Rusia exigió la rendición de Ucrania, pero Kiev rechazó el ultimátum y sumó apoyos
Rusia exigió este martes la rendición de Ucrania y negó haber atacado el lunes un centro comercial abarrotado de gente, mientras Kiev rechazó el ultimátum para deponer las armas y profundizó apoyos internacionales en la cumbre del G7 que finalizó en Alemania y la de la OTAN que se reune en España.
“La parte ucraniana puede poner fin (al conflicto) en el día de hoy. Hay que ordenar a las unidades nacionalistas que depongan las armas, hay que ordenar a los soldados ucranianos que depongan las armas y hay que aplicar todas las condiciones fijadas por Rusia”, afirmó Dmitri Peskov, portavoz del presidente ruso, Vladimir Putin.
“Ucrania no comenzó esta guerra y no la concluirá cumpliendo una orden. Aquellos que están en Moscú pueden poner fin a la guerra en cualquier momento, simplemente con algo razonable: dejar de lanzar misiles sobre nuestras ciudades, retirar las tropas y abandonar la propaganda nuclear”, respondió Mijail Podoliak, consejero del presidente Volodimir Zelenski.
Rusia, por otro lado, negó haber atacado el lunes un centro comercial abarrotado de gente, tal como sostiene Kiev y sus aliados occidentales, que hablaron de al menos 18 muertos por ese hecho.
El Ministerio de Defensa ruso aseguró en su comunicado diario que destruyó con misiles de “alta precisión” depósitos de armamento entregado por los países occidentales, situados en el área de una fábrica de maquinaria de construcción, al lado del centro comercial.
“Las detonaciones de las municiones destinadas a las armas occidentales provocaron el incendio (…) en un centro comercial que no estaba abierto”, afirmó el Ejército ruso, según reportó la agencia de noticias AFP.
Zelenski pidió este martes, en relación con este ataque, que Rusia sea reconocido como “Estado patrocinador del terrorismo”.
“Solo los terroristas completamente locos, que no deberían tener lugar en el planeta Tierra, pueden atacar con misiles objetivos civiles”, escribió el mandatario en un mensaje en la aplicación de mensajería Telegram en el que acusó al Kremlin de atacar “jardines de infantes, escuelas, centros comerciales, edificios de departamentos, etc”.”El mundo puede y debe detener el terror de Rusia”, agregó el presidente ucraniano, que aseguró que las víctimas del bombardeo son en realidad 20.
Por otra parte, el mandatario pidió a la ONU que visite el lugar que fue objeto de un ataque con misiles a un centro comercial, en la ciudad de Kremenchuk (centro), al dirigirse por videoconferencia al Consejo de Seguridad. Zelenski también pidió a los miembros del Consejo, incluido Rusia, guardar un minuto de silencio por los muertos en la guerra hasta el momento.
“Sugiero a las Naciones Unidas que envíen a un representante especial, o al secretario general de las Naciones Unidas, o una comisión plenipotenciaria para que la ONU pueda recoger información de forma independiente y ver que esto realmente fue un ataque con misiles rusos”, dijo Zelenski sobre el ataque del lunes, en el que perecieron al menos 18 personas.
El ataque se produjo cuando los mandatarios del G7 (Estados Unidos, Canadá, Japón, Francia, Italia, Reino Unido y Alemania) se encontraban reunidos en el sur de Alemania y la víspera del inicio de la cumbre de la OTAN en Madrid.
Horas después del anuncio del bombardeo en Kremenchuk, las autoridades ucranianas denunciaron un ataque con cuatro muertos en Jarkov (noreste) y el deceso de ocho civiles por la ofensiva en Lisichansk (este).
Esta urbe se convirtió en blanco de intensos ataques de las tropas rusas tras la caída de su ciudad gemela, Severodonetsk, separadas solo por un río.
Al menos ocho civiles murieron y otros 20, entre ellos niños, resultaron heridos, mientras “recogían agua de una cisterna”, dijo Serguei Gaidai, gobernador regional de la provincia de Lugansk, donde se sitúan ambas ciudades.
“Nuestras defensas aguantan la línea, pero los rusos están convirtiendo la ciudad en escombros”, añadió.
Tras el fracaso en la conquista de Kiev, a fines de marzo, las tropas rusas centraron sus ataques en la cuenca minera del Donbass, en el este, ya parcialmente en manos de los separatistas prorrusos desde 2014, año en el que además Moscú se anexó la península de Crimea.
Sobre esta última zona, el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvedev, lanzó este martes una dura advertencia al señalar que si un Estado miembro de la OTAN intenta invadir la península, esto provocará “la Tercera Guerra Mundial”.
“Cualquier intento de invadir Crimea es una declaración de guerra contra nuestro país. Y si lo hace un país que es miembro de la OTAN, eso será un conflicto con toda la Alianza Atlántica. La Tercera Guerra Mundial”, dijo Medvedev en una entrevista concedida al diario ruso Argumenti i Fakti.
Por su parte, el alcalde de Kiev y excampeón mundial de boxeo los pesos pesados, Vitali Klitschko, presente en Madrid para la cumbre de la OTAN, pidió a los aliados “acelerar” las entregas de armas a Ucrania para hacer frente a Rusia.
“Necesitamos sistemas anticohetes. Vemos que cada día los cohetes rusos destruyen nuestras ciudades, matan a civiles, destruyen las infraestructuras”, explicó, junto a su hermano gemelo Volodimir, también antiguo boxeador campeón del mundo.
“El apoyo a Ucrania es clave para que la paz vuelva a Europa”, prosiguió el alcalde.