Rumbo al 2027, el futuro del peronismo santafesino hoy solo tiene una “bala de plata”

En este contexto tan raro de la política santafesina, donde el particular electorado de esta provincia en las urnas siempre sorprende y “te quita lo que te dio con suma facilidad”, quedando cabalmente expuesto eso en este especial momento de frágiles apoyos, que se vio muy bien graficado en la pérdida porcentual de acompañamiento que padeció Maximiliano Pullaro en el interregno de tiempo que va desde el momento que fue ungido gobernador en el 2023 hasta la elección del 29 de junio del 2025, en donde cayó su capital político en 23 puntos, tan solo en un año y medio de su gestión. Una señal de fuerte alarma para el oficialismo y un dato que debería envalentonar a la oposición para ponerse manos a la obra y generar una alternativa con expectativas ciertas de éxito cuando los “cuartos oscuros”, llamen nuevamente, a la participación ciudadana.
En un escenario tan voluble, tan cambiante, y en donde los santafesinos andan con muy pocas ganas de “ir a votar”, el peronismo empieza a dar señales de recomposición, el puntapié inicial requerido para un incipiente proceso de resurrección, haciendo caso al repetido pedido de parte de la dirigencia y de la militancia del espacio – quienes claman hace buen tiempo- por urgentes acuerdos o al menos, algunos puntos de coincidencia desde los cuales poder “moldear”, una vez más, el añorado “sentido de unidad” que siempre fue una bandera histórica del peronismo, para de esa manera elaborar una estrategia que permita unir a la mayoría de los espacios que profesan la “liturgia peronista”.
“Deben dejar de mirarse el ombligo y empezar a pensar en el beneficio del conjunto del espacio antes que priorizar sus propios y mezquinos intereses”, fue el reclamo compartido con este medio por un dirigente gremial rosarino en referencia a este presente anárquico que atraviesa el PJ en Santa Fe. La actualidad del peronismo de la provincia cuenta con muy pocos dirigentes para “mostrar” y que puedan servir como esa “zanahoria” que motive a los peronistas a encolumnarse detrás de una causa que se muestre como ganadora. Allí en ese campo de flaquezas propias en el peronismo santafesino vuelve a tallar fuerte la figura de Omar Perotti, como si fuera el rafaelino una obligada referencia del espacio, convertida quizás, en la única esperanza que le queda al partido para poder ser competitivo en el 2027.

El perottismo puso primera en la tarde del jueves en la ciudad de Santa Fe, con la presencia de más de 300 referentes del espacio de toda la provincia, dejando un mensaje claro de que la fuerza política del ex gobernador sigue latente y con ganas de volver a dar batalla. El “Piamontés” en su discurso inaugural pidió a la dirigencia presente “salir del molde”, una clara alusión que busca fomentar un armado más amplio y que pueda incluir a otras fuerzas. Perotti entiende que son tiempos de construcción “frentista” y su pública interpretación deja al descubierto que el actual momento del partido no permitiría aspirar a ningún triunfo electoral por sí solo sino se hace imperioso acordar con otros espacios, para darle forma a una alternativa en común. “La pelota ya está en el aire”, habrá que ver que destino le darán los dirigentes involucrados a toda esta historia.
“Si Amalia sacó el 18% de los votos, nuestro espacio más del 7% en las elecciones del 2023 y si le agregamos el peronismo que anda siempre recaudando 30 puntos, entre los tres sumamos 55%, la misma cantidad de apoyo que sacó Pullaro cuando ganó la gobernación, será tan difícil juntarnos”, señaló con un inocultable dejo de esperanza un dirigente de la provincia, cuyo espacio hizo en la última elección, un sorpresivo viraje hacia el lado del peronismo. Será tarea de los operadores, ideólogos y estrategas – de los espacios involucrados en esta movida – poder darle forma a una alternativa en donde se pueda dar conjunción a los diferentes matices ideológicos. Difícil, pero no imposible, si uno se remite a la construcción lograda por Unidos, en donde conviven el Socialismo con el PRO, el “agua y el aceite” si de principios e ideales se trata. ¿Perotti será capaz de poder propiciar esos acuerdos? La respuesta surgirá por sí sola a partir del devenir de los hechos y sobretodo, de la buena voluntad que tengan cada uno de los referentes de las fuerzas participantes del convite.
Antes del 2027, el peronismo debe atravesar el campo minado de octubre próximo, las elecciones intermedias nacionales serán un inevitable mojón que servirá como zaranda y que dejará en el camino las aspiraciones futuras de algunos referentes históricos del PJ. Perotti hace un tiempo le pidió al partido poder definir en una interna el armado de una lista de unidad, antes había sido el intendente de Funes, Roly Santacroce quién había solicitado por escrito lo mismo, una lista en común le permitiría al peronismo llegar con grandes posibilidades de hacer un buen papel en las urnas, un copyright a lo hecho en Buenos Aires. El propio Santacroce quiere – aunque no lo ha hecho público – competir por una banca en la Cámara Baja del Congreso Nacional, lo mismo ocurre con Roberto Mirabella que debe renovar su cargo y cuenta a su favor con la ventaja de ser el “alfil” de Perotti.

Existe una casi total coincidencia en el ideario peronista de la provincia que seria un groso error hacer participar en las elecciones de octubre a Agustín Rossi formando parte de la lista de diputados, el ex Jefe de Gabinete de Alberto Fernández cuenta con un curriculum muy adverso, donde abundan las repetidas derrotas, algo que lo retira abruptamente de toda góndola de competencia, algo parecido sucede con el actual Senador Nacional, Marcelo Lewandoswki, quién ha perdido muchísimo terreno entre las preferencias de los votantes peronistas al haber caído vencido en las últimas tres elecciones que participó y además, fue muy criticado por no haber aceptado ser candidato a Intendente de Rosario en el 2023. “En el peronismo se perdona todo, hasta una traición, pero nunca la derrota”, reza una antigua sentencia partidaria, y ambos referentes del espacio han quedado demasiado presos de una frase que representa impiadosamente, la idiosincrasia e identidad del movimiento peronista.
Dentro de dos años se vuelve a jugar por la gobernación en Santa Fe y en el peronismo doméstico se empiezan ya a definir algunos roles, el que picó en punta fue Omar Perotti, relanzando su espacio, haciendo caso al pedido de muchos dirigentes gremiales y políticos del PJ santafesino que hace un tiempo empezaron a pedir por lo bajo, por su vuelta al ruedo. El gran desafío que deberá enfrentar el rafaelino es saber si podrá darle otra impronta a su armado, algo que no pudo lograr cuando fue mandatario provincial. No son pocos, los que ahora con el diario del lunes, le exigen a Perotti otro tipo de liderazgo político. Habrá que ver si en este nuevo escenario, el ex senador nacional cuenta con la suficiente espertise para poder llegar a concretar algunos puntos de consenso con otros dirigentes de la provincia, como los casos de Amalia Granata y Carlos Del Frade, por decir algunos. Si consigue darle forma a una nueva alternativa frentista, Perotti empezará a confirmar que era verdad lo que se esperaba de él, esa “bala de plata” que contaba el peronismo para volver al poder.