en la estructura de su personalidad- evidentes “rasgos manipulatorios y narcisismo patológico, el enmascaramiento de conductas, la ocultación de conflictos pasivos/agresivos y también una inteligencia superior al promedio, como conflictos en el área psicosexual compatibles con conductas desajustadas”.

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