¿Qué es importante a nivel clínico para retrasar el avance de la enfermedad de Alzheimer?
Un grupo de trabajo de expertos ha replanteado qué es importante a nivel clínico para retrasar el avance de la enfermedad de Alzheimer durante los ensayos clínicos, incluidas la repercusión del tratamiento a lo largo del tiempo y la necesidad de terapias combinadas. Enfermedad de Alzheimer y demencia: la revista The Journal of the Alzheimer’s Association publicó los hallazgos y las recomendaciones del grupo:
– El retraso del avance de la enfermedad (en lugar de su dilación, que puede suceder con el tiempo) tiene beneficios importantes y significativos para los pacientes y sus familias, especialmente en las etapas iniciales del Alzheimer cuando la cognición y la memoria aún están total o mayormente intactas.
– Un beneficio estadísticamente importante en un ensayo clínico de 18 meses puede indicar y derivar en un cambio aun más relevante cuando se proyecta a futuro.
– Es poco probable que una intervención única en los cambios neurológicos asociados con la demencia tenga un gran efecto clínico por sí sola. Para lograr mayor repercusión, se necesitan terapias combinadas, de la misma manera en que hoy se tratan la presión arterial elevada y el cáncer.
El proceso de la enfermedad de Alzheimer ataca al cerebro desde años, incluso décadas, antes de que una persona presente problemas de memoria y con el pensamiento. Sin embargo, los ensayos clínicos de terapias que modifican la enfermedad en la etapa sintomática habitualmente duran alrededor de 18 meses. Cuando observaron los resultados de los ensayos con fármacos, el grupo de trabajo que reunió la Alzheimer’s Association analizó la forma en que los pacientes, las familias y la comunidad científica evalúan qué es importante cuando se trata de retrasar el avance de la enfermedad de Alzheimer.
“Retrasar el deterioro neurológico, incluso de cuatro a seis meses, en las etapas iniciales de la enfermedad de Alzheimer puede derivar en la conservación de la función de los pacientes, lo que puede ser muy importante para ellos y sus familiares”, afirma el Dr. en Ciencias Ronald Petersen, neurólogo de Mayo Clinic, miembro del grupo de trabajo y autor principal del artículo de la revista. “Cuanto más tiempo una persona pueda retrasar la pérdida de independencia y continúe participando en actividades cotidianas, más significativos serán estos resultados”.
Los cambios en el cerebro debido a la enfermedad de Alzheimer no suceden de forma aislada. Una persona que tiene deterioro cognitivo normalmente presenta otros procesos neurodegenerativos que ocurren al mismo tiempo.
A lo largo de un ensayo clínico de 18 meses, “se espera razonablemente que la repercusión clínica observada de una intervención única sea bastante modesta”, escriben los autores. Sin embargo, si la terapia se prolonga por más tiempo y su eficacia se sostiene, los beneficios acumulados serán más evidentes.
El grupo de trabajo señala que, de la misma manera en que la presión arterial alta y el cáncer se tratan con diversos medicamentos, también se necesitan varias intervenciones para abordar cambios neurológicos complejos y problemas relacionados con la memoria y el pensamiento.
“El grupo de trabajo reconoció que es necesario modificar las expectativas de una intervención única sobre un conjunto complejo de procesos neurodegenerativos, pero el último avance con fármacos recientemente aprobados contra la enfermedad de Alzheimer es un primer paso muy importante”, dice el Dr. Petersen.
Un artículo de 2021 de Alzheimer’s Association Research Roundtable hizo referencia a la descripción de la Administración de Alimentos y Medicamentos de la importancia clínica como cuando “el tratamiento tiene un efecto positivo y considerable sobre la forma en que una persona se siente, funciona o sobrevive”.
La interpretación de la importancia clínica será parte de las conversaciones que los médicos tendrán con los pacientes y sus familiares cuando estén considerando los beneficios, los riesgos y las dificultades posibles de las terapias recientemente aprobadas que modifican la enfermedad para tratar la enfermedad de Alzheimer.
“Es un proceso de toma de decisiones compartido en el que los pacientes y los familiares hablan con sus médicos sobre cualquier tratamiento posible”, afirma el Dr. Petersen.
“A medida que analizamos la importancia clínica de retrasar el avance de la enfermedad de Alzheimer, se deben acordar expectativas realistas sobre los beneficios y los riesgos”.
Fuente: Mayo Clinic