Doble parricidio: Del Río salió del penal para su primera audiencia preliminar
Martín Del Río, el presunto doble parricida detenido hace más de un año, tuvo este martes su primera audiencia preliminar de lo que será el futuro juicio por jurados donde se lo acusará de haber ejecutado a balazos a sus padres en agosto de 2022 dentro de un auto, en el garaje de su casa del partido bonaerense de Vicente López, informaron fuentes judiciales.
El menor de los hijos de las víctimas José Enrique Del Río (75) y María Mercedes Alonso (72) fue trasladado desde la Unidad 48 de San Martín del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) donde cumple su prisión preventiva, hasta el edificio judicial de la avenida Centenario 456 de San Isidro, donde funciona el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 7 de ese departamento judicial.
Fuentes judiciales indicaron que Del Río no pronunció este viernes ni una palabra ante la jueza María Coelho, que será la magistrada que dirigirá el debate ante un jurado popular en una fecha que aún no está estipulada y que podría ser tanto en 2024 como en 2025.
“No habló en toda la audiencia, ni le preguntaron los datos personales”, señaló a Télam una fuente judicial.
Según lo que pudo verse tras ser fotografiado en la sala y de acuerdo a las fuentes consultadas por Télam que estuvieron presentes en la audiencia, a tres días de haber cumplido 49 años, a Del Río se lo vio más delgado, con un prolijo corte de cabello, los lentes de siempre, serio, cabizbajo y con cierta preocupación en su rostro.
Vestido con una chomba azul marino con algunas rayas finas celestes, pantalón verde musgo y unos mocasines Crocs color ceniza y con suela de goma, Del Río entró a la sala esposado y se sentó junto a sus abogados particulares, Mónica Chirivin y Gastón Leonel Salamon.
Enfrente, estuvieron sentados Marcela Semería y Martín Gómez, dos de los tres fiscales de Vicente López que lo investigaron y llevaron a juicio como presunto autor de un “doble homicidio calificado por alevosía, por el vínculo, por criminis causa (matar para lograr la impunidad), y por el uso arma de fuego”.
Junto a los fiscales también estuvo el histórico abogado de la familia Del Río, Félix Linfante, quien en este proceso representa como particular damnificado al hermano mayor del imputado, Diego Del Río, quien si bien fue a la sede del TOC 7, como declarará como testigo, no participo de la audiencia ni se cruzó con su hermano, según confiaron las fuentes.
La de este martes fue la primera de una serie de audiencias preliminares de carácter netamente técnico, donde cada una de las partes expone su teoría del caso y en la que se depuran los testigos a convocar y la prueba que deberá incorporarse de manera oral, simplificada y sencilla para que la comprenda cada uno de los miembros del jurado popular que en el futuro juzgará al imputado.
Los voceros explicaron que al cabo de una hora, la jueza Coelho dispuso pasar a un cuarto intermedio y fijó para el 1 de marzo del año próximo, la segunda de las audiencias.
Del Río padre y su esposa Alonso aparecieron asesinados -él de tres balazos y ella de uno en el rostro-, el 25 de agosto de 2022 en el interior de su automóvil Mercedes Benz en el garaje de su mansión de la calle Melo 1.101 de Vicente López.
Si bien la empleada fue la primera detenida bajo la sospecha de actuar como “entregadora”, fue liberada por falta de pruebas y el 7 de septiembre de ese año los fiscales detuvieron al hijo menor del matrimonio, Martín, alias “Pato”, como supuesto autor de un doble parricidio.
La clave de la investigación fueron los videos de cámaras de seguridad, donde el hijo menor de las víctimas fue individualizado como el presunto asesino que, según la fiscalía, entre las 17.33 y las 18.30 del día anterior, 24 de agosto, cometió el doble homicidio ejecutando a sus padres desde el asiento trasero del auto con una pistola calibre 9 milímetros.
Es que Del Río fue reconocido por varias testigos como el “caminante encapuchado” que se ve desplazarse en distintas imágenes, en dirección al domicilio de las víctimas y luego alejarse del mismo, no solo por su contextura y conformación física sino en especial por su “modo de caminar”, con un defecto en su pierna izquierda que padece de chico, que no le permite seguir una línea recta y que motivó que en su familia lo apoden “Pato”.
Otras pruebas que lo incriminan son el hallazgo en el auto del acusado del control remoto de su padre que abría la puerta del garaje donde fueron hallados los cuerpos y de una bolsa de la inmobiliaria “Remax” idéntica a la que se ve portar al ” encapuchado” en los videos.
A su vez, su teléfono celular quedó prendido y geolocalizado en Núñez pero no tuvo actividad en el lapso de tiempo en el que el caminante va y vuelve desde ese barrio porteño a la casa de las víctimas.
Si bien se pensaba que el arma homicida había sido descartada -como sí sucedió con el DVR con las imágenes de las cámaras de la casa de las víctimas-, la pistola Bersa Mini Thunder 9 milímetros empleada en el doble crimen fue hallada en una caja fuerte de la casa del country San Diego de Moreno donde las víctimas pasaban los fines de semana y que fue secuestrada cuando la inspeccionó la Policía.
Para los fiscales, el móvil del doble parricidio fue económico y sobre ello, mencionaron en su requerimiento dos aspectos: por un lado, la frustrada operación inmobiliaria por la cual las víctimas pensaban que ese mismo día iban a mudarse a un lujoso departamento del edificio “Chateau Libertador” del barrio porteño de Núñez, que Del Río hijo nunca pudo concretar, y por el otro, que iban a descubrir los desmanejos financieros que había tenido en los negocios familiares, ya que él administraba los garajes, propiedades y vehículos de sus padres.