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Newells jugó un paupérrimo partido y sufrió una durísima derrota frente Estudiantes que lo deja con poco margen para el Clásico

Newells llegaba a La Plata con la vara alta que se había autoimpuesto después de la gran victoria frente a San Lorenzo en la fecha anterior. De ese equipo no apareció nada o casi nada esta noche en 57 y 1 donde La lepra dejo su peor imagen, jugando un encuentro paupérrimo, con pobrísimas actuaciones individuales e inexistente estrategia de juego. Un papelón futbolístico desde donde se mire…  

Poco y nada para destacar en el primer tiempo, inconexo en su rendimiento, frágil en lo defensivos con un partido para el olvido para Ditta y Mansilla, con un mediocampo que nunca estuvo en partido. Inentendible la posición de Iván Gómez como volante central en lugar del lesionado Sforza. Montenegro nunca encontró su lugar en el campo y Ferreira jamás pudo ser una usina del futbol. Newells nunca generó en ese primer tiempo alguna aproximación seria contra la portería de Andujar.

Estudiantes sin hacer nada de otro mundo se llevó la primera etapa por 2 a 0 por los goles de Ascacibar y Boselli. Justificó la ventaja con ser un conjunto prolijo, ordenado que nunca se salió de su libreto. La lepra jugó en las antípodas de ese rendimiento porque nunca estuvo en juego y mucho menos fue al menos competitivo. Un horror el desempeño de los dirigidos por Heinze. Se fueron al descanso masticando su propia impotencia.

El comienzo del complemento le tenia preparado un nuevo dolor de cabeza cuando al minuto Godoy atacó en soledad por la derecha de la defensa leprosa y clavó el tercero con absoluta facilidad para derrotar a Hoyos. En el fondo Newells era un tembladeral y costaba creer lo mal que estaba jugando porque su apatía y desgano no correspondían aun equipo profesional. El 3 a 0 fue una piña de nocaut que lo sacó definitivamente del partido.

Quedaba todo el segundo tiempo por delante, pero la sensación instalada era que el resultado era irremontable. El conjunto rojinegro era un cúmulo de voluntades tiradas en el campo de juego, sin ideas, sin orden y con desatenciones propias de un equipo amateur. Así fueron transcurriendo el resto de los minutos hasta que el arbitro decretó el final del encuentro.

La página de la crónica del encuentro de la lepra en la segunda etapa casi quedó en blanco, así de lacerante fue la actuación de Newells en La Plata que genera una enorme preocupación en sus hinchas porque el arranque de la Copa Sudamericana está a la vuelta de la esquina y el clásico lo espera el próximo fin de semana. Dos partidos que pueden empezar a definir su historia, y que pueden condicionar, no solo su futuro inmediato, sino la continuidad de un proyecto futbolístico, Heinze lo sabe y se espera que obre en consecuencia. Lo único rescatable en este escenario adverso es que aún el técnico sigue siendo dueño de su propio destino.

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