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Rogarle a los humillados: El karma que Milei se autoimpuso para su destino

Sergio Alcázar

Javier Milei no descansa en su iniciativa de provocar a la política, hasta disfruta con el protagónico rol de ser “el malo de la película”, las continuas desavenencias que el presidente ha generado con casi toda la dirigencia opositora lo han colocado en una posición desventajosa con el resto, solo su enorme “alter ego” lo mantiene en la lucha para poder desafiar las adversidades con una temeridad nada aconsejable para un mandatario nacional. El libertario aborrece a los políticos y ese odio se le ha convertido en un peligroso bumerán que ya empieza a degastarlo.  

El vínculo del economista con los legisladores y gobernadores hace rato viene a los tumbos, aún antes del fracaso de la ley Ómnibus en el Congreso, el mandatario trató de traidores, manga de sátrapas, parásitos, farsantes, delincuentes, mentirosos y hasta supo rotular como mierdas a todos aquellos que con sus actos se atrevieron a desafiar su poder, Milei descree de la democracia, no respeta a sus instituciones y es evidente que sueña con gobernar haciendo uso de las ínfulas de un emperador, en donde su decisión nunca pueda ser interpelada y mucho menos, desatendida.

La decisión presidencial de retirarle la asistencia a las provincias, sobre todo al dejarlas sin los subsidios al transporte y la educación, corresponde a medidas más emparentadas con un caprichoso castigo impuesto por Milei a la desobediencia de los diputados y gobernantes provinciales, que a un acto de gestión que debería ser llevado adelante por un presidente que se precie como tal.

Javier Milei empezó una cruzada contra la dirigencia política opositora, aunque sus métodos no son los convenientes para conseguir los acuerdos que neecsita para gobernar.

Mientras el habitante de la Casa Rosada gasta muchas horas en responder posteos en X, la sociedad argentina padece una de las crisis mas lacerantes para sus bolsillos, aunque el economista prefiera darle likes a noticias que solo hablan de su buen desempeño en él cargo y que nada tienen que ver con propiciarle una mejoría en la calidad de vida para su gente. Milei ama lo que le devuelve su “mágico espejito” y nada más que eso.

No conforme con el tormentoso escenario político por el mismo propiciado, el presidente redobló la apuesta y abrió otra puerta a un nuevo conflicto, esta vez el destinatario de su ira fue el gobernador de Chubut, Ignacio “Nacho” Torres, quien se plantó ante la negativa del gobierno nacional a girarle los fondos de coparticipación que le corresponden (algo así como 13.500 millones de pesos), y le dio tiempo al libertario hasta el día miércoles para que gire ese dinero o no saldrá una gota de petróleo de su provincia, Milei- como de costumbre- respondió casi de inmediato en su red social, tildó de traidor al mandatario provincial y hasta lo desafió a que cumpla con su promesa. Milei tiene “cero tactos” al momento de interactuar con sus pares y sus formas ya ni siquiera resultan simpáticas para aquellos que, tiempo atrás, festejaban su llegada a la política.

La disputa con el gobernador sureño, le dejó un saldo negativo al titular del Ejecutivo nacional, porque fueron 22 los mandatarios provinciales que se solidarizaron con Torres (Jaldo mantiene firme su reciente idilio con el presidente), y el temor en ciernes para el gobierno es que este hecho pueda provocar un indeseado fenómeno dominó y que cada provincia se plante ante el poder central para reclamar lo que le pertenece.

El conflicto que generó el presidente con el gobernador de Chubut, Nacho Torres le puede generar un dolor de cabeza a futuro.

No está mal recordar que hace unos días se hizo recurrente el rumor de una posible reactivación del “Pacto de San José de Flores”, que les permitiría a las provincias gambetear al gobierno nacional y disponer para sí de los recursos generados por el propio distrito provincial. “Yo te avisé y vos no me escuchaste”, podrían cantarle los Fabulosos Cadillacs, al dueño de Conan. “Milei es como Atila donde interviene no crece más ninguna posibilidad de diálogo ni acuerdo”, confesaba a este medio en forma de humorada un dirigente libertario, ahora en estado de disidencia por las maneras que tiene de ejecutar la política el economista.

Según palabras de Javier Milei y de su ministro de confianza, Luis Caputo, marzo y abril serán los meses muy difíciles, porque se espera en ellos una agudización de la crisis económica. La sociedad por ahora no ha reaccionado en la medida que debiera hacerlo debido al brutal deterioro ocasionado a sus ingresos. No son pocos los dirigentes (Eduardo Buzzi- Sergio Ziliotto, entre otros) que, ante el clima beligerante y poco democrático propiciado por el gobierno nacional, han empezado a hablar sobre la posibilidad de hacerle un juicio político al libertario por la supuesta “mala praxis” de su gestión, aunque también señalan, que todavía es demasiado prematuro para pensar en ello. El devenir de los días determinará si Milei maduró al fin y cambió el “chip” para poder encauzar su relación con lo que él llama la “casta” o continuará embistiendo a sus opositores como un “Don Quijote” que aborrece los molinos de viento.

El tiempo nos dirá si los particulares métodos de Milei al fin puedan tener algún éxito, eso dependerá de que si los “argentinos de bien” empiecen a vivir un poquito mejor, de lo contrario la historia lo pondrá inexorablemente ante el latente peligro de poder perder el apoyo que aún dispone y justo ahí en ese preciso instante cuando el mandamás se encuentre “entre la espada y la pared” se vera obligado a tener que “rogarle a aquellos humillados” por su persona, para que lo perdonen, lo ayuden y hasta ese pedido, llegado el momento, puede resultar demasiado tarde para poder cambiar ese karma que él mismo se autoimpuso para su destino

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