“Quo vadis, Pullaro”: Victoria pírrica y un electorado que volvió a interpelar fuertemente la gestión provincial

El desencanto de la sociedad por la política se hace cada vez más evidente, la nueva caída de la participación del electorado en Santa Fe (52%, la más baja de los últimos 10 años) volvió a encender todas las alarmas de los espacios y a la vez, reafirmó de manera contundente la antipatía existente con los dirigentes, esa que parece no tener fin. El gobernador Maximiliano Pullaro, en la noche del último domingo salió a copar la “parada”- desde lo discursivo y escenográfico-en el bunker oficialista de Rosario, para dejar bien en claro el “rotundo triunfo” que – según su perspectiva – se había conseguido en las ciudades y comunas de la provincia de Santa Fe.
Una victoria que buscó ser explicada con esmero en “valores relativos” más que en “términos reales”, porque si bien Unidos ganó en 266 localidades, el apoyo total al gobierno evidentemente cayó por segunda vez consecutiva en un año y medio de gestión y ese pasó a ser el “temido” dato que se intenta esconder con suma unción “debajo de la alfombra de un aparente y expuesto, exitismo”.
El mensaje del mandatario actuó más como un “inflador anímico” para puertas adentro de su espacio, que otra cosa y sobretodo, apuntó a mantener bien en alto la moral de la tropa propia, además, de paso “cañazo” buscó intentar “instalar” fuertemente una cierta invulnerabilidad de la “franquicia” Unidos de cara al futuro. “Si hay miseria, que no se note”, reza el viejo dicho popular, quizás esa sea la estrategia elegida por el oficialismo para “blindar” con optimismo a un presente, en el cual, parece no tenerlas todas consigo.
Los resultados de este domingo 29 de junio expusieron una nueva sangría en el capital electoral de la “alianza gobernante”, cabe recordar que en las generales del 2023 Unidos sacó el 55,71% de los votos, en cambio este año, en las PASO del 13 de abril, el apoyo popular al espacio cayó al 34,61% y en las generales del domingo pasado, los santafesinos solo acompañaron la gestión de gobierno en un 32,38%, por ende, estamos hablando de más de 23 puntos que perdió el actual gobierno en solo 16 meses de mandato. El gran temor que sobrevuela por estas horas al Ejecutivo provincial, es que se produzca un “efecto dominó” hacia adelante que pueda llegar a complicar sus chances electorales el 2027.

Mientras Unidos construía su “relato” de épica para respaldar fuertemente a su presente, el peronismo en silencio y casi a hurtadillas logró un triunfo largamente esperado y añorado, tras 52 años, por fin, puedo ganar una elección en Rosario, Juan Monteverde fue quién levantó las banderas de la victoria y que pudo ser mayor, si las “colectoras partidarias” con las cuales compitieron Roberto Sukerman y Lisandro Cavatorta, hubieran acordado el armado de un frente en común y de esa manera habrían superado el 40% de los votos en la ciudad.
Situación esta, que se repitió en 30 de las localidades más importantes – en cuanto a cantidad de electores – de Santa Fe, en las cuales si se sumaban las voluntades que apoyaron a Mas para Santa Fe con las de las fórmulas partidarias peronistas: Santa Fe en común , Partido País, Lealtad y Dignidad, Activemos, Para la Ciudad Futura, Trabajando por Carcaraña y Sin miedo hubieran alcanzado entre todas un total 39,43% de acompañamiento que sirvieron para compensar la falta de representación que tuvo el PJ en más de 145 localidades de la provincia, en donde solo hubo “una lista única” y generalmente, las mismas pertenecieron al espacio oficialista, Unidos.
El PJ santafesino tiene por delante la ardua tarea de establecer los lineamientos partidarios que puedan propiciar los acuerdos y consensos que desemboquen en un necesario estadío de unidad. Con Juan Monteverde como número puesto para la próxima candidatura a Intendente rosarino, queda por verse quién se pondrá el sayo de un posible candidato a gobernador, en donde siempre vuelve a tallar la figura del ex mandatario Omar Perotti, el cual aún mantiene una buena intención de voto en la provincia. Otros con una impronta mas frentista apuestan buscar convencer a la legisladora, Amalia Granata a que pueda integrarse a una “travesura electoral” junto al peronismo.

El dirigente de la provincia que tiene decidido pegar el salto hacia las huestes del PJ es Carlos Del Frade que se mostró en las últimas semanas apoyando públicamente a Monteverde como también lo había hecho oportunamente, el ex Secretario de Salud de Rosario, Leonardo Caruana. ¿Qué pasaría si se juntan todos estos referentes santafesinos dentro de un mismo espacio para darle forma a un frente multi ideológico?, se preguntó ilusionado un joven dirigente peronista al ser consultado por este medio sobre cuál será ahora el destino del partido en Santa Fe tras el éxito electoral consumado en Rosario
La Libertad Avanza, por su parte, cumplió con su parte en la historia electoral y se metió en la lucha grande en Rosario con una buena performance de Juan Pedro Aleart, que terminó segundo detrás de Monteverde, ganándole la pulseada en las urnas a la candidata del oficialismo municipal. También el espacio violeta tuvo buenas elecciones en otros distritos de Santa Fe y cabe recordar los triunfos obtenidos en localidades como Melincué y Villa Constitución. Al espacio del presidente Javier Milei aún le cuesta demasiado hacer pie en la provincia, aunque ya incomoda bastante a Unidos, pues al compartir electorado le ha hecho perder bastante protagonismo a la luz de los resultados.
Parafraseando la colorida frase futbolera: la “política es la dinámica de lo impensado”, que nos serviría hasta para justificar las permanentes mutaciones y cambios que se dan en el humor social en vísperas a cada comicio en la provincia y que vuelven impredecible cualquier predicción resultadista que se pueda hacer. Con los datos puestos sobre la mesa hoy se puede asegurar que el electorado santafesino volvió a interpelar fuertemente la gestión de Unidos, transformando su proclamado éxito electoral en “una victoria de características solo pírricas”, y números que hasta le advierten al oficialismo que los próximos “dos años pueden llegar a ser mucho tiempo o casi nada, si no le logran acertar con el diagnóstico adecuado para la ocasión ” y también, dependerá mucho su destino de que el peronismo pueda llegar o no a desempolvar a tiempo su histórica arenga partidaria, cargada de mucho misticismo, esa que le habla al corazón de su militancia y que les exige que se cumpla a rajatabla con el: “todos unidos triunfaremos”..