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Un desencanto más en la lepra: Pobre empate ante Tigre para un equipo que está librado a su suerte

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El recibimiento no fue para nada el deseado, el grito “que se vayan todos” caló fuerte en el ánimo de los jugadores leprosos que empezaban la historia de fútbol de 90 minutos en el Coloso Marcelo Bielsa, muy presionado por las necesidades de buenos resultados que urgen el presente de Newells, Fabbiani rendía un nuevo exámen ante una tribuna que reclama hace tiempo por mejores momentos futbolísticos. El rojinegro es esto, un presente signado por malos desempeños y resultados negativos, casi nunca nadie se salva cuando el barco naufraga, eso es precisamente lo que le pasa a la lepra, cueste a quien le cueste, todos, en mayor o menor medida, son responsables de este triste momento.  

El rojinegro empezó el cotejo con el pie izquierdo, porque cuando poco pasaba, una corrida de David Romero, que dejó pagando a Lollo dejando al descubierto una enorme diferencia de velocidad, le sirvió el gol a Ignacio Russo para señalar el 1 a 0. El clima en el estadio si venia espesa se puso peor después del tanto del delantero del matador de Victoria.

Peor cuando la mano venia esquiva, rápidamente los pibes leprosos salieron al rescate cuando Facundo Guch empató el partido tras una gran jugada de Luciano Herrera, que le permitió al juvenil definir de zurda contra el palo izquierdo de la portería de Tigre. El 1 a 1 calmaba un poco el mal ambiente que existía en el estadio.

Pero ese tanto no cambio demasiado la escenografía del juego, el equipo local se mostraba apático equipo y reiteraba esa pobre imagen de los cotejos anteriores, amplificado por el permanente rumor de la tribuna que limitaba cualquier respuesta positiva de los integrantes de equipo. El tanto de Guch, al menos empujó un poco a la tenue ilusión que despertó el famoso “poné a los pibes” que bajaba como un cantó de guerra desde las tribunas.

El complemento hizo que Fabbiani sacara a Lollo en el vestuario luego de la pobrísima actuación del zaguero ex bona en la primera parte y puso a Salcedo, que se mostró mucho más activo. Pero el equipo siguió atado a sus limitaciones, Aunque con los ingresos de Gómez Mattar y Jerónimo Russo el equipo pareció recobrar vida.

Las salidas entre numerosos silbidos de Ever Banega y Gonzalo Maroni no hicieron más darle forma a la postal del presente leproso en el torneo. En el final, casi lo gana Newells cuando Zenobio le sacó el gol a Gómez Mattar y cuando un cabezazo de González hizo levantar al estadio, pero la pelota se fue pegadita al parante derecho del arco visitante. El pitazo final marco una nueva magrea puesta en escena de para un equipo que padece a horrores este presente y que pide a gritos que termine de una vez por todas su agonía.

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