La amenaza del desempleo textil abre inesperadas oportunidades de trabajo
Cuando la recesión y la apertura arancelaria de las importaciones parecían sentenciar la defunción del sector textil en Argentina, un grupo de mujeres se rebeló y se puso a confeccionar pecheras para niños, niñas y adultos, especialmente con el inicio del ciclo escolar.
Las trabajadoras del barrio El Progreso de Viedma habían encontrado en la cooperativa “Nosotras desde Abajo”, que desde hace seis años se dedica al reciclaje de plásticos, una vía para mejorar sus economías familiares y contribuir al cuidado del medio ambiente.
No se quedan quietas y “tanto las pecheras como la producción de reciclados las vamos publicando en redes y ahí las vamos comercializando”, señaló Viviana Chalabe, titular de la cooperativa, a NoticiasNet.
No bajaron los brazos cuando la baja de aranceles textiles pegó en la línea de flotación de la industria más empleadora del país.
Por un lado se encendieron las alarmas por la posible destrucción de 50 mil empleos, pero por otro, plantea la posibilidad de reestructurar el negocio.
Hacer un mix entre importaciones de prendas de ropa, calzado y telas, y la adecuación de las plantas fabriles para producir prendas para exportar.
Esta industria mano de obra intensiva ya venía a los tropezones, con el 47,8% de su capacidad instalada, lo que significa que “la mitad de las fábricas están inactivas”, según Raúl Hutin, empresario del ramo.
El retroceso de la producción ha sido “muy significativo” girando “alrededor del 40% en comparación con el mismo período del año pasado”, agregó.
Además, la producción de tela ha caído.
Y advirtió que en los últimos tres años el sector invirtió 1400 millones de dólares en nuevo equipamiento.
Estructura comercial actual
En la actualidad, aproximadamente el 15% de la ropa que se comercializa en Argentina tiene origen en el exterior; ese porcentaje es del 30% en el segmento formal, del 10% en comercios barriales abastecidos en Flores y del 5% en saladitas y manteros, que se proveen en La Salada.
Los pronósticos agoreros no cuentan con la actuación que viene teniendo la comunidad, al apoyar los emprendimientos locales.
“La gente nos sigue trayendo material, siempre nos tiene en cuenta, por suerte los vecinos tomaron conciencia de que reciclando esos plásticos los convertimos en algo útil y durable, además no contamina el ambiente”, dijo la titular de la cooperativa viedmense.
Además de las pecheras, la cooperativa ofrece cartucheras, mochilas, bolsas de compra, yerberas y organizadores, todo elaborado con materiales reciclados.
Red de cooperativas
Son ofrecidos a nivel nacional a través de EcoPop, una plataforma que agrupa a diversas cooperativas y facilita la comercialización a precios accesibles.
La cooperativa participó en ferias locales como la organizada por Cáritas y el “Ida y Vuelta” de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN), donde muestran su trabajo y generan un espacio de visibilidad para su producción.
“Si alguien necesita algo no le decimos que no a los desafíos”, afirma Viviana, y añade que están abiertas a recibir pedidos personalizados, desde fundas para lavarropas hasta conservadoras.
Oportunidad para fábricas importadoras
Asimismo, la liberación de barreras paralancelarias y tributarias para la industria de indumentaria y de calzado abre nuevas oportunidades para las importaciones, al tiempo que genera preocupación entre los productores locales.
Según datos relevados por la empresa especializada en comercio exterior, Jidoka, durante el año pasado las importaciones de prendas de vestir alcanzaron los US$ 159 millones, sobre todo las provenientes de China.
La eliminación de estampillado, etiquetado, declaración jurada de configuración de producto y valores criterios, entre otras, propiciará un crecimiento de por lo menos el 30% en las importaciones de indumentaria para este año.
El sector textil y de indumentaria en Argentina es el que más creció en importaciones, después de tecnología.
“La liberación de barreras, así como puede resultar beneficioso para el sector, también invita a los productores, empleados, y todos los que son parte, a tomar ciertos recaudos y medidas para preservar a la industria”, afirmó Gabriel Salomón, director general de Jidoka y especialista en comercio exterior.
A pesar de tales aprehensiones, nadie cree que se deje de producir a nivel local, a condición de que se mantenga la competitividad según las escalas.
Cada uno en su medida, deberá invertir en tecnología, innovar con nuevos desarrollos, crear marcas propias que los diferencien de las importaciones y aumenten su valor agregado.
Asimismo, tendrán que buscar mercados alternativos para exportar sus productos y atenuar su dependencia del mercado local.
Y fundamentalmente, fomentar la colaboración entre las empresas y las organizaciones para compartir conocimientos, recursos y experiencias.
Las Pymes textiles más grandes tienen por delante estos desafíos, en tanto las cooperativas como “Nosotras desde Abajo” apuestan a la creación de productos útiles y al compromiso social hacia su comunidad.
Se trata de mujeres que continúan demostrando que el reciclaje puede ser un camino hacia el empoderamiento y la sostenibilidad económica.