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Cinco muertos tras un intento de cruce de la frontera española con Marruecos

Cinco emigrantes subsaharianos murieron este viernes en el lado marroquí del paso fronterizo de España con Marruecos, en Melilla, cuando unas 2.000 personas buscaron cruzarla y apenas algo más de un centenar logró hacerlo, en el primer gran intento de este tipo desde la normalización de las relaciones entre los dos países.

Ese intento masivo de entrar por la fuerza a esta ciudad española enclavada en el norte de África terminó otra vez en un drama a las puertas de la Unión Europea.

“En el curso de este asalto” a la frontera, “cinco migrantes murieron en la estampida al caer de la valla” que separa a ambos países, informaron las autoridades marroquíes en un comunicado.

Según las autoridades de Nador (Marruecos), los migrantes fallecieron por aplastamiento o asfixia al producirse una avalancha y quedar atrapados en una vaguada cercana al perímetro fronterizo.

En estos sucesos del lado marroquí, también resultaron heridos 140 policías, cinco de ellos con lesiones graves, precisaron las autoridades del país magrebí en un comunicado que cita la agencia de noticias AFP, que señala que la Policía española dijo no tener información al respecto.

Las autoridades españolas sí habían informado antes que un grupo de “cerca de 2.000 migrantes” inició “una aproximación hacia Melilla” a primera hora de la mañana, y que 133 de ellos lograron llegar a la ciudad “tras romper con una cizalla (una herramienta para cortar) la puerta de acceso del puesto de control fronterizo”, según la Delegación del gobierno (prefectura) en Melilla.

Reportaron además que del lado español hubo 49 agentes de la Guardia Civil heridos leves y 57 migrantes con heridas de diversa consideración, de los que tres fueron atendidos en el hospital local.

La Delegación española subrayó que el hecho ocurrió “a pesar del amplio dispositivo de las Fuerzas marroquíes, que han colaborado activamente y de forma coordinada con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado” español”.

Los servicios de seguridad de Marruecos realizaron intervenciones para abortar los preparativos de muchos inmigrantes subsaharianos que se estaban congregando en bosques cercanos a la frontera de Melilla con la intención de llevar a cabo una entrada masiva.

Omar Naji, de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) explicó que anoche hubo “enfrentamientos entre emigrantes y fuerzas del orden” en el lado marroquí de la frontera, y el Hospital Hassani de Nador, cerca de Melilla, confirmó que “varios” policías marroquíes fueron ingresados, al igual que algunos emigrantes, informó la agencia de noticias AFP.

Antecedentes

Los últimos intentos de penetración masiva en España por uno de sus enclaves norafricanos (Ceuta y Melilla) habían sido a principios de marzo, antes del deshielo de las relaciones hispano-marroquíes.

La crisis diplomática entre ambos países se generó después de que España acogiera en abril de 2021 al jefe de los independentistas saharauis del Frente Polisario, Brahim Ghali, para tratarse de Covid-19 en un hospital del país.

Y pareció resolverse cuando España abandonó su neutralidad histórica entre independentistas saharauis y Marruecos en relación a la antigua colonia española del Sahara Occidental y respaldó el plan marroquí para el territorio, consistente en dotarlo de autonomía.

Este cambio de postura le valió numerosas críticas al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y varias voces de la oposición lo interpretaron como una concesión a Rabat para que frenara la llegada de inmigrantes.

El punto alto de la crisis hispano-marroquí se dio en mayo de 2021, cuando, aprovechando que las autoridades marroquíes habían relajado los controles, unos 10.000 inmigrantes entraron en Ceuta.

Pese a que Madrid y Rabat arreglaron sus relaciones, Sánchez avisó que “España no va a tolerar la instrumentalización de la tragedia de la inmigración irregular como arma de presión”.

La mejora de las relaciones con Marruecos, plataforma de salida de la mayoría de los inmigrantes irregulares que llegan a las costas españolas, provocó un descenso de las llegadas.

Así, la cantidad de emigrantes que arribaron a las costas del archipiélago español de Canarias, en abril, primer mes de la vuelta a la normalidad bilateral, fue ya un 70% menor que en febrero, según datos del Ministerio del Interior español.

El debate por la emigración

Madrid, que será sede de la cumbre de la OTAN la semana próxima, del 29 al 30 de junio, abordará con sus aliados el tema de la emigración irregular como instrumento de presión entre países, como “amenaza híbrida”, no convencional.

El ministro de Relaciones Exteriores, José Manuel Albares, explicó esta semana que la demanda española de que la OTAN aborde las amenazas de su flanco sur durante la cumbre de Madrid no debería inquietar a sus vecinos meridionales.

“Nadie puede sentirse directamente observado o señalado. No va contra ningún país, sino allá donde se den” esas amenazas, dijo Albares a la prensa.

En cualquier caso, la normalización de las relaciones entre Rabat y Madrid permitió la reapertura en mayo de los pasos fronterizos entre Marruecos y Ceuta y Melilla. La reapertura estuvo precedida de una visita de Sánchez a Rabat.

Ceuta y Melilla constituyen las dos únicas fronteras terrestres entre la UE y el continente africano, y miles de emigrantes subsaharianos sueñan con alcanzarlas como primer paso para su instalación en Europa.

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