EditorialSociedad

Mal de estos tiempos: Periodistas que hacen del periodismo, un Outlet

Ser periodista en estos tiempos aciagos, tristes y esquivos a la dignidad laboral, representa un desafío extremo para aquellos trabajadores de los medios que intentan mantener – a duras penas-  viva la llama de la vocación para poder ejercerla con la mayor responsabilidad y compromiso posible.

Lamentablemente en este escenario peculiar que transita el periodismo doméstico, donde han hecho su aparición muchos outsiders que encontraron en esta coyuntura un terreno fértil para ingresar a su mágico mundo, mediante el simple requisito de exponer su nombre propio o una “agraciada” cartera publicitaria. Seria importante para salvaguardar la nobleza que debería tener la profesión, darle mayor preponderancia a “los medios” –valores profesionales-  para lograr los fines – el trabajo periodístico-  y no tanto que “el fin justifique los medios”, como persiguen aquellos mercaderes del “producto”.

Hoy estamos inmersos en un cambalache mediático, donde se ha hecho cotidiano que aparezcan sin ningún prurito iniciativas  a la “canasta”, a la “americana”, en “fondo común” o mediante “cooperativas”, en donde se le exige al periodista un aporte pecuniario para “ser parte” o para “formar parte” de un proyecto periodístico.

Pagar “peaje” para trabajar como periodista es una actitud vil, de una bajeza moral indefendible, utilizada reiteradamente por pseudoprofesionales que priorizan seguir vigentes en el escenario mediático a cualquier costo, solo para mantener activos a sus egos, sus intereses y esa necesidad de exposición pública, y que no mide las injusticias que provoca.    

El periodismo una profesión que sufre muchas veces de condiciones indignas de trabajo

Esta forma de relación laboral que se ha hecho usual en muchas radios rosarinas han rebajado impunemente el precio a la dignidad de trabajo, esclavizando al periodista, dejándolo preso de un Cambalache donde se lo aleja cada vez mas de poder ser una Biblia para dejarlo mas cerca de ser, un Calefón. Los pregoneros del profesionalismo- con sus proclamas vacías de contenido- atentan contra la buena imagen del periodismo  al terminar produciendo casi siempre, un producto pobre y de muy baja calidad, resultado lógico de la mediocridad ofrecida por sus limitados recursos intelectuales.

Lo más triste de todo, es que muchos jóvenes y no tantos, profesionales o estudiantes de la carrera de periodismo se prestan a ese juego, por el íntimo deseo de trabajar en un medio, por esa ilusión que subyace en cada periodista de poder ser protagonista de esta actividad. Este aquelarre permitido por la coyuntura social y económica de la Argentina coloca injustamente en la misma bolsa a buenos y pecadores,  dotando de un conveniente disfraz para aquellos a los que solo les importa perdurar en el imaginario de los medios a como de lugar.

¿Está bien tener que pagar para trabajar de periodista? Para nada, es inadmisible que así suceda porque se considera un atropello a las expectativas de todos los noveles o antiguos profesionales. Por esa razón es muy loable la actitud que toman algunos periodistas que dicen que NO al ofrecimiento de esa posibilidad laboral y prefieren preservar su integridad moral antes que entregar su voluntad al oprobio de los “ventajeros”, que solo buscan su conveniencia personal. 

El periodismo, evidentemente, atraviesa una crisis de valores, porque mientras sigan conociéndose actitudes desleales hacia los trabajadores en los medios de parte de quienes conducen los proyectos periodísticos, seguiremos lamentando situaciones que rayan con la indignidad laboral,  propiciados estos hechos por periodistas que hacen del periodismo un “indeseado Outlet”, debido a que – a sus conciencias y actitudes – les importa un “bledo” el daño que causan y que los llevan a realizar todas las acciones para que ello, así ocurra.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *