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“Todos somos Pullaro”: Un desafío que deberán asumir los santafesinos que pretendan mejorar la realidad de la provincia

Sergio Alcázar

La mejor manera de saber si puedes confiar en alguien es confiando – Ernest Hemingway

La política, hace ya un largo tiempo, nos mal acostumbró a definir nuestros gustos y convicciones a través de una recurrente lógica de blanco o negro o algo peor, entre “amigo o enemigo”. Esa falta de matices y de necesarios grises no ha permitido que sea más armonizada la convivencia en sociedad. En las vísperas de un nuevo gobierno provincial, el primer desafío que enfrentan los santafesinos es poder generarse buenas expectativas por el próximo mandato provincial, aunque sea por esta vez, dejando de lado las banderías políticas que representan quienes la lleven adelante.

A partir del 10 de diciembre el gobernador Maximiliano Pullaro inicia su gestión en Santa Fe, a priori una verdadera “cruzada” debido a un escenario que se muestra hostil, por las recurrentes dificultades que atraviesa la sociedad, tanto en lo económico como en lo social, con un nuevo gobierno nacional que representa todo “un acertijo”, y que desde el comienzo “marcó la cancha”, prometiendo llevar adelante medidas que pueden llegar a ser antipáticas para las provincias.

Pullaro siempre creyó en Pullaro, en esa creencia radican las fortalezas que lo empujaron a un histórico triunfo en Santa Fe.

La promesa de campaña de que habrá “cero obras públicas” para el futuro inmediato en Argentina, recortes en transferencias a las provincias y las declaraciones del actual presidente avisándole a los gobernadores que deben arreglarse como puedan para pagar los sueldos de sus trabajadores, marcan desde el vamos un fuerte contrapunto en las futuras relaciones entre partes. “No habrá amor, solo una forzosa convivencia”, se presume.

En las últimas semanas, la legisladora libertaria, Lilia Lemoine hizo una fuerte afirmación de tinte político al decir que: “Nuestro enemigo natural en realidad es el radicalismo, no el peronismo”, precisamente esa sentencia para un “alfonsinista de ley” como es el líder de Evolución se convierte en un escollo más que tendrá que “surfear” para superar con éxito las sinuosas olas que puedan producirse durante la relación con el Ejecutivo nacional.

“Pullaro lo va a hacer muy bien ya que por sus formas de construir política parece él más peronista de los radicales”, advirtió esta semana a este medio un prominente dirigente rosarino del PJ consultado sobre el vínculo que deberá enfrentar el gobernador electo santafesino con el gobierno de Milei, y de paso, el ex legislador resaltó la capacidad de generar buena política que tiene el nuevo mandatario provincial y que le valieron obtener un contundente e histórico triunfo electoral del mes de septiembre.

El gobernador electo con su gran éxito electoral dejó la vara muy alta para enfrentar su próximo mandato.

Pullaro es sumamente consciente que deberá librar, otra vez, una nueva “madre de las batallas” contra la inseguridad y seguramente allí actuará al detalle para no dejar nada librado al azar. El mandato de Perotti descuidó el reclamo de la sociedad santafesina por una vida más tranquila, sobretodo en la ciudad de Rosario y esa recurrente falta de respuesta durante su administración “la pagó muy cara en las urnas”.

La diferencia que puede observarse entre el gobierno saliente con la venidera travesía del dirigente radical, es que el propio ex diputado provincial conoce muy bien “el paño” y esa “experiencia” anterior le servirá de mucho para poder atinarle al “antídoto” que se necesita para empezar a solucionar el principal problema que se le presenta en el horizonte de su gestión. “Nada se sabe bien sino por medio de la experiencia”, dijo alguna vez Sir Francis Bacon y en ese “rubro empírico” el ex ministro de Seguridad corre con ventaja.

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Pero no solamente deberá el gobernador electo atender el “frente de tormenta” originado por la violencia enquistada por el negocio del narcotráfico, principalmente, en la sociedad rosarina sino también está obligado a ungirse en un “gran estratega” para generar en su mandato el cambio prometido en el territorio provincial, recordemos que el mismo Pullaro dejó la “vara muy alta” y se autoimpuso mayores exigencias debido al más de millón de votos que lo acompañó en las generales. Ese logro electoral lo obligará a extremar sus acciones al momento de defender los derechos de la provincia ante los “variopintos reclamos en danza” que lo confrontarán- seguramente – con el gobierno central.

El diputado provincial es un confeso “hincha” de Raúl Alfonsín y se convirtió en el primer mandatario provincial radical después de 63 años.

Los reiterados “incumplimientos de la Nación” originados en el ámbito de la coparticipación será una de las tareas a atender en su gobernación con cierta premura, como además hallar “los mecanismos de acuerdos” que permitan compensar la falta de ingresos que habrá en las arcas santafesinas como consecuencia de la eliminación del Impuesto a las Ganancias.

Nada pinta sencillo en lo inmediato para el oriundo de Hughes, pero siendo un “político de raza”– como se encargan en señalar tanto propios como extraños- no son pocos los que creen que saldrá airoso del difícil desafío que tiene por delante. Desde su entorno avisan que su alma inquieta no descansará hasta poner en relieve la “importancia que tiene esta provincia” en el consenso del proceso económico de Argentina. “Vamos a trabajar para defender los recursos de la provincia, no voy a permitir que a Santa Fe le metan la mano en la caja” fue la advertencia que hizo pública Pullaro en la previa de su mandato, quienes lo conocen, no dudan en “poner las manos en el fuego” para confirmar que cumplirá al pie de la letra con el compromiso asumido.

Maximiliano Pullaro inicia su gestión confiado en el equipo que ha conformado para gobernar la provincia.

En unos días Maximiliano Pullaro ocupará el sillón del Brigadier López y a partir de ese instante dependerá de sí mismo para propiciar todos los cambios que tiene en mente. “Nuestro modelo de trabajo es sin privilegios con austeridad y honestidad” supo bosquejar en palabras el futuro mandatario sobre el rumbo que tomaran las acciones en su mandato, lo que suena como una saludable premisa que puede llegar a generar desde el primer día, nuevos aires de esperanza.

Alguna vez Geraldine Chaplin dijo: “No se trata de ver para creer, sino de creer para ver”, y esa creencia de que todo puede cambiar para mejor dependerá de la paciencia que tenga la gente para esperar los resultados de la gestión del gobernador sin entrar en una desmedida crítica falaz. Por esa misma razón un gesto de grandeza y madurez de los habitantes de la provincia será entregarle un tácito “voto de confianza” al futuro mandatario, y que el mismo pueda estar despojado de cualquier puja ideológica y partidaria. “Todos somos Pullaro”, el reto que deberán hacer frente los santafesinos para esta nueva etapa que se inicia, al menos hasta que los hechos demuestren lo contrario.

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