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Litto Nebbia celebró sus 75 años a sala llena en Lavardén

Faltando una hora para el comienzo programado del show, el público rosarino ya se amontonaba en la escalinata de la Sala Lavardén para conseguir los últimos tickets. Dentro, la velada comenzó con la presentación de Lucky Rivers, joven músico rosarino que ha teloneado a grandes del rock como Divididos, Ciro y Los Persas, los Abuelos de la Nada y Pedro Aznar. En esta oportunidad, y sólo acompañado por su guitarra, interpretó temas inéditos y canciones de su álbum debut “Actemio” de 2021, nombre que hace referencia a “Los días de Actemio”, una canción de Los Gatos que más tarde esa noche, el mismo Litto Nebbia interpretaría.

Ante un público heterogéneo, Lucky Rivers reconoció encontrarse algo nervioso pero el auditorio arengó después de cada tema y lo acompañó con aplausos, logrando un momento de conexión al entonar las primeras estrofas de un clásico del rock nacional: “Pato trabaja en una carnicería” del gran Moris.

Allí, público y artista lograron esa complicidad y disfrute que descontractura cualquier puñado de nervios. Este no sería el único homenaje de la noche a Moris, amigo y compañero musical de Nebbia. Con una gran sonrisa, Lucky agradeció y dio paso al show del maestro. Minutos después, y ante una sala expectante, se abrió el telón y el público se deshizo en aplausos para el músico quién ya se encontraba ubicado tras el teclado Casio, llevando su clásico look con anteojos negros. “Yo sé que no puedo morir por ahora y la razón es que ando muy ocupado” entonó para comenzar con la canción “Yo no permito”, de su disco No Hits.

Acto seguido, todo el auditorio entonó el feliz cumpleaños, acompañado de aplausos, gritos de amor y buenos deseos. Visiblemente emocionado, el músico agradeció la posibilidad de recibir sus 75 años sobre el escenario. El recital continuó con “Nueva zamba para mi tierra” y con un clásico del cancionero nacional: “Viento dile a la lluvia”. Nadie en la sala quiso perderse la oportunidad de atesorar ese momento, filmando con sus teléfonos a Nebbia y a su banda interpretando ese hit entre las luces violáceas. Algo así como un souvenir de una noche que ya pintaba como única.

Es que sobre el escenario Nebbia supo conformar una banda sólida por donde se la mire -y escuche-, con Ariel Minimal (cantante de la banda Pez) en guitarra y canto; el músico tucumano Leopoldo Deza en teclados y flauta, y los hermanos Corley: Nica en guitarra, bajo eléctrico y canto, y Tomás en batería, ambos miembros de la banda de rock “Los reyes del Falsete”. Esta formación es la misma con la que se presentó en el festival Lollapalooza 2022, y que se destaca por su solidez rítmica. Como capitán de este quinteto, Nebbia paseó por su discografía así como se navega aguas conocidas, con la calma y la seguridad de quien maneja el timón desde hace mucho tiempo.

El concierto siguió con un enganchado que invitaba a emocionarse: “El rey lloró”, seguido de “Ayer nomás”. El público cantó cada estrofa meneando sus cabezas, algunas con cabellos de colores y otras que peinan canas. Es que Nebbia como músico, intérprete y compositor, logró lo que contados artistas pueden: tener un público que atraviesa las generaciones. Su caudal de voz se encuentra casi intacto, al igual que su deseo por seguir grabando canciones.

Luego vinieron temas como “Esperando a Dios”, de su disco de 1992 “Seguro”, “Los días de Actemio” originalmente grabada con Los Gatos en 1970 en el disco “Rock de la mujer perdida”, y “El pescador”, tema de su guitarrista Ariel Minimal, con quien compartió la interpretación sobre el escenario. Para cerrar la primera parte en los teclados, sonó “Silbando en el amanecer”, track que se encuentra en su último disco “Temporada 75 parte 1”.

En diálogo con el público, Litto volvió a manifestar su agradecimiento a la vida por poder celebrar sobre el escenario en Rosario y por estar acompañado de grandes músicos amigos y del público de su ciudad natal. Con la vista puesta en lo que vendrá, anunció una veintena de shows que lo llevarán a tocar por todo el país hasta fin de año. Además de la edición de un nuevo proyecto que se llamará “Los Archivos de Nebbia”: una caja con 12 discos que contienen 208 grabaciones inéditas de sus giras mundiales y que saldrá a la luz el próximo mes.

Luego de los anuncios vendría un set acústico sólo acompañado por su guitarra, arrancando con “Memento Mori”, un folk del disco “Melopea”. Continuó con la canción “Amigos en el Bar”, homenaje a Moris que aparece en su último material discográfico. Allí recordó la época cuando iniciaba su carrera musical y, junto a su amigo Moris, tocaban en los bares de Palermo, en presentaciones espontáneas que finalizaban cuando los vecinos llamaban a la policía por ruidos molestos. Esta anécdota despertó risas y aplausos entre el público. El set concluyó con “Nunca encontraré una casa como la que hay en mí”, del disco homónimo lanzado en 2021.

Litto Nebbia calentó la sala al tomar la guitarra eléctrica y poner en evidencia por qué es considerado miembro fundante del rock nacional. Es que con temas como “Vertical”, el blues “Mujer de Carbón” o “Vamos Negro, fuerza Negro” donde se luce en un extenso solo de guitarra, recuerda que la base de todo el movimiento musical argentino se encuentra entre sus manos y que a los 75 años, el rock nunca dejó de correr por sus venas.

En la siguiente parte del show, Nebbia regresa a los teclados para tocar tres canciones en solitario: “Armonía es lo que necesito”, “El otro cambio” y “Está en tus manos”, todas de distintos momentos de su trayectoria musical, demostrando ser un músico y compositor multifacético pero con un estilo propio que perdura a través de las décadas.

El resto de la banda volvió al escenario para juntos encarar el último tramo del concierto. El quinteto hizo sonar los clásicos “La ventana sin cancel” y “No importa la razón”, acompañados por un público sumido en el disfrute que cantó y aplaudió con vigor. “Fuera de la Ley”, tema instrumental, antecedió al último enganchado de la noche y que pondría fin a un concierto inolvidable. Se trata de la seguidilla “Solo se trata de vivir” y “Quien quiera oír que oiga”, los más cantados de la velada y que fueron rematados con aplausos de pie por parte de todos los presentes en la Sala Lavardén.

Así llegó a su fin un concierto que tuvo de todo, pero en que se destacó la calidad artística de la propuesta musical, tanto en la elección de los temas como en el desempeño de los músicos, timoneado por un generoso capitán. De esta manera Litto Nebbia ofreció un show completo, agasajando al público y disfrutando desde el escenario, demostrando que trasciende las fronteras musicales y generacionales, y que haga lo que haga, a su edad le sigue calzando perfecto el rock.

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