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Entre las ruinas de su fútbol, Newell´s rescató un punto ante Estudiantes en el final del partido

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Tardecita de martes en el Coloso del Parque Independencia, cita obligada de Newells con su presente, sin margen de error y con los cuestionamientos del hincha a flor de piel, Fabbiani se juega una de sus últimas balas de plata para intentar zafar en algo un torneo signado por malos resultados y un equipo que nunca dio la talla ante los desafíos y que naufragó en la mayoría de los partidos, dejando en casi todos una imagen deshilachada y poco feliz. El peor rival de Newells es el propio Newells y ahí estaba el secreto mejor guardado de la lepra para desentrañar esta historia de fútbol.

El primer tiempo fue casi todo del Pincha, que manejó la pelota a placer en muchos pasajes del cotejo, ante un Newells que no hacía pie, parecía que los jugadores de Estudiantes tenían una marcha más que los locales y por esa razón la visita merodeó asiduamente el área de Espínola. La falta de puntería ante el arco rival y las imprecisiones en los metros finales fueron los principales motivos para que el equipo de Domínguez no se fuera al vestuario ganancioso, al cabo de la primera etapa.

En el complemento la lepra pareció plantarse mejor en el campo de juego, al menos desde lo actitudinal el local mostró una mejoría, con un mejor andar de Herrera por la derecha y un Guch que ingresó por Chiaverano, enseguida empezó a hacer pesar su gambeta vertical por el sector izquierdo. La lepra tuvo su veranito en el arranque de la segunda parte, pero con el correr de los minutos esas ganas iniciales se fueron disipando y el encuentro volvió a ser lo que fue, con Estudiantes recuperando el control del trámite.

A los 29´ el Pincha llegó a la apertura con una buena jugada por derecha, Facundo Farías habilito a Eric Meza, este desairó a Montero (jugar con pierna invertida lo complicó mucho) y con un derechazo rasante derrotó a Espínola para marcar el 1 a 0. Estudiantes esta arriba en el marcador y era justo por lo hecho por el equipo de La Plata, sobretodo, en la primera parte. El partido se iba consumiendo en una nueva derrota leprosa hasta que a los 45´, Banega ejecuta desde la izquierda un córner, peina la pelota Rossi en el primer palo y el balón le queda a Luciano Lollo que con remate potente fusiló a Muslera para decretar el 1 a 1.

El pitazo final generó sensaciones ambiguas en el Coloso, los hinchas se fueron del estadio masticando bronca con el gusto agridulce de haber logrado salvar un punto que quizás, no merecían, porque el rojinegro volvió a defeccionar, con una actuación deficitaria, con un equipo que muchas veces da la sensación de estar tirado a su suerte en el reducto de juego. Sin ideas ni estrategia el presente de Newells depende de la suerte y de alguna inspiración individual, poco muy poco para justificar algo bueno en este presente, más aún si uno mira por el espejo retrovisor de su rica historia.

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