Procesaron al intendente de La Matanza por abuso sexual
El intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, fue procesado por el delito de abuso sexual simple y la jueza María Galletti le fijó un embargo por la suma de $1.500.000.
La magistrada también dispuso la prohibición de contacto entre Espinoza y Melody Rakauskas, quien realizó la denuncia en contra del jefe comunal hace dos años. La resolución judicial establece que Espinoza es considerado “prima facie” responsable de los delitos de abuso sexual simple en concurso real con desobediencia, en calidad de autor y en perjuicio de Rakauskas.
Espinoza continuará en libertad provisoria ya que para la jueza no se cumplen las condiciones restrictivas para su detención, aunque deberá mantenerse alejado de la denunciante y evitar todo tipo de contacto con ella
La mujer radicó la denuncia el 3 de junio de 2021 ante la Oficina de Violencia Doméstica.
A partir de entonces, la causa empezó a ser investigada por la UFIJ N°8, a cargo de Alejandra María Núñez, y en las últimas horas tuvo importantes avances.
La mujer denunció que comenzó a trabajar “en negro” en la Municipalidad de La Matanza, como secretaria privada de Espinoza, y la registraron con el nombre falso de “María Micucci”, pero nunca supo por qué. Cobraba entonces $150.000.
Días antes del supuesto abuso, la denunciante declaró que el intendente le dijo que iría a su casa a cenar. “Fue una imposición como algo decidido por él”, aclaró. “Me intimidó, no tenía opción de decir que no. Terminé aceptando, pero presionada”, dijo en su testimonial.
Ella tenía novio y le avisó eso a Espinoza que se había autoinvitado a comer. “Era su amigo y le refirió que era normal que quisiera cenar con allegadas al trabajo, que solía hacerlo”, aseguran en el documento al que accedió TN.
“Esa noche no pasó nada y cenamos normalmente, pero me sentí muy incómoda. A los pocos días, volvió a mi casa. Durante la cena tuve una sensación física extraña. Pensé que me había puesto algo en la bebida. Él me preguntó cosas personales y yo le aclaré que estaba en pareja con su amigo”, relató.
Finalmente, según su declaración, el día 10 de mayo fue la tercera y última vez que cenaron. “Ese día en la Municipalidad el imputado le ordenó que se fuera temprano porque a las 21.00 horas iría a su casa, a lo que agachó la cabeza por sentirse ‘consumida de estrés y presión, porque era una decisión de él, nunca le preguntaba’”, dice el procesamiento fiscal.
Cuando terminaron de comer, siempre en base al relató la víctima, Espinoza le contó que tenía dolores cervicales y de espalda, y le pidió que le haga masajes. Que la víctima le ofreció darle algún calmante muscular, pero él insistió: “No tengas miedo, dale”, le habría dicho, mientras la miraba de manera intimidante. “Se desabotonaba la camisa y me insistía con que no tuviera miedo porque las mujeres de sus amigos para él tenían bigote”, aclaró la denunciante.
El imputado empezó a manosearla mientras le decía: “Quedate tranquila, siempre te tuve ganas. Va a estar todo bien”. Después de eso, Espinoza se habría sacado el pantalón e intentó desnudarla en contra de su voluntad. “Me dijo que se iba, que no me preocupe, pero de una manera amenazante”, añadió la mujer en su denuncia.
Por último, contó que se puso a llorar y le preguntó si la iba a echar, y la respuesta del intendente habría sido: “No, gorda. Esto queda acá entre nosotros. Lo que pasa en el trabajo es cosa del trabajo”. Sin embargo, la última frase que deslizó Espinoza habría sido: “Sos una boluda, no sabes lo que te perdes”.
La mujer hizo la denuncia varios días después del supuesto hecho, a raíz de un mensaje que la hizo “desbordar”. Según contó, el imputado le habría mandado por Telegram un texto que decía: “Cuándo me vas a invitar a cenar de nuevo”. Por eso, pidió una medida cautelar a la Justicia, para evitar que se acerque a ella a menos de 500 metros.
Después de eso, la denunciante volvió a ir a la comisaría para informar que habría recibido mensajes amenazantes de personas allegadas a Espinoza. “Retirá la denuncia y no te va a pasar nada”. También agregó que el propio intendente fue hasta su casa un mes después para decirle que si desistía de la acción penal, le iba a conseguir otro trabajo.
En la declaración, la mujer también mencionó al jefe de Gabinete municipal, Claudio Lentini, quien le dio un documento con una desestimación de la denuncia, para que firme y le entregue al juez de Instrucción. Entre las pruebas adjuntó un mail enviado por la secretaria de Lentini y un audio en donde se escucha al funcionario pedirle que firme el papel y lo entregue al día siguiente.
En el dictado de procesamiento, la jueza Galletti volvió a pedir una restricción de acercamiento y de todo contacto, ya sea física, telefónica o virtualmente, bajo apercibimiento, es decir, que sí incurre de nuevo en la desobediencia, el intendente podría ir preso.