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Newells perdió con Boca porque fue un equipo de mandíbula frágil y sin idea de juego

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Newells visitaba a Boca Juniors en la Bombonera con la necesidad de recuperar el terreno perdido en la carrera por la clasificación de una Copa Internacional para el año próximo, los sucesivos empates le fueron quitando al equipo de Heinze protagonismo en el torneo, sumado a desempeños demasiado poco convincentes para un entrenador del cual se esperaba mucho más.

El arranque del cotejo fue parejo, Newells con la recurrente presión alta, tratando siempre de incomodar al xeneize en la salida, pero como suele sucederé en la historia inmediata de la lepra esa intención de juego dura demasiado poco y con el transcurrir de los minutos Boca le fue tomando la mano al trámite para empezar a manejar las acciones.

Newells generaba poco y nada. Cristian Ferreira, los extremos (Pérez Tica y Aguirre) no entraban en sintonía con el resto y la lepra era un equipo demasiado partido sin peso ofensivo y con dificultades a la hora de recuperar la pelota. Para colmo de males para el rojinegro, sobre los 21’ un centro-shock de Barco terminó dentro del arco leproso por una pobrísima respuesta de Hoyos que solo sirvió para decretar el 1 a 0 de Boca. Con el marcador en contra, el conjunto de Heinze se desordenó en el campo y padeció el partido.

Lo que quedó de esa primera etapa fue resaltar la poca capacidad de juego que dispone Newells para capear los malos momentos. La lepra es un equipo demasiado previsible, sin cambio de ritmo y sin demasiadas luces para generar situaciones de riesgo en el arco contrario.

Se fueron al vestuario con sensaciones opuestas, mientras Boca se retiraba del campo de juego con una diferencia a su favor sin haber hecho demasiado para ello, Newells se sumergía en una nueva preocupación por una actuación deficitaria que no brindaba demasiadas expectativas para el complemento.

No había transcurrido un minuto del segundo tiempo y Boca empezaba a liquidar el partido cuando un nuevo centro de Barco desde la izquierda encontró la cabeza de Medina que anticipó una nueva pésima salida de Hoyos para marcar el 2 a 0. Newells debía disputar toda la segunda etapa con una diferencia importante en contra.

Después del segundo de Boca el partido dejo de ser tal, Newells volvió a ser el mismo de grandes pasajes del torneo, un equipo sin rumbo, sin alma y lo más preocupante sin conducción técnica. La lepra es un grupo de jugadores librados a su suerte dentro del rectángulo de juego. Mucho no se podía esperar en ese contexto de juego del rojinegro.

Lo que le sobró al partido de tiempo le faltó a Newells para al menos acercarse a poder verle de cerca más veces los guantes al golero Javier García. A los 46′ Recalde robo una pelota cerca del área y con un remate cruzado puso el 2 a 1 que a la postre fue el resultado final del eencuentro.

Paupérrima actuación de Newells en la Bombonera, toda de Heinze que sigue repitiendo errores, como en la continuidad de Hoyos, Mosquera, Ortiz y Ferreira en el primer equipo. La lepra es un equipo sin presente y lo más preocupante sin futuro inmediato. En la Copa Sudamericana descansa la continuidad de un proyecto futbolístico que hasta ahora – con creces – ha quedado en deuda con los hinchas y con las expectativas generadas por la llegada del ex defensor campeón del 2013 al banco leproso.   

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