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“Una CGT Rosario de puertas abiertas y en unidad”, el desafío que asume Miguel Vivas como flamante Secretario General

Por Sergio Alcázar

La elección de Miguel Vivas como nuevo secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT) Regional Rosario marca un momento de quiebre para el sindicalismo local. Más allá de los nombres propios, este nombramiento es fruto de un consenso amplio, y simboliza el necesario y añorado retorno a la unidad dentro de la central obrera más importante de la ciudad.

El proceso de elección no solo culmina con la normalización interna de la CGT Rosario, sino que también envía un mensaje claro y potente al resto de la sociedad, sobretodo, en un contexto económico y político que se vislumbra “difícil”, donde los gremios han optado por dejar de lado las diferencias, los egos e intereses personales para converger en una mesa única de dialogo y consenso. Esta cohesión es, en sí misma, el primer gran logro para la nueva conducción, encabezada por Vivas, un dirigente con espertise y que proviene del gremio de la alimentación.

La unidad como blindaje sindical

“Se vuelve a conformar la CGT, tenemos que entender lo importante que es que funcione el movimiento organizado y que estemos todos juntos luchando por lo mismo, que es la unidad de los trabajadores”, afirmó el flamante Secretario General dejando en claro el rol que le cabrá al nuevo ente rector gremial.

En un escenario donde las discusiones sobre la flexibilización laboral y las reformas económicas están permanentemente en agenda, la unidad no es solo un mero capricho, sino una necesidad estratégica y valorada. El propio Miguel Vivas ha sido claro al advertir que la central estará atenta y vigilante ante cualquier intento de reforma laboral que busque “destruir el bienestar de los trabajadores”. La capacidad de la CGT Rosario de hablar con una sola voz será fundamental para negociar, resistir y defender los derechos adquiridos. La unidad blinda al movimiento obrero frente a las presiones externas que deberán hacer frente en lo inmediato.

Los desafíos que deberá enfrentar la nueva conducción.

“Esta va a ser una CGT de puertas abiertas donde vamos a participar todos, todos los gremios están convocados, y eso es necesario para enfrentar esta política de gobierno que cada vez nos están destruyendo más a nosotros, a los trabajadores, a los jubilados, a todos, para eso se tiene que formar esta CGT, tenemos que entender cuál es nuestro enemigo, pero todos unidos”, advirtió el dirigente gremial de Alimentación.  

Si bien la unidad es la base, el verdadero desafío que asumirá Miguel Vivas y la nueva mesa directiva será transformar ese consenso interno en una acción efectiva hacia afuera, logrando una representatividad amplia para que esta unidad lograda se traduzca en una expresión real de los intereses de todos los sectores, desde los grandes gremios industriales hasta los más pequeños y hasta los que aún luchan por la formalización.

Vínculo con la sociedad y una agenda de desarrollo local

“No hay que tener miedo, pero sí entender que hay que pelearla en unidad. Sino vamos a salir perdiendo como estamos perdiendo hasta ahora. Divididos, cada cual hace lo que puede y eso no es bueno. Acá tenemos que trabajar todos unidos por un solo bien que es el de los trabajadores”, reclamó Vivas al movimiento obrero sobre un cambio de paradigma en las formas por las cuales los gremios deben construir poder desde la unidad.

Rosario, como polo productivo y portuario, necesita de una CGT Rosario que no solo defienda el empleo, sino que también promueva una agenda de desarrollo productivo con valor agregado y compromiso social. El sindicalismo necesita imperiosamente recuperar el vínculo con la sociedad, sacarse de encima esa “mala prensa” que tanto daño ha hecho a su imagen y mostrarse nuevamente con sentido de cercanía con la gente, llevando adelante, no solo la lucha por la defensa de los derechos laborales de los trabajadores, sino por un modelo de país más justo.

La asunción formal de Miguel Vivas, prevista para el 27 de noviembre, será el punto de partida para una gestión que heredará la responsabilidad histórica de la CGT y que deberá convertirse en un dique de contención social y en el motor de las reivindicaciones de toda la clase trabajadora. La CGT Rosario ha dado un paso firme hacia la unidad; ahora le toca demostrar que esta cohesión tiene la fuerza para enfrentar con éxito los desafíos que se avecinan en su futuro inmediato.

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