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Milei en el Congreso: Discurso de campaña, extorsión a los gobernadores y la absurda obstinación de mancillar la democracia

Sergio Alcázar

Había mucha expectativa como también curiosidad, en las horas previas, por lo que iba a decir el presidente en su discurso inaugural ante la Asamblea Legislativa, en ese “nido de ratas” como supo rotular reiteradamente el libertario al Congreso Nacional. Al fin de cuentas, Milei fue Milei y volvió a repetir la receta para una disertación en “modo campaña”, dedicada a sus legisladores, funcionarios y acólitos – trolls reconvertidos en funcionarios predilectos para el libertario- que desde los balcones del recinto legislativo vivaban cada intervención del economista con una devoción pocas veces vista.

Mucho se conjeturó sobre la sorpresa que iba a brindar el presidente en el tramo final de su presentación en el Congreso y cuyo misterio se agitó desde las redes sociales que responden al oficialismo, en donde se apostaba a un anuncio referido a la quita del cepo y hasta de una posible dolarización de la economía, nada de eso ocurrió, a pesar que esos rumores, generaron una movida en las transacciones con los dólares por temor a una modificación en su cotización.

Lo diferente y “novedoso” del acto de inauguración legislativa es que el mandatario invitó a los gobernadores a firmar el próximo 25 de mayo en Córdoba, “un nuevo contrato social”. Esto demuestra que la escala de valores de lo “importante” en La Libertad Avanza, viene algo distorsionada, sobretodo, cuando la invitación realizada está sujeta a imposiciones. Milei advirtió que ese acuerdo está supeditado a que los gobernadores le aprueben con anterioridad la ley Bases y el DNU, así después de tener todas las facultades delegadas que dichos proyectos otorgan, gobernar a su antojo sin depender de la legislatura y recién ahí, si está conforme, abriría el grifo de los fondos coparticipables para sus provincias. “Si hay extorsión que no se note”, este no sería el caso, evidentemente.  

Javier Milei no abonó a la concordia ni mucho menos propicio el diálogo con la dirigencia opositora, sigue firme en su postura anticasta.

Él libertario da toda la sensación de haber sido abducido por el personaje que representa. “Javier ama a Milei presidente”, hasta tiene la obsesiva percepción de verse como Donald Trump y dentro de ese delirio actúa para parecerse en todo momento al ex mandatario estadounidense. Esa circunstancia me hace acordar un dicho que siempre tenía un amigo del barrio Tablada cuando decía en forma de cargada que “cualquier morocho que se pone una zapatilla blanca se cree Guillermo Vilas”, y algo de eso también pasa con el economista y con su deseo de ser, como quién admira.

Cada palabra leída por el mandatario en la casi una hora que duró su alocución fue acompañada por los aplausos de los diputados y senadores propios, y las cámaras de televisión se encargaron puntualmente de sobredimensionar las imágenes de los protagonistas del oficialismo y en obviar impunemente, las actitudes del resto de los representantes de las provincias. El presidente desprecia la política, las instituciones, la democracia y principalmente, todo lo que ellas representan.

En la semana un diputado nacional confesaba a este medio que “es tan bizarro todo lo que está pasando con el gobierno que nos cuesta establecer una lógica para una reacción coherente en la clase dirigencial” y después el mismo legislador nos entregó su punto de vista sobre los rumores de juicio político que se hicieron más evidentes en las ultimas horas, “es una de las herramientas que estamos manejando en la Cámara para ponerle límites al gobierno llegado el caso y la misma cuenta con un importante consenso en el recinto” , aunque nos advirtió que “primero tiene que darse una masiva respuesta de la gente en las calles”, en referencia a las consecuencias que produzca en la sociedad el brutal ajuste económico impuesto desde el Ejecutivo.  

A Milei le encanta ser eternamente un “candidato en campaña”, porque eso le permite seguir generando polémica desde su impronta antipolítica, es un niño que juega a ser un superhéroe en tierras de supuestos villanos. Al mandatario le incomoda muchísimo ser Jefe de Estado porque le desagrada ser el líder de lo considera como “una asociación criminal”. El economista reacciona mal ante cualquier cosa que tenga que ver con el respeto de la Constitución, como si fuera un “hijo bastardo” de la democracia misma y que por esa razón la odia con todas sus fuerzas y trata en todo momento de infringirle el mayor daño posible.

El mandatario nacional montó su propio show en el Congreso , recibió el aplauso y el aliento permanente de los propios durante todo su discurso.

El presidente nunca “desensilló” en su cometido de agredir a lo que considera “casta”, es más, redobló la apuesta, fustigó y castigó con vehemencia a sindicalistas, legisladores y gobernadores, aunque esta vez se cuidó de ser demasiado evidente hacia quien iba dirigido el mensaje. Lo que busca Milei con la convocatoria a los mandatarios provinciales para fines de mayo, es ganar tiempo, principalmente porque sabe muy bien que en marzo y abril impactaran fuertemente las medidas de ajuste y se sentirá mucho más la recesión generada por las mismas. “Está loco, pero no come vidrio”, solía decir mi abuela.

En Rosario, el sector gastronómico vio caer en un 50% las ventas los últimos 60 días y muchos negocios pusieron a la venta los fondos de comercio, aunque brillan por su ausencia los posibles compradores. En Acindar se paralizó la producción por un mes a causa de la crisis y ya se cuentan por miles los despidos en el rubro de la construcción. ¿Hasta cuándo?, resulta ser el interrogante para saber cuánto podrán resistir los argentinos semejante daño infligido en su economía. Lo que resulta inadmisible durante el tiempo que estuvo de pie en su atril ante el Congreso, es que nunca esbozó ni una pequeña línea que tuviera como prioridad una mejora en la vida de los jubilados, trabajadores y la clase media. Milei se llena la boca de estar gobernando para los “argentinos de bien”, y por lo visto hasta ahora, algo evidentemente está fallando en la comprensión propia de los destinatarios hacia los cuales van dirigidos sus actos de gestión.

En resumén, Milei aceleró a fondo en su objetivo de gobernar sin necesidad de respetar las instituciones y la democracia. Por eso construye un particular relato, lleno de épica y de enemigos al acecho, aunque la realidad – mal le pese- lo interpela a diario corriéndole el velo a la fantasía por él mismo creada. Sería conveniente que los gobernadores se reúnan antes de ese encuentro para fijar una posición en común y presentarle al presidente los cambios reales que necesitan cada uno en sus terruños. Si el gobierno antes del 25 de mayo no entrega alguna señal favorable para la gente, el camino recorrido hacia esa fecha estipulada se podrá poner demasiado ríspido ya no importará tanto “si el pueblo quiere saber o no de que se trata” porque quizás hasta para la intención de convocar un simple Cabildo Abierto pueda llegar a ser, demasiado tarde…

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