Frente de Frentes: ¿Una verdadera alternativa política o un capricho de dirigentes radicales?
El mensaje del PDP santafesino instando a conformar un gran frente electoral en Santa Fe para las próximas elecciones, no llama la atención, lo que si genera cierta “curiosidad” es ver en cada una de las reuniones propuestas para incentivar a este gran armado a dos dirigentes radicales que aparecen en una y cada una de las fotos que propician la creación de la nueva estructura.
Los diputados Felipe Michlig y Maximiliano Pullaro se han convertido en los motores y “las figuritas repetidas” que empujan la construcción de un “barco” al que muchos dudan en subirse y que todavía no tiene fecha probable para hacerse a “la mar de la política santafesina” y menos aun no hay ningún indicio para programar el momento de la “ceremonia” donde romper la botella de champaña para llevar adelante su bautismo oficial.
El gran interrogante que sobrevuela el “perspicaz mundillo de la política doméstica” apunta a desentrañar las verdaderas razones del profesado Frente de Frentes, si es una idea aglutinadora y con contenido político para ser una cabal alternativa electoral o simplemente lo que se persigue es poner en relieve los intereses de algunos diputados provinciales del radicalismo que mediante esta iniciativa buscan darle sustento a sus deseos de acceder a la Casa Gris en los comicios del 2023.
En política, muchas veces se cree que una foto puede decir mucho más que las palabras y en un mundo tan hipercomunicado, las imágenes son usadas de manera exponencial tratando de generar impacto en quienes las observan. El santafesino encuentra a diario en todas las redes sociales disponibles, fotos que “sugestivamente” intentan instalar un mensaje sobre la inminente conformación de un amplio frente opositor. Pero cuando se habla con los actores que aparecen en esos “retratos” de la realidad que se muestra, sus palabras contradicen lo que se pretende asegurar, quitándole certezas y agregando dudas a la posibilidad que la misma pueda llevarse adelante en lo inmediato.
“En la oposición existen muchos egos y por demás de opiniones e intereses encontrados, será muy difícil que en algún momento nos podamos poner todos de acuerdo”, señalaba a este medio un importantísimo dirigente de la UCR provincial. En la escudería Juntos por el Cambio , por ejemplo, esta la línea de Mario Barletta que anda por ahí reeditando su recurrente deseo de acceder a la Casa Gris, Carolina Losada que tiene la atracción de su imagen y las puertas abiertas de los medios nacionales, Dionisio Scarpin, dirigente de bajo perfil y de muy buenos antecedentes de gestión en su Avellaneda natal que puede reclamar tranquilamente con derecho su lugar para estar en el podio de competidores
Ya hemos mencionado anteriormente a Maximiliano Pullaro y a Felipe Michlig ya largados hace tiempo a la competencia y que son los principales impulsores del gran frente político. Federico Angelini por su parte, ha confesado que no quiere saber nada con una estructura política que no contenga su nombre en la marquesina como principal candidato a la gobernación.
En el Socialismo se rigen con las mismas reglas de juego, Clara García quiere llevar bien en alto la bandera de Lifschitz al sillón del Brigadier López. Enrique Estévez y Joaquín Blanco están dispuestos a tener su lugar en la grilla de partida. Bonfatti es quien dentro del espacio de la rosa con más ganas alimenta los posibles acuerdos con el PRO y el radicalismo. La idea que atraviesa a la mayoria de los dirigentes del Frente Progresista es presentarse en las próximas elecciones con un proyecto propio de gobierno y sobretodo consolidar las bases del espacio antes que formar parte de un “rejunte” politico coyuntural solo para ganar un comicio.
Pablo Javkin y Emilio Jatón tampoco le esquivan a una posible candidatura, sobretodo el intendente rosarino que ya ha hecho público su deseo de participar por la gobernación. Aunque el dirigente de Creo es consciente que sin “apoyos” que respalden y amplifiquen el caudal de votos que posee en la city rosarina, será una misión casi imposible llegar con posibilidades a la competencia mayor por el control de la provincia.
En esta particular coyuntura, todos se sienten con derechos y posibilidades de “jugar”, por esa razón se animan a colocar su nombre entre los participantes para el convite electoral del año próximo. “Cuando hay muchas manos en un plato… se hace muy dificultoso saber como terminara esta historia” nos confiaba un dirigente de la oposición que hace malabares para mantener a flote el nombre del candidato que representa entre los posibles postulantes.
Cada actor político consultado sobre este particular momento político en Santa Fe nos regala su parecer y no son pocos los que nos aseguran que es casi imposible juntar en un mismo espacio al PRO y al Socialismo, por sus posturas e ideales diametralmente opuestos que por estos tiempos parecen muy incompatibles para generar armado alguno. “Si hablas con uno te dice una cosa, pero si hablas con otro del mismo espacio tiene una versión distinta del tema, como juntar tantos pensamientos y voluntades diferentes”, nos acotaba nuevamente ese dirigente que trabaja a destajo para la supervivencia en escena de su candidato.
Ni Benjamín Parravicini menos aún Nostradamus serían capaces de predecir el destino de la oposición en Santa Fe rumbo al 2023, debido a la gran lucha de egos, intereses, ideas opuestas, principios contradictorios, metas encontradas y hasta cuestiones de piel que existen entre los dirigentes que representan a los espacios opositores. Solo Pullaro y Michlig mantienen encendida la llama votiva para la creación de un gran frente electoral, ese que defienden y justifican, pero que hoy se asemeja más a un capricho de un par de dirigentes radicales que a otra cosa.