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Los aportes de la ciencia argentina a la batalla contra el coronavirus

Los resultados satisfactorios de la fase I del ensayo clínico de la vacuna argentina ARVAC Cecilia Grierson (ARVAC CG), la participación de cinco investigadores nacionales en el “Consenso Delphi multinacional para acabar con la amenaza a la salud pública de la Covid-19” y decenas de publicaciones científicas sobre estudios de respuesta inmune son los aportes más relevantes de la ciencia argentina en materia de coronavirus de 2022.

En octubre de este año, el grupo del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas Dr. Rodolfo Ugalde (IIB), que depende de la Unsam y del Conicet, liderado por Juliana Cassataro, presentó los primeros resultados de los ensayos clínicos fase I de la vacuna ARVAC CG.

En base a las conclusiones del trabajo la fórmula, desarrollada por especialistas del Conicet, Unsam y el Laboratorio Cassará, es segura y aumentó hasta 30 veces los anticuerpos neutralizantes contra el virus.

“La forma de medir la eficacia de ARVAC CG como vacuna de refuerzo fue determinar la cantidad de anticuerpos neutralizantes que tenían las personas antes y después de recibir la vacuna”, explicó Cassataro.

Y continuó: “Se comprobó que nuestra vacuna induce un incremento de hasta 30 veces de esos anticuerpos contra tres variantes del virus: Ómicron, Gamma y Wuhan”.

Por su parte, los investigadores argentinos del Conicet Jorge Aliaga, Andrea Pineda Rojas, Daniel Feierstein, Rodrigo Quiroga y Daniel Maceira fueron coautores del “Consenso Delphi multinacional para acabar con la amenaza a la salud pública de la Covid-19”, un trabajo que reunió a 386 expertos de 112 países que elaboraron 57 recomendaciones y 41 declaraciones que publicó la revista británica Nature.

El trabajo es el resultado de un largo proceso de debate sobre seis ejes: prevención, comunicación, tratamientos, inequidad, sistemas de salud y vacunación.

Mediante esta metodología, se llegó a 41 declaraciones de consenso y 57 recomendaciones para gobiernos, sistemas de salud, industrias y otros sectores.

Dentro de estas diez recomendaciones que más consenso tuvieron, tres están vinculadas a la comunicación: una postula que “líderes comunitarios, científicos y autoridades de salud pública deben colaborar para desarrollar mensajes que mejoren la confianza individual y comunitaria”; la otra que “las autoridades de salud pública deben asociarse con personas y organizaciones que sean confiables en sus comunidades para proporcionar información precisa y oportuna”.

La tercera es que se debe combatir de manera “anticipada y proactiva” la desinformación e información falsa.

Respecto a la prevención, enfatizaron que todos los países deben optar por un enfoque de ‘vacuna plus’. “Esto significa que las medidas de prevención no pueden basarse exclusivamente en las vacunas, sino que tiene que ser una combinación entre vacunas, medidas de prevención y apoyos económicos”, detalló en su momento Quiroga, bioinformático de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).

También se realizaron decenas de investigaciones que fueron publicadas en revistas científicas.

Entra las más relevantes se encuentra el artículo “Inmunogenicidad y reactogenicidad de la inmunización heteróloga contra el SARS CoV-2 utilizando Sputnik V, ChAdOx1-S, BBIBP-CorV, Ad5-nCoV y mRNA-1273” publicado en agosto en Cell Reports Medicine que demostró que las combinaciones de vacunas heterólogas son equivalentes o superiores a los esquemas homólogos.

Y el artículo “Respuesta de IgG e IgA específicas de SARS-CoV-2 en sangre materna y leche materna de participantes lactantes convalecientes y sin vacunar” publicado en octubre en la revista Frontiers in Inmunology, que demostró que los anticuerpos generados por las mujeres que recibieron las vacunas contra Covid-19 de AstraZeneca, Sputnik V y Sinopharm son transferidos a la leche materna, entre muchas otras investigaciones.

Todos estos trabajos representan una continuidad de la respuesta de la ciencia argentina que, desde el comienzo de la pandemia, trabajó incansablemente por aportar soluciones y conocimiento frente al nuevo virus que generó la crisis sanitaria.

Los kits nacionales de anticuerpos y de detección del virus, barbijos con propiedades antivirales, antibacterianas y antifúngicas, termómetros infrarrojos o sistemas para descontaminar aire y superficies con radiación UV-C son sólo algunos ejemplos de desarrollos nacionales donde academia, Estado y empresas de base tecnológica confluyeron para la elaboración a escala de productos innovadores.

Fuente: Télam

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