Un museo de París presenta la primera retrospectiva antropológica sobre los zombies
El museo parisino del Quai Branly presentó la primera exposición retrospectiva y antropológica dedicada a los zombies, que busca recuperar el origen de esta figura mítica, muy distorsionada por la cultura pop y el cine de las últimas décadas.
La muestra Zombies. ¿La muerte no es un final? intenta, a través de decenas de objetos, en su práctica totalidad nunca antes expuestos, recordar a una figura que se remonta a la colonización de Haití y a las rutas de tráfico esclavos que comenzaron en el siglo XVI, frente a la evolución reciente.
“Por primera vez cuestionamos el concepto mismo de zombie”, aseguró en declaraciones a EFE Philippe Charlier, uno de los comisarios de la muestra que, sin restar importancia al fenómeno popular en el que se ha convertido este concepto, quiere poner el foco en el origen del término.
“Las fuentes nos llevan a Haití, al África subsahariana y también a las poblaciones autóctonas del Caribe que llamamos taínos”, explicó.
Una de las maravillas de la exposición es un ejemplar editado en 1697 de Le Zombi du Grand Pérout (El Zombie del Gran Perú), una novela del francés Pierre Corneille de Blessebois que mezcla fantasía y aventura.
Se trata, de hecho, de la primera referencia escrita en el mundo occidental sobre el concepto zombie, aunque “no corresponde para nada a un zombi real, se trata de un brujo, pero desde el punto de vista histórico es (un documento) extremadamente importante”, remarcó Charlier.
Igualmente se pueden encontrar vestidos con los que se hacían los rituales de vudú, murales, esculturas, crucifijos, un pez globo disecado, vídeos, fotografías y hasta tres representaciones de cementerios vudús, así como de una “cámara de los secretos”.
Siglos después, los zombies dejan de ser un fenómeno local de Haití para ser internacionales. A partir de la década de los cincuenta del siglo pasado, la cultura pop, de la mano de los Estados Unidos, se hizo con este término para darle una nueva vida, cambiando su significado por completo, para transformarlo en un producto.
La película de James Bond Live and Let Die, la serie televisiva The Walking Dead o la canción Thriller, de Mickael Jackson, son tan solo ejemplos modernos de la transformación del concepto en algo que tiene que dar miedo.
“El zombie de verdad era un individuo de Haití que era juzgado y condenado a vivir una condena peor a la muerte, en un cuerpo sin alma durante años”, insistió el curador de la muestra. En cualquier caso, alguien vivo.
La condena social sería el ejemplo más fiel y actual de lo que en el siglo XVI se entendía por un zombi, contó Charlier.
“Alguien que está en una prisión, en una residencia de ancianos, una persona sin hogar o la gente en situación marginal son nuestros zombies” de hoy en día, zanjó Charlier.