Rocío Bonacci sobre la visita a Ezeiza: “Lo cráneo Beltrán Benedit, supongo que con la ayuda de Guillermo Montenegro”
La diputada Rocío Bonacci, integrante de la comitiva de seis legisladores libertarios que se reunieron con represores en el penal de Ezeiza, entre los que destacaba el exmilitar de la Armada, Alfredo Astiz, reveló en una nota por radio Mitre que la visita contó con el visto bueno de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich
“Lo cráneo Beltrán Benedit, supongo que con la ayuda de Guillermo Montenegro, y parece ser, a raíz de unos chats que salieron ayer, todavía no lo charlé con el bloque, que esto tenía un okey de Patricia Bullrich”, afirmó la diputada de La Libertad Avanza.
Incluso, argumentó que algunos protocolos de estricta seguridad que se realizan en una visita a las cárceles fueron pasadas por alto. “Simplemente nos abrieron la puerta, ingresamos, conversamos, nos recibieron muy cordialmente y los diputados teníamos todos nuestros teléfonos”, contó sorprendida la legisladora rosarina.
Luego amplió sobre lo irregular que fue el contexto de la visita: “Fue todo muy irregular. De hecho, ingreso al pabellón consciente de que me iban a tantear los bolsillos, que me iban a pedir el teléfono y más datos y no pasó”, sostuvo a semanas de la visita.
A horas de que la foto de los legisladores junto a Astiz, Ricardo Cavallo y Raúl Guglielminetti, entre otros represores, viera la luz, la legisladora -que decidió no participar del retrato- acusó a su compañero de banca Beltrán Benedit de ocultar el verdadero propósito de la visita al penal. “Nací en el 96, había muchos reclusos que a nadie le sonaban. Cuando me plantean que nos estaban esperando, fui la primera en saltar y comunicárselo a mis compañeros”, se excusó.
En otro tramo de la nota señaló que: “Le comuniqué a Beltrán que no me iba a poner a defender este proyecto que tira a la basura 40 años de democracia”, y de inmediato completó: “No merecen que gastemos nuestro tiempo. Fueron horas desagradables. No me quedó otra que quedarme ahí, en un momento de la reunión pedí retirarme y me pidieron que esperara para salir todos juntos”, de manera lapidaria cuestionó el encuentro con los genocidas.
Según expresó la dirigente libertaria, decidió no participar activamente de la visita, a pesar de que permaneció en el penal de Ezeiza, y planteó que el objetivo de la delegación era “comunicarse con los genocidas para armar una especie de proyecto” y recordó que “les comenté que no quería participar, que no iba a presentarme con los genocidas, que iba intercambiar información ni dialogar porque me repugnaba, estaba descompuesta del estómago”, enfatizó.
Para terminar al ser consultada sobre la participación de la titular del Senado, Victoria Villarruel en esta iniciativa, Rocío Bonacci descartó que estuviera al tanto del intercambio y al respecto manifestó: “No me consta a ciencia cierta que ella haya organizado la visita. Una cosa es el Poder Ejecutivo, otra el Legislativo”, y a continuación dejó bien en claro cuál es su pensamiento sobre este hecho que generó gran revuelo en la sociedad: “La gente que nos votó no nos puso para que estemos pendientes de este tema, más habiendo sido elegidos democráticamente”, concluyó.