Pullaro, un hábil alquimista para los complejos tiempos libertarios
“Democracia es vigencia de la libertad y los derechos, pero también la existencia de igualdad de oportunidades y distribución equitativa de las riquezas. Tenemos libertad, pero nos falta la igualdad” – Raúl Alfonsín
Argentina está atravesando un difícil presente debido a otro tipo de pandemia, esta vez una de característica política, porque el gobierno de Milei ha detonado una crisis económica con preocupantes números que solo se referencian, en cuanto a recesión, a los que se producían en tiempos del Covid-19 donde el temor por el contagió de la enfermedad detuvo sin miramientos alguno al mundo entero. Aunque no solo las preocupaciones se dan en el marco del brutal ajuste económico impuesto desde el estado, sino que el gobierno nacional ha complicado también la existencia de la gente por las formas tan radicalizadas y extremas con las cuales se relaciona con la política toda, estableciendo un escenario en el cual se enfrentan “buenos y malos”, y estos últimos están representados por aquellos que no adhieren a sus ideas o al menos no resultan funcionales a las mismas.
Al gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro le ha tocado asumir su cargo en un contexto para nada favorable y con un intríngulis extra en ciernes sobre la gestión al no tener referencias ciertas de cómo pararse ante un, por demás díscolo poder central, que tiende con absurda recurrencia a destruir cualquier puente que se pueda propiciar en aras de lograr los necesarios acuerdos. El mandatario radical tuvo que poner en práctica una sutil alquimia para acomodar su gestión a los complejos momentos que corren, primero para convertir los malos índices de inseguridad en cifras menos dolorosas para los santafesinos y luego para motorizar su mandato a pesar de una obligada escasez de recursos impuesta desde el gobierno nacional, quién ha dejado a las provincias casi sin apoyo económico y lo más grave, desentendiéndose de las obligaciones que les cabe a causa del incumplimiento de la coparticipación.
El ex diputado provincial ha sabido ubicarse en una centralidad requerida por las circunstancias, mostrándose dispuesto a colaborar con el gobierno de Milei, pero también marcándole límites y exponiendo sin tapujos, los contrapuntos que mantiene con el libertario. Las fotos con su “amigo de la vida”, el diputado nacional Leandro Santoro y luego las que se hicieron públicas con el gobernador bonaerense, Axel Kicillof tras un encuentro en Rosario, provocaron un “ataque de caspa” al presidente y a su fiel séquito virtual, quienes multiplicaron hasta el hartazgo los ataques contra el líder de “Evolución” santafesino a causa de esas imágenes. El gobernador de Santa Fe –brindamos por ello– no presta demasiada atención al “qué dirán” y por esa razón obra de manera fiel a sus convicciones, sin importarle las consecuencias que se puedan generar, a causas de sus actos.
Pullaro ya había mostrado dotes de alquimista cuando en el 2023 en el tramo final de la campaña para las “PASO” cuando transformó – mediante una postura conciliadora – los fuertes embates de Carolina Losada contra su persona, en un apoyo masivo a su favor en las urnas para quedarse con comodidad con la interna partidaria en Unidos. También surfeo con éxito los duros ataques mediáticos que le dispensaron desde algún importante medio de Buenos Aires y que fueron promovidos por un prominente conglomerado de medios de la provincia, el cual, nobleza obliga recordarlo, jugó claramente sus “fichas” en esa partida electoral en favor de la periodista.
Pullaro sabe muy bien que debe mostrarse ante propios y ajenos con una “actitud colaborativa” con el gobierno nacional, pero a la vez que esa postura este alejada de los campos de la obsecuencia, para así evitar críticas como las que se les endilga puertas adentro del peronismo de Córdoba, al mandatario Martín Llaryora, por haber sido demasiado complaciente con el libertario tras su visita a la provincia mediterránea. En ese terreno de dicótoma de formas, el gobernador santafesino no dudó un instante en enfrentarse contra el Ejecutivo nacional para expresar su enojo por el tema de la falta de fondos para las universidades del interior del país y como también lo hizo, por los subsidios para el transporte público que no llegan a su provincia.
La fragilidad del apoyo popular con el que cuenta Milei a nivel nacional está supeditado a lo que ocurra en la economía doméstica a partir del devenir de los hechos de su administración y en caso deno mejorar la situación en el bolsillo de la gente ese acompañamiento a su persona puede resultar de un momento a otro hasta muy cambiante en su contra y por tal razón eso exige un compromiso medido y cauto de los principales dirigentes de la oposición, para no quedar ellos demasiado expuestos en sus posturas al propio viraje del humor social y recordamos en este ítem el análisis realizado oportunamente por el encuestador, Gustavo Córdoba para este medio sobre el futuro liderazgo de la oposición y en esa proyección hecha por el consultor hace un tiempo quedaría solo en pie la figura de Maximiliano Pullaro debido a la posición difusa que ha asumido Martín Llaryora, quién perecería haber decidido ceder su protagonismo en favor de Juan Schiaretti quién ocuparía el rol que el actual mandatario cordobés parece haber resignado.
En los complicados tiempos libertarios en la Argentina, con nuevos hitos de corrupción que sobrevuelan impiadosamente el mega ministerio de “Capital Humano”, la buena política esta urgida de brindarle respuestas a la sociedad y en ese delicado rubro, el gobernador santafesino se prodiga a diario en mantener un fino equilibrio entre las diferentes visiones ideológicas que dieron forma a “Unidos en Santa Fe” y allí también el radical dio cabales muestras de una capacidad de alquimia para amalgamar al variopinto escenario dirigencial en pos de un solo objetivo común: lograr la mejor gestión posible. “Pullaro sabe lo que hace y porqué lo hace”, confió sin un dejo de duda, a este portal un importante dirigente de la provincia ante la pregunta sobre las formas que tiene para construir política el ex ministro de Seguridad santafesino. Como diría Carlos Maslaton: “Pullaro, proceda…” porque el éxito del gestionar del mandatario en su provincia definirá lo que el destino le tiene preparado para su futuro político.