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Rosario va a las urnas: Podio para tres y ojalá que gané la democracia

Por Sergio Alcázar

El 29 de junio se empieza a definir el nuevo orden del poder político en la provincia y principalmente ese resultado electoral nos permitirá saber quién quedará mejor perfilado rumbo al 2027. En la ciudad de Rosario la disputa por lograr captar la empatía con el electorado se circunscribe a la cantidad de apoyo que puedan obtener en las urnas Juan Monteverde, Juan Pedro Aleart y Carolina Labayru, en representación del peronismo, del espacio libertario y el oficialismo respectivamente. Según las muy pocas encuestas que existen en la previa del convite (muy deteriorada últimamente ha quedado la credibilidad de las encuestadoras) señalan que la compulsa será pareja, con una escuetísima preponderancia en favor del líder de Ciudad Futura por sobre LLA y Unidos.

En la primera etapa de campaña camino a las PASO del 13 de abril pasado, el candidato/periodista Aleart apuntó toda su artillería discursiva con epicentro (como es costumbre en el mundo libertario) en las redes sociales contra la figura del intendente rosarino y la funcionaria municipal, Labayru, ahora en las horas previas de la elección general el “objetivo” se ha desplazado hacia el referente del peronismo, Juan Monteverde bajo la recurrente y remanida “estrategia” de mantener como de lugar “la buena salud” de la grieta,  a través de culpar de manera repetida de todos los males existentes al “kirchnerismo”. Queda por verse aún si lo ocurrido con la condena de Cristina Kirchner y este nuevo “revival” que se ha generado en el PJ, podría llegar a entorpecer sus pretensiones electorales inmediatas.

Juan Monteverde aspira a hacer una gran elección el próximo domingo 29 de junio.

En este instante determinante antes del comicio de fin de mes, se puede observar una pérdida importante de la incidencia del poder libertario en su hábitat natural: “el universo virtual”, porque se ha comprobado en las últimas horas un deterioro evidente en sus fortalezas en las redes debido a este nuevo estadío que tiene a la ex presidenta haciéndose fuerte desde los cuarteles de invierno de su “obligada proscripción” teniendo como armas letales “un balcón y los audios compartidos desde su WhatsApp”. En un contexto tan variable y voluble de acompañamientos como el actual, nadie parecer tener la “vaca atada”, el buen resultado obtenido en las primarias por el espacio libertario puede cambiar drásticamente si el humor social al momento de las urnas se rige por el “peso específico” que puedan llegar a tener los billetes dentro del bolsillo de los votantes. La economía evidentemente no levanta en la micro y habrá que ver cuánto pesa esa circunstancia al “momento de los bifes” dentro del cuarto oscuro.

Desde el entorno del titular del Ejecutivo Municipal esperan por una mayor concurrencia de votantes para el domingo 29, las expectativas que profesan apuntan a que se supere con creces el magro 50% de asistencia que hubo en cada establecimiento de votación el pasado 13 de abril y aspiran, como si formara parte de un necesario “deseo”, que la presencia de los rosarinos este más cercana a ese 78% que fue una constante, tiempo atrás, para cada uno de los comicios generales. Mientras en el oficialismo municipal cerraron fuertemente filas alrededor de Carolina Labayru – hasta contó con el apoyo público y bendición mediante de parte del propio gobernador Pullaro-, hay mucha confianza en el espacio que conduce Pablo Javkin que lo “hecho en la gestión” en definitiva termine de inclinar la balanza a su favor llegado el momento de consumarse el “poroteo” de los sufragios la semana próxima. “La cancha inclinada que siempre goza todo Ejecutivo en cada elección”…

Carolina Labayru recibió el apoyo del gobernador Maximiliano Pullaro de cara al próximo comicio en la ciudad.

Mientras en el peronismo ya no son pocos los militantes y dirigentes del espacio que piden abiertamente la abdicación de las candidaturas de Lisandro Cavatorta y Roberto Sukerman para no dividir al votante peronista y que sus participaciones electorales no terminen siendo “funcionales” a la causa de Milei. También hay que destacar que hay bastante desencanto dentro del espacio con los “outsiders” elegidos para representarlos en las últimas elecciones y que llegaron a ocupar cargos legislativos en la ciudad. “No estuvieron a la altura que esperábamos de representatividad partidaria y, además, se cortaron solos al momento de la construcción política”, tan de convincente como contundente fue la queja que deslizó a este medio un prominente dirigente del peronismo rosarino sobre el presente que atraviesan esos concejales que llegaron al PJ desde afuera de la política.

En la parafernalia habitual de campaña los afiches decoran por doquier las calles rosarinas dejándoles su particular mensaje a la ciudadanía de la ciudad y buscando afanosamente convencer a muchos de los “incrédulos” electores que se mantienen enemistados con la política y que aún no han decidido, ni siquiera, dar el presente en el “cuarto oscuro” el 29, ja, justamente se vota el día de los “ñoquis” como muchos electores se prodigan en recordar en sus redes sociales, siendo quizás una “ironía caprichosa y burlona” de parte del destino. “Aleart es Milei, Labayru es Pullaro y Monteverde es Cristina”, así parecen haber quedado definidas las cartas de la partida electoral para el domingo venidero y como si fuera un particular “Antón Pirulero” en donde cada espacio atiende su juego, los candidatos se encuentran ocupados en explotar al máximo sus virtudes y en esconder, lo más que se puedan, sus defectos.

La estrategia libertaria fue pegar la candidatura de Juan Pedro Aleart con la figura del presidente Javier Milei.

A esta altura de los hechos solo queda por decir: “que gané el mejor” y en estos difíciles tiempos donde el desapego de la política por los problemas cotidianos de la gente se hace, en muchos casos, muy visible, ese deseo lúdico más que nunca debería estar acompañado por una mejor democracia, por más solidaridad social y sobretodo, con mucho más humanismo. ¿Todos los candidatos estarán dispuestos a asumir ese compromiso?  No creo, al menos uno con seguridad no tendrá la voluntad y la convicción de hacerlo, por esa razón no está demás volver a repetirles el pedido: “al que le quepa el sayo que se lo ponga”. ¿El candidato con perfil insurrecto se lo pondra?: Dificil será que el chancho chifle, diría un amigo…

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