Santa Fe y Córdoba en Provincias Unidas: Las “dos caras del Dios Jano”

Reza la historia antigua que Jano era un dios romano con un rostro mirando hacia atrás y otro hacia adelante, que simboliza la dualidad de las puertas, que pueden abrirse o cerrarse, permitiendo la entrada o la salida. Esa ambigüedad expuesta por la mitología romana, nos sirve muy bien para representar las posturas contrapuestas que, a veces, existen en distintos ordenes de la vida y que se dan también con mayor periodicidad dentro de la política misma.
Provincias Unidas – en su caso – tendrá su bautismo de fuego en las intermedias legislativas nacionales del próximo 26 de octubre, la escudería pergeñada por los gobernadores, Ignacio Torres, Claudio Vidal, Maximiliano Pullaro, Martín Llaryora, Carlos Sadir y Gustavo Valdés, surgió con el objetivo de convertirse en una alternativa electoral que pueda romper las posiciones extremas expresadas hoy por Fuerza Patria y La Libertad Avanza, quienes con sus variopintos matices reeditan una grieta que pretende nuevamente polarizar las voluntades en las urnas.
Aunque la idea primigenia del armado expuesto era cimentar las bases para una nueva propuesta política, lo que diferencia la construcción en Santa Fe y Córdoba, son precisamente “las formas” con las cuales sus mandatarios provinciales realizan la conveniente lectura del escenario electoral y establecen sus estrategias de conveniencia. Maximiliano Pullaro apunta todo su arsenal discursivo contra un oponente designado para la campaña: el kirchnerismo, quizás un error no forzado que lo convierte en opositor de la oposición, lo cual (ante la mirada del votante independiente) lo hace ver como un oficialista.

Esta situación propiciada por los propios estrategas del ex ministro de Seguridad le genera un intríngulis inconveniente, ya que hacen ver de manera bastante difusa su rol de oponente a las políticas del mandatario libertario. Mas aun cuando el propio gobernador ahondó su ataque dialéctico contra Fuerza Patria al calificar como “el peor presidente de los últimos 40 años” a Néstor Kirchner. Fue un innecesario error no forzado cometido por el referente radical, porque la valoración que tiene en el ideario colectivo general el ex presidente es muy distinta a la de su mujer, Cristina y precisamente, esa bravuconada lo puede llevar a perder muchas adhesiones dentro de las distintas fuerzas peronistas. “Cuando elijas un rival míra primero el tamaño de la espalda de tu oponente”, me decía mi papá siempre. Este bien podría a ser un “caso testigo” para comprobar esa sentencia.
Pullaro habló también del autoritarismo que exhibió Néstor Kirchner durante su mandato, aunque las formas de construir política del líder de Evolución no difieren demasiado, como lo confirman por lo bajo, los propios dirigentes opositores en gestión, quienes reniegan por presiones permanentes desde el Ejecutivo provincial para tener que darle apoyo a la candidatura de Gisela Scaglia, cosa que ya hicieron público, los intendentes Enri Vallejos de Reconquista y Roly Santacroce de Funes, hecho que provocó bastante enojo en el resto de los mandatarios peronistas santafesinos, quienes consideran innecesario exhibir ese grado de obsecuencia. ¿Alguna vez vieron a Pablo Javkin apoyando un candidato de Perotti?, refunfuñó un dirigente peronista que peina canas a este medio, y lo hizo con un dejo de bronca a causa de lo que considera una falta de personalidad de los mencionados titulares municipales por no poder mantener a salvo sus propias convicciones ideológicas.
En cambio, el otro lado del Dios Jano, lo representa el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, quien entendió muy bien su rol de opositor al oficialismo nacional y juega con espertise sus fichas en consecuencia, al destinar todos sus dardos de campaña contra Javier Milei. “Sin el salvataje de Trump, el modelo de Milei tenía un cimbronazo antes de las elecciones”, afirmó el cordobés, apuntándole al corazón del relato libertario. Con su arenga el mandatario de la provincia mediterránea parece dar por finalizado el modelo económico del presidente; y en paralelo, apela a sumar a su causa el “voto útil” para poder propinarle una derrota electoral al líder del espacio violeta en Córdoba.

Llaryora, hábilmente, dejó pasar de largo sus críticas en campaña al kirchnerismo, porque como peronista sabe muy bien que en el camino hacia el 2027 – su figura después del 26 seguramente será presidenciable- estará obligado a pescar en toda “la pecera del PJ”, Perón al respecto señalaba que: “si me quedo solo con los buenos, me voy a quedar con muy pocos” , premisa que aplicará con criterio el dirigente cordobés sabedor que necesitará de todos para poder ampliar su base de sustentación electoral y competir de esa manera con expectativas de éxito.
El armado político que lleva adelante el cordobesismo se basa en el peronismo como la piedra basal de la construcción y a partir de allí se sumaron dirigentes de otros espacios quienes comparten la misma idea de un país mejor, aglutinados inteligentemente y cuya participación surge de la propia voluntad de los mismos, sin coacción alguna. Llaryora nunca usó el látigo y la billetera como herramientas para dotar de contenido a su fuerza, lo suyo fue siempre más pragmático porque le basta solo con evangelizar y seducir gracias a sus buenas formas y a un mensaje por demás inclusivo. “Martín tiene un liderazgo que lidera”, supo decir a este medio- con su particular tonada de voz -, un dirigente del espacio cordobés.
Pullaro, en cambio, transita la vereda opuesta, arma su estructura de acuerdo a sus necesidades coyunturales, hoy, por ejemplo, su meta es apoyar fuertemente a Gisela Scaglia, sabiendo quizás, que con ese acompañamiento total a su vicegobernadora confundirá un poco a parte de su propio electorado, ese que sigue viendo en el PRO un aliado indisoluble de Javier Milei y por esa razón – la candidatura de la presidenta del espacio amarillo en Santa Fe – genera desde ya mucha desconfianza en distintos sectores de militantes radicales alfonsinistas y del propio socialismo. Habrá que ver – el domingo a la noche – si tanto maquillaje aplicado da buenos resultados.
Maximiliano Pullaro y Martin Llaryora son dos puntales de la escuadra de Provincias Unidas, ambos con sus propias improntas y maneras de concebir la política. El gobernador de Santa Fe mediante un raid importante en medios capitalinos intenta empezar a instalar su imagen rumbo a la presidenciable del 2027. En cambio, Llaryora eligió transitar un camino distinto, con un perfil bajo, fortaleciendo su crecimiento en base a un discurso mucho más emparentado a la mejor historia del peronismo, esa que habla de justicia social, de producción, de trabajo y sobretodo, de soberanía política. El lunes 27 de octubre, las urnas pondrán debidamente las cosas en su lugar, y ese preciso instante develaremos el misterio de quién será el que proyecta liderazgo nacional y quién no. Esas dos caras del Dios Jano que hoy habitan en Provincias Unidas..