Acompañado por Bolsonaro, Trump brindó un fuerte discurso en el que se proclamó como el salvador de los Estados Unidos
El expresidente de los Estados Unidos Donald Trump se proclamó como el único capaz de salvar a Estados Unidos de los “belicistas” demócratas y de los “tontos” de su propio Partido Republicano, al hablar en un foro ultraconservador en el que el exmandatario Jair Bolsonaro advirtió que “su misión aún no ha terminado” en Brasil.
Entre ovaciones y aplausos, los expresidentes estadounidense y brasileño pronunciaron ayer discursos en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), en una localidad aledaña a Washington.
Como candidato a la nominación republicana para las elecciones de 2024, Trump no dejó títere con cabeza.
Estimó que Estados Unidos está de rodillas y que los estadounidenses deben librar “una lucha épica para rescatar” al “país de las personas que lo odian y quieren destruirlo por completo”, informó la agencia de noticias AFP.
“Teníamos un Partido Republicano que estaba gobernado por raros, neoconservadores, globalistas, fanáticos de una frontera abierta y tontos”, afirmó, mencionando por sus nombres a algunas personalidades republicanas.
En su opinión, los estadounidenses estaban cansados de “dinastías políticas arraigadas en ambos partidos, de intereses especiales podridos, de políticos amantes de China” y de partidarios de “guerras extranjeras interminables”.
“Vamos a tener una Tercera Guerra Mundial si algo no ocurre pronto”, advirtió Trump, quien desaprueba la ayuda militar estadounidense a Ucrania.
“Soy el único candidato que puede hacer esta promesa: evitaré la Tercera Guerra Mundial”, aseguró.
En casi dos horas de discurso hizo un repaso de sus temas recurrentes, como el resultado de las presidenciales de 2020 que perdió ante el presidente demócrata Joe Biden, y que él considera fraudulento.
Arremetió contra los fiscales de “izquierda radical” en un momento en el que podría ser llevado ante la justicia por las victimas del asalto al Capitolio cometido por sus simpatizantes en enero de 2021.
El expresidente se vanaglorió de haber deportado a decenas de miles de migrantes y de haber empezado a construir un muro en la frontera con México, parado por Biden, y que él promete ampliar si vuelve a la Casa Blanca.
Trump denunció “un caos total” en la frontera y acusó a varios países de “vaciar sus prisiones, manicomios e instituciones mentales y de enviar todos sus problemas directamente al vertedero: Estados Unidos”.
Cientos de miles de migrantes, en su inmensa mayoría latinoamericanos pobres, intentan cruzar la frontera con Estados Unidos en busca de una vida mejor o para huir de la violencia en sus países.
La convención conservadora contó con notorias ausencias como la del gobernador de Florida, Ron DeSantis, y del exvicepresidente Mike Pence, dos posibles contrincantes de cara a 2024, para evitar ser humillados por los seguidores a ultranza de Trump.
Su única rival declarada, Nikki Haley, lo vivió en carne propia el viernes, al ser interrumpida una y otra vez.
El movimiento de Trump “Make America Great Again” (MAGA, Haz a Estados Unidos Grande De Nuevo”) se adueñó de la CPAC.
Durante la convención la sala estuvo semivacía pero se llenó cuando Bolsonaro y Trump subieron al escenario.
“En 2016, declaré: soy tu voz. Hoy, agrego: soy tu guerrero, soy tu justicia. Y para aquellos que han sido agraviados y traicionados: soy tu venganza”, dijo Trump.
Antes que él se sucedieron varios panelistas que hicieron alarde de sus valores cristianos y condenaron los derechos de las personas transgénero.
La otra estrella de la CPAC fue Bolsonaro, quien afirma mantener una relación “excepcional” con Trump.
“En este momento doy gracias a Dios por mi segunda vida y también a él por la misión de ser presidente de la República por un mandato, pero siento, en el fondo, que esta misión aún no ha terminado”, afirmó ante un público que lo vitoreaba.
Su “segunda vida” empezó tras el apuñalamiento de 2018 que le dejó secuelas por las que tuvo que ser hospitalizado varias veces, una de ellas en Florida, en el sur de Estados Unidos, adonde llegó en diciembre, antes de la investidura de su sucesor izquierda, Luiz Inácio Lula da Silva.
Bolsonaro, de 67 años, volvió a quejarse de los resultados electorales.
“Tuve mucho más apoyo en 2022 que en 2018. No sé por qué los números mostraron lo contrario”, repitió Bolsonaro, que en febrero anunció su intención de volver “en las próximas semanas” a su país, donde las autoridades brasileñas investigan si instigó o no los asaltos de sus simpatizantes contra el palacio presidencial, el Congreso y la Corte Suprema el 8 de enero.
En un discurso salpicado por referencias a Dios y a la Biblia, Bolsonaro reiteró que cree haber hecho “un buen trabajo”. “Continúo fiel a nuestros principios, a nuestro lema, Dios, patria, familia y libertad”.