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Qué son los probióticos y cómo impactan en nuestro cuerpo

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a los probióticos como microorganismos vivos que, administrados en cantidades adecuadas, confieren un beneficio para la salud de quien los consume. Al ingerirlos, se adhieren a la pared del intestino y hacen de barrera protectora contra agentes externos, reforzando las defensas frente a patógenos y virus.

En los últimos años, el interés por el estudio de los probióticos creció, en gran medida, por la importancia clínica demostrada de la microbiota intestinal (bacterias propias del intestino), y del impacto que tienen en ella estos microorganismos, ya que de su composición depende la absorción y metabolización de nutrientes, síntesis de algunas vitaminas, efecto protector de barrera y la protección que confieren ante invasión de otros microorganismos patogénicos.

Por su parte, Paola Urrutia, diabetóloga especialista en sobrepeso y obesidad, explica a NA que “los probióticos han demostrado con eficacia la capacidad de restaurar el equilibrio de la microbiota, utilizando un grupo de bacterias específicas en un gran número de patologías tanto pediátricas como adultas, principalmente en problemas gastrointestinales. Al mismo tiempo, se ha valorado su efecto beneficioso en alteraciones inmunológicas como la dermatitis atópica, en la prevención y tratamiento de la alergia alimentaria”.

Como se mencionó anteriorimente, para tener una buena salud integral la microbiota debe estar en equilibrio. En este sentido, la convención científica define a la microbiota como el conjunto de los microorganismos (que incluye bacterias, arqueas, eucariotas y virus) presentes en un entorno determinado. Como la microbiota varía según su entorno, a la microbiota situada en el tracto intestinal, se la denomina “microbiota intestinal”.

Según explica Urrutia, la composición de la microbiota intestinal cambia dinámicamente desde el nacimiento hasta la edad adulta y que sus alteraciones se relacionan con diversas inflamaciones sistemáticas y síndromes metabólicos: “Depende el tipo de bacteria que desarrolle tendrá repercusión en el desarrollo de alguna enfermedad. Existen algunas familias de proteobacterias implicadas en enfermedades crónicas como la diabetes, hígado graso no alcohólico, conductas mentales y enfermedades cardiovasculares”, detalla.

En esta línea, asegura que los malos hábitos alimentarios “influyen en el desarrollo excesivo de determinado grupo de microorganismos que compromete la capacidad del huésped para mantener una comunidad microbiana intestinal equilibrada”.

Dónde se encuentran los probióticos

Los probióticos, que son los alimentos naturales que una vez fermentados contienen levaduras y bacterias vivas beneficiosas para nuestro sistema digestivo, se pueden encontrar en alimentos de consumo diario o ser solicitados en suplementos dietarios.

Las formas más comunes en que se presentan los probióticos son productos lácteos y alimentos fortificados con probióticos. Sin embargo, también hay comprimidos, cápsulas, y sachets que contienen las bacterias liofilizadas. Estas deben ser recomendadas por médicos o nutricionistas expertos en el tema, ya que la dosis a utilizar varía mucho de la cepa bacteriana y el producto”, indica Urrutia.

Dos advertencias: No se aconseja su uso en personas inmunosuprimidas, especialmente quienes se encuentran bajo tratamiento oncológico.
El uso de alimentos enriquecidos con probióticos debe estar monitorizado por un profesional, ya que se debe conocer el tipo de probiótico y la dosis a administrar según cada caso.

Diez alimentos fermentados recomendados por expertos
  1. Yogurt natural
  2. Kéfir
  3. Chucrut
  4. Kombucha
  5. Aceitunas
  6. Chocolate negro
  7. Microalgas
  8. Kvass
  9. Vinagre de Manzana
  10. Encurtidos
Algunos beneficios de los probióticos
  • Reducir los niveles de colesterol
  • Combatir alergias
  • Incrementar la energía por la producción de vitamina B12
  • Aumentar la salud respiratoria
  • Mejorar la piel
  • Ayudar a perder peso
  • Luchar contra la depresión 

Con una flora intestinal sana, aumentan las posibilidades de mejor la absorción de nutrientes y tener una metabolización más óptima de los carbohidratos. Asimismo, se logra sintetizar de manera eficiente las vitaminas tan importantes como la K y las del complejo B, y reforzar el sistema inmunitario.

Para seguir investigando, en esta charla TED la ingeniera en Biotecnología María Pía Campot, explica por qué el intestino es considerado como un segundo cerebro y la importancia de mantener una microbiota equilibrada.

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