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Ecuador: Noboa asume la presidencia de con la seguridad y la economía como urgencias

El empresario Daniel Noboa asumirá el jueves la presidencia de Ecuador con el desafío urgente de atender la más compleja crisis de seguridad que vivió el país en su historia, buscar una salida a la cruda situación socio-económica y, en una crisis de último momento, resolver el faltante energético que obligó a todo el territorio a un esquema de cortes programados de luz, todo con un Parlamento en el que su bloque es minoría.

Ganador de la segunda vuelta del 15 de octubre, Noboa, de 35 años, será el presidente más joven de la historia de Ecuador pero no tendrá tiempo de celebrarlo, porque deberá abocarse de inmediato a atender una situación de inseguridad y de crisis económica que hizo que el país tenga récord de homicidios y altas cifras de desempleo, sobre todo si, como anunció, pretende buscar la reelección en 2025.

El empresario, líder de la coalición Acción Democrática Nacional (ADN), sólo estará 18 meses al frente del Palacio de Carondelet, porque únicamente completará el mandato del presidente en funciones, el conservador Guillermo Lasso.

“El primer dato a tomar en cuenta es que el Gobierno enfrenta una lógica de transición, por lo que será un gobierno atípico. Tendrá un año y medio hasta que complete el periodo. Y ahí juegan dos variables clave: uno, el tiempo; y la otra, la necesidad de solucionar lo urgente, los principales problemas”, evaluó Wilson Benavides, analista y magíster en Ciencias Políticas por Flacso.

Licenciado en Comunicación, además, de la Universidad Central de Ecuador, Benavides coincide con que “la cuestión central a resolver es la de la seguridad”.

“Somos uno de los países con ciudades entre las más violentas del mundo. Se estima que podríamos llegar en diciembre a 7000 asesinados en el año, cuando en agosto eran 4.200. Sería una cifra histórica”, advirtió el analista en declaraciones a Télam.

Ecuador afronta una guerra por el poder del narcotráfico entre varias bandas, algunas virtuales filiales locales de carteles mexicanos y colombianos.

Las organizaciones se disputan no sólo las calles de las principales ciudades, donde los homicidios se cuadruplicaron, sino también las cárceles.

Motines, choques entre grupos y rebeliones muestran que también los penales son centros de operaciones y campos de batalla, al punto que desde febrero de 2021 ya fueron asesinados 460 reclusos.

Durante la gestión de Lasso, el dictado del estado de excepción y los operativos en los penales fueron una constante.

Otra cuestión de relevancia es la deuda externa, porque al futuro mandatario le tocarán pagos por más de 5.000 millones de dólares.

El endeudamiento total del país es de 75.227 millones de dólares, según cifras oficiales, lo que equivale al 62% del Producto Interno Bruto (PIB), una cifra algo menor al 71% que representaba cuando asumió Lasso.

En una reciente gira por Estados Unidos, Noboa admitió ante bancos de inversión y organismos internacionales que Ecuador podría caer en default entre 2026 y 2027 por los altos pagos que debe encarar.

El riesgo país subió de los 1.749 del 6 de noviembre a los 1.993 puntos del 9.

Para peor, el empresario hereda un problema que no aparecía en la agenda cuando, en mayo, Lasso dispuso la llamada “muerte cruzada” -disolución del Parlamento y renuncia presidencial- que obligó a elecciones: la sequía y la falta de previsión generaron una baja de energía que obliga a cortes programados desde hace casi un mes.

De hecho, la sesión del viernes pasado de instalación de la Asamblea Nacional (AN), el Parlamento unicameral, pudo hacerse porque se suspendieron las interrupciones, y lo mismo está previsto para el jueves, cuando deben jurar Noboa y su vice, Verónica Abad.

“Otro punto de peso es el desempleo, porque aunque las cifras oficiales dicen que en el primer trimestre de este año el desempleo es de 3,8%, el empleo, que bordea el 34,9%, se concentra en el sector informal. Un 53% de quienes tienen trabajo tienen uno informal, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Inec)”, detalló Benavides.

Por lo pronto, Noboa arranca con algo de calma, porque en la AN el bloque de ADN logró un acuerdo con la correísta Revolución Ciudadana (RC) y los socialcristianos para definir autoridades y conformar las comisiones.

El resultado fue la elección del socialcristiano Henry Kronfle como nuevo jefe del cuerpo, de Viviana Veloz, de RC, como viceprimera, y de Éckenr Recalde, de ADN, como vicesegundo.

No aparece con claridad si el entendimiento irá más allá de los pasos dados el viernes para definir la mesa directiva, pero es claro que la nueva administración necesita de alianzas legislativas para sus 18 meses de gestión.

El antecedente más cercano de un acuerdo entre bloques no genera buenas sensaciones: recién asumido, el Gobierno de Lasso consiguió inicialmente concertar con el movimiento indígena Pachakutik y la Izquierda Democrática, pero ese pacto duró apenas meses.

Noboa tiene más urgencias: pretende una reforma tributaria y otra energética y hasta anunció una consulta popular para sus primeros 100 días de gobierno.

La suerte del acuerdo de los alrededor de 85 votos que representan ADN, RC y el PSC -con algunas incorporaciones de los últimos días- dependerá en buena medida del contenido de esas iniciativa y de las preguntas que el mandatario impulse para el referendo, que podría contener ideas de reforma a la Constitución y a la Corte Constitucional.

Tampoco en este punto el antecedente de Lasso es auspicioso: en paralelo a las elecciones regionales de febrero de 2023 propuso ocho preguntas en materia de seguridad en las que impulsó el Sí. No solo el No ganó las ocho preguntas, sino que los comicios fueron una dura derrota para el oficialismo.

Para Benavides, al ser “un gobierno de transición, es clave ver si ese acuerdo con RC y el PSC es coyuntural o será de más largo aliento, de mediano y largo plazo”.

El magíster también llamó la atención sobre otro punto: en el acto de recepción de credenciales, “Noboa habló no más de 8 minutos y con ideas improvisadas, sin nada preparado, pero lo más fuerte es que la opinión pública leyó cierto distancia con su vice”, Abad.

“Al parecer no hay buena relación. Salieron separados y fue nula la comunicación; no se ve equipo”, señaló.

El ruido en la relación entre presidente y vice electos no es nuevo: no recibieron juntos los resultados del balotaje ni compartieron ninguna actividad desde el triunfo, aparentemente porque Noboa cuestiona declaraciones de su compañera de binomio sobre los derechos de la comunidad LGTB+, la chance de privatizar la salud y la educación y sus respaldos al bolsonarismo y al español Vox.

Para la gestión de Noboa, Benavides resaltó otro ítem: el fuerte recambio generacional que significa, no solo por la edad del futuro presidente (cumplirá apenas 36 una semana después de jurar), sino también porque son muy jóvenes los integrantes ya nombrados de su futuro gabinete.

Finalmente, queda por ver también la relación del Ejecutivo con el poderoso movimiento indígena. “La Conaie siempre fue un actor fuerte, por el poder de veto, no en el campo institucional, sino en la calle. En 2019 y en 2022 se expresó de manera contundente. Y hasta le dio réditos electorales”, repasó Benavides.

Aunque en lo formal a la gestión de Lasso le quedan días, la Presidencia ya lo despidió de hecho: desde el jueves último, en el Salón de los Presidentes del Palacio de Carondelet luce el cuadro con la imagen del exbanquero, obra de Jaime Zapata, uno de los artistas más destacados del Ecuador, con reconocimiento internacional.

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