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¡!Multiplicar los Manes!!: El milagro refundacional que tiene a mano la UCR para volver a los primeros planos de la política nacional 

El neurocirujano Facundo Manes se despachó en el ámbito de la Cámara Baja del Congreso Nacional, al momento del tratamiento de la ley Bases, con un emotivo discurso que no solo generó una reacción de sorpresa en los propios(radicales) , sino en los extraños (Unión por la Patria), quienes acompañaron el final de su mensaje con un cerrado aplauso que copó todo el recinto. En ese preciso instante el diputado nacional comenzó a otorgarle una impronta propia a su figura y no fueron pocos los militantes y dirigentes del centenario partido que empezaron a vislumbrar una luz al final del túnel, una señal de esperanza partidaria en estos tiempos de tanta intransigencia y fuertes críticas por una supuesta falta de identidad de la fuerza.

Facundo Manes se llamó a “cuarteles de invierno” en buena parte del año electoral anterior, porque no compartió el rumbo que había tomado el espacio de la mano del gobernador jujeño, Gerardo Morales. No fueron pocas las veces donde el neurólogo hizo públicas sus discrepancias con los correligionarios que guiaban los destinos del partido y por esa razón desistió de competir en una interna como candidato presidencial y, además, tampoco propició una más activa participación suya en la interna de Juntos por el Cambio, manteniendo prudente distancia con las postulaciones de Larreta y Bullrich

Facundo Manes se desmarcó de la postura de su bloque para votar en contrario la ley Ómnibus.

El médico no dudó un instante al momento de alejarse de la zona de confort que brindaba la unísona postura que había decidido presentar el bloque compuesto por los 34 legisladores, y en el cual el presidente Rodrigo De Loredo ya había anticipado días antes el apoyo de esa bancada a la ley Bases en general. Manes prefirió tomar un camino en contrario, para mantener inalterables sus principios, ya que de manera recurrente había fijado una posición diametralmente opuesta a la de Javier Milei. “El todo o nada ha sido nefasto en la historia argentina”, argumentó oportunamente el legislador referido a las razones que lo distanciaban del economista, sobretodo al momento de construir política.

El voto negativo a la ley Ómnibus del médico junto a otro diputado, Pablo Juliano, quizás no sorprendió a nadie dentro del radicalismo, aunque si provocó un quiebre puertas afuera de la estructura partidaria y en donde se instaló un debate sobre el rol que debe tener el nuevo liderazgo dentro de la UCR. “La democracia se fortalece en la discrepancia. Las unanimidades son caminos del totalitarismo”, había dicho alguna vez Balbín y Manes está dispuesto a poner a prueba esa teoría con su decisión contraria al resto del bloque, la cual, de paso termina interpelando el rumbo tomado por el radicalismo en los últimos tiempos, principalmente desde la famosa Convención de Gualeguaychú hasta la fecha. 

El maltrato reiterado que ha sido sometido el radicalismo por parte de Milei en la campaña electoral y aún ahora, siendo gobierno sigue abrevando a su rechazo falaz contra el partido, el libertario persiste en tener un sentimiento de aversión por el espacio y hasta tuvo gestos repudiables cuando le faltó el respeto a la memoria de Raúl Alfonsín al reconocer ante los medios que le pegaba a una bolsa con su cara para descargar su enojo y sin olvidar también, que trató de fascistas e inútiles a sus dirigentes.

La UCR necesita reconstruir su liderazgo y para ello le hace falta un viraje en la actitud de sus dirigentes para otorgarle mayor contenido a la fuerza.

¿Por qué los radicales no les ponen un límite a los permanentes desprecios del economista y votan en contra de sus leyes? La respuesta a este intríngulis habrá que buscarla en la profesa y permanente intención del radicalismo de mantener la gobernabilidad del país a pesar de todo, sin importarle demasiado cuantas descalificaciones recibe a diario. Una actitud tibia como le reprochan muchos sectores dentro del espacio. Por esa concepción tan acuerdista de la UCR, el mensaje de Manes sonó casi impropio y revolucionario para el partido.  

La actitud de neurocirujano con el correr de los días puede llegar a provocar un nuevo orden dentro de la UCR, un cimbronazo tal que hasta puede llevarlo a cosechar nuevas adhesiones a su causa de cara a la votación en particular de la ley Bases. En las redes sociales los radicales de alma y los jóvenes militantes reclaman por un necesario viraje en la conducta del partido para que vuelva a convertirse en esa estructura que fue una inevitable referencia para la historia política del país, y que sigue manteniendo un enorme desarrollo territorial en la Argentina, con más de 500 intendencias y varias gobernaciones. “Se equivocan todos al decir que la UCR ya fue, porque aún tenemos mucho poder de fuego, el radicalismo es un gigante dormido y eso es por culpa de muchos dirigentes incapaces y por los errores recurrentes que se han cometido en las decisiones”, reconoció a este medio un avezado dirigente radical rosarino.

“Tenemos todos la enorme responsabilidad de asegurar hoy y para los tiempos la democracia y el respeto por la dignidad del hombre en la tierra argentina”, supo profesar alguna vez con convencimiento el doctor Raúl Alfonsín. El cambio de paradigma que urgentemente necesita la UCR, encuentra a Facundo Manes casi convertido en un “adalid” necesario para poder propiciar la metamorfosis que el espacio necesita. “Multiplicar los Manes” sería la bíblica sentencia para ese milagro al cual el radicalismo pretende echar mano tratando de encontrar en las virtudes del legislador la piedra basal que le permita la tan esperada refundación del partido. Esa que lo convierta definitivamente en “cabeza de león” de cualquier alternativa electoral futura para que así deje de ser la triste “cola de ratón” que supo representar en los anteriores comicios y que tanto ha avergonzado a los defensores acérrimos de su rica historia, la última década.  

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