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Pullaro – Kicillof y un innecesario error no forzado: Cuando la ambición política lleva a “morder la mano que te ayudó”

Por Sergio Alcázar

La buena política necesita de nobles gestos para poder triunfar, tales como el respeto, el reconocimiento, la generosidad, señales que no solo requieren ser aplicadas puertas adentro de los espacios, sino indispensablemente, deben servir como ejemplos hacia afuera de los mismos. Si pretendemos mejorar esta disociación existente entre la sociedad y los políticos, primero deberán curarse las heridas que la propia política ha generado, y si los partidos que persiguen con cierta obstinación hacer realidad eso de “volver a enamorar a la gente”, necesitan de actos y hechos que les permitan hacer la diferencia, y sobretodo, que las promesas de campaña dejen – de una vez por todas – de ser solo coloridas arengas, por siempre incumplidas.

Por estas últimas horas, Maximiliano Pullaro afirmó que “el kirchnerismo no vuelve nunca más al gobierno”, lo que sería una común bravuconada de campaña, sino fuera por el hecho que cargó puntualmente contra el gobernador bonaerense, al que señaló que se autodefine como parte del espacio que se referencia en la figura de Cristina Kirchner, “no lo digo yo, lo dice él, Kicillof dice que es kirchnerista”, argumentó el líder de Evolución sin meditar las dificultades que tuvo que atravesar el propio Kicillof en medio del fuego cruzado que le dispensó La Campora, con Máximo Kirchner a la cabeza de la cruzada que se generó en su contra. ¿El actuar de Pullaro puede llegar a estar teñido de cierta ingratitud?, a simple vista, da toda la sensación que sí, y que la conveniencia política del aprovechamiento discursivo de la ocasión pudo mucho más que respetar los tácitos códigos de caballeros que deberían existir entre pares en la política.  

En abril del 2024, Pullaro y Kicillof firmaron un acuerdo de mutua ayuda para combatir la ola de violencia que asolaba la ciudad de Rosario.

Para encorsetar a Pullaro en los campos del desagradecimiento, solo basta con recordar que, en medio de la crisis de seguridad en Rosario en el mes de abril del 2024, el gobernador de Buenos Aires, materializó una fuerte ayuda al santafesino mediante el envío de 80 móviles policiales y tres minibuses para sumar al patrullaje de las calles rosarinas. Además de destinar 400 agentes bonaerenses hacia la Chicago argentina, en un hecho que resultó inédito en el país, sobre colaboración interprovincial. En que quedó entonces el oportuno elogio del mandamás de Santa Fe a su colega de Buenos Aires cuando destacó la ayuda a pesar de “las críticas que le hicieron al propio Kicillof por ese gesto y hasta se llegó a reconocer que quizás eso le haya valido pagar un costo político”. Con un discurso condescendiente Pullaro había afirmado en aquella ocasión el enorme valor de la ayuda ofrecida por el gobernador de Buenos Aires, aunque da toda la sensación que ahora “a esas palabras profesadas con convicción, se las llevó el viento…”

El titular del Ejecutivo santafesino transita por estos tiempos por un claro operativo de despegue de la figura presidencial de Javier Milei, aunque la complacencia mostrada hasta hace muy poco por Pullaro con el libertario le juega en contra y expone para él, una poco recomendable imagen de ambigüedad, “no se puede ser juez y parte”, rezaba el principio jurídico romano al respecto. El ex ministro de Seguridad utiliza también como estrategia utilizar al kirchnerismo como un salvoconducto para poder captar votos, aunque ese artilugio no parece haber sido demasiado eficaz para La Libertad Avanza a la luz de los últimos resultados en el comicio de PBA. “No busques resultados distintos haciendo siempre lo mismo”, solía decir Albert Einstein y muchos dirigentes de la política doméstica actual deberían tomar debida nota de ello.  

El triunfo de Axel Kicillof en las elecciones de PBA cambió las prioridades de Pullaro en relación al vínculo que tenía con el mandatario bonaerense.

El éxito de Kicillof en las elecciones de provincia de Buenos Aires obligó al resto de los dirigentes que acunan pretensiones presidenciales a reconfigurar el GPS de sus hojas de ruta, allí mismo, en ese preciso punto, se podría encontrar un sentido al repentino viraje producido en el vínculo de Pullaro con el mandatario bonaerense. Hay un proverbial bíblico, también aplicable a la política, que aconseja que “nunca se debe morder la mano que te ayudó”, aunque el canto de sirenas de los consejeros de turno (Seita) que rodean al referente radical santafesino, le indiquen que “hoy es mucho mejor hacer todo lo contrario”. El tiempo será testigo (elecciones intermedias de octubre mediante), si la decisión adoptada fue la correcta…

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