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“Será lo que quiera ser”: Por la vereda del sol de la política santafesina, Amalia Granata construye su propio destino

Sergio Alcázar

Amalia Granata reubicó su GPS y parece por estos tiempos agitados del país transitar nuevamente por la vereda correcta de la política, colocándose otra vez equidistante de los espacios dominantes de la Argentina. Fue inteligente de su parte volver a tomar debida distancia de las fuerzas tradicionales, como también de las emergentes, porque cada una de ellas – con sus variopintos matices – terminaron siempre detonando el vínculo y la empatía con la gente. Radicales, peronistas, macristas o libertarios, ninguno de ellos en estos últimos 40 años de democracia pudo cabalmente representar ese camino de cambio que necesita la sociedad, el cual permita llegar a la solución definitiva de los problemas que a diario padecen los argentinos.

La historia de Granata en la política estuvo desde su génesis signada por amores y odios, pero como cantaría Tanguito, “el amor es más fuerte” y, la periodista se repuso a la resistencia inicial que provocó su participación en la arena política allá por el año 2016, cuando intentó ser diputada nacional por Santa Fe a través del Partido Popular, herramienta electoral puesta a disposición de Amalia por el dirigente, José Bonacci. Fueron más de 70mil votos obtenidos en ese comicio, logrados sin ningún tipo de apoyo ni recursos de campaña. A pesar de esa buena cosecha de sufragios no le alcanzó para ser legisladora, aunque sí, la instaló fuertemente en el consenso político de la provincia.

En el año 2019 Amalia fue por la revancha y la causa de la “lucha contra el aborto” la puso en el centro de la escena y en una provincia tan pacata y atravesada por la fe católica, Granata provocó un verdadero aluvión de votos, ya que casi 290 mil santafesinos le dieron el sí en las urnas, una montaña de apoyo electoral que convirtió al espacio “Pro Vida” en la gran sorpresa de esa elección. Granata se autogeneró su propio sello político, una marca registrada que llegaba a Santa Fe para quedarse, con un alto piso de acompañamiento popular como base de su capital político y un techo electoral que nadie era capaz de precisar con algún viso de certezas.

Llegó luego la etapa del aprendizaje, donde quizás equivocó el rumbo cuando, aconsejada por su asesor Álvaro Zicarelli, se acercó a Mauricio Macri y al consumar ese acuerdo desatendió el apoyo otorgado a su persona por un importante sector del electorado santafesino. Cabe recordar el trabajo realizado por un Observatorio de Opinión Pública en Santa Fe tras su éxito del 2019 cual determinó que más del 70% de sus votantes era de extracción peronista. Granata participó de las elecciones nacionales intermedias del 2021 formando dupla con Federico Angelini en la interna de Juntos por el Cambio en la categoría de Senador Nacional y a pesar de contar esa fórmula con el apoyo tácito de Macri, Bullrich y cuanto pope del espacio estuviera a mano, quedaron terceros entre los cuatro binomios participantes de la interna. Granata no solo puso en riesgo su importante caudal de votos, sino que generó cierto enojo en muchos de sus votantes que estaban en desacuerdo con su viraje ideológico.

El 2023 fue para Amalia, un tiempo de resurrección, la periodista corrigió errores y volvió a situarse por afuera de las estructuras políticas y si bien coqueteó con los libertarios, marcó con ellos claras diferencias y no tuvo ningún empachó en criticar a Javier Milei cada vez que estaba en desacuerdo con sus decisiones y formas. Con la misma receta de cuatro años atrás, Granata se convirtió de nuevo en el “icono” de la política santafesina, cosechando más de 345mil votos en la elección provincial, confirmando que su “fenómeno” no necesitaba de las “bendiciones” de rutilantes figuras partidarias para triunfar. Amalia con su impronta “autoabastece” su propio crecimiento exponencial y ha sabido muy bien reinventarse en los actuales complejos escenarios, donde priva casi siempre, el desencanto popular con la clase dirigente.  

La política se conjuga en presente pero también se proyecta a futuro, allí Granata hace gala de un sutil equilibrio que le permite mantenerse al margen de cualquier grieta, sea esta vieja o nueva, poniéndose a salvo de las maneras virulentas que tiene para comunicarse el actual gobierno de Milei, sobretodo, en las redes sociales, que no permiten tener ningún margen de acción para propiciar el necesario contexto de diálogo o consenso que debería existir como norma.

Esa posición independiente tomada por la diputada provincial se vio bien representada cuando en los últimos días embistió contra los dirigentes de PRO (socios del líder libertario) al publicar en su red social X un sugestivo mensaje donde señaló: “la casta atragantándose con las medias del presidente con tal de seguir ocupando un cargo o banca” y luego profundizó su crítica contra el espacio de Macri al agregar que: El tema es que toda esta gente del PRO, muchos ahora devenidos a ministros/as, lo odiaban y lo sigue haciendo por detrás, pero le chupan las medias para ligar cargos o estar en las listas. Si hablas con ellos en off dicen barbaridades del presidente”, denunció sin tapujos Amalia y sumó con ello mucha agua para el “molino que representa, el de la antipolítica”.

La legisladora también se plantó frente al poder de la provincia cuando, -después del discurso del gobernador Pullaro en la Apertura de las Sesiones Ordinarias de la legislatura santafesina donde presentó como propio el proyecto sobre “la historia clínica digital”-, le recordó al referente radical que: “presente ese proyecto el 6/12/21 cuando el actual gobernador era diputado y su ministra de salud también, lo cajonearon en comisión hasta que caducó y lo tuve que volver a presentar. En su discurso lo celebra como algo propio. Caradura, no se les cae una idea”, fustigó fuertemente la diputada a la investidura del mandatario provincial, dejando bien en claro que sus convicciones no se negocian.

Amalia Granata se ha convertido en una cabal referente politica para gran parte del electorado santafesino.

Con el diario del lunes es muy fácil predecir que si Granata no hubiera incurrido en ese volantazo del 2021 hacia el macrismo, hoy quién suscribe esta columna de opinión está en condiciones de asegurar que la legisladora provincial contaría con un apoyo real en lo electoral que superaría ampliamente el medio millón de votos y como consecuencia su figura sería aún más requerida por cuando estratega y armador de política anduviera por estos pagos santafesinos.

A Granata ahora le toca meditar bien los pasos a seguir de cara a su futuro ya que las intermedias del 2025 se convierten en una apetecible tentación. En Santa Fe ya tiene un voto totalmente consolidado, y un terreno por demás de fértil para seguir creciendo, hasta hay un sector del peronismo no K santafesino que aspira a recuperar terreno con la colaboración del PJ de Córdoba y ese incipiente armado la tendría en carpeta para proponerle competir por un cargo nacional el año próximo, algo que le permitiría renovar los votos de confianza con ese electorado peronista que la apoyó oportunamente. Llegar al Congreso nacional sería parte de un viaje que la proyectaría con fuerza hacia una posible candidatura a la gobernación de Santa Fe en el 2027. “Tiene todo para ser la primera gobernadora mujer de la historia de Santa Fe, es más, será lo que quiera ser”, aseguró a este medio un reconocido dirigente del peronismo santafesino sobre las posibilidades de la periodista en el futuro inmediato, y de paso, dejó bien en claro con esa sentencia que el destino que Amalia Granata quiera forjarse en la política, no depende de nadie, solo de ella.

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