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Pullaro, entre el relato y la trastienda en un delicado equilibrio político

La política, como bien se sabe, se disputa tanto en la tribuna como en los pasillos de las instituciones democráticas. Pullaro ha optado por una estrategia profunda y estudiada: construir una versión pública moderada y conciliadora en Santa Fe, mientras que en el nivel nacional permite que su espacio actúe con mayor flexibilidad e incluso con una inocultable ambigüedad. Esa doble faz revela que en la política actual—más que en las ideologías— construyen quienes pueden navegar entre múltiples arenas y escenarios.

En el contexto político local, el dirigente radical se presenta como el gobernador que marca distancia con las corrientes más radicalizadas del liberalismo. Pero cuando la pulseada política asciende al plano nacional, su espacio —especialmente en este caso los diputados nacionales de la UCR, Melina Giorgi y Mario Barletta (No nos olvidemos del accionar de los senadores, Carolina Losada y Galaretto) — asumen posiciones que relativizan esa retórica provincial. Lo que emerge es una estratagema calculado, donde se combina un discurso de “centro mesurado” con una acción práctica, mucho más flexible, incluso bastante ambigua, en el Congreso.

Discurso “anti-Milei” con tono moderado… para el consumo interno provincial

En Santa Fe, el mandatario ha desplegado sistemáticamente un tono público distanciado de las posturas extremas del gobierno nacional o del ala más radical del liberalismo económico. Esa estrategia de perfil más prudente —oponiéndose a retrocesos institucionales, cuestionando ajustes o alertando sobre los riesgos de los “decretos de necesidad y urgencia excesivos”— esa cualidad le permite posicionarse como un dirigente “equilibrado” frente a sus adversarios políticos.

Ese discurso le rinde beneficios locales: le permite presentarse como un gobernador que dialoga, que no engrosa las tensiones nacionales, que “no genera ruido excesivo” en una provincia con demandas por seguridad, infraestructura, educación y servicios. Le ayuda también a captar votantes de centro o independientes, que rehúyen de extremismos exagerados.

Pero el juego en el Congreso reconfigura su hoja de ruta

Ahora bien: cuando el foco se traslada al Congreso nacional, allí donde las leyes se debaten, sancionan y se redefinen los límites institucionales, la estrategia de Pullaro asume otra dimensión. Los diputados nacionales radicales y legisladores que pertenecen al PRO (referentes de la vicegobernadora, Gisela Scaglia) han sido actores activos e importante en debates clave sobre leyes sensibles como la modificación del régimen de DNU y otros temas estratégicos.

Esa doble postura construye una contradicción calculada: mientras Pullaro marca distancias discursivas con los excesos, su espacio nacional no bloquea —o incluso coadyuva— con maniobras legislativas que relativizan esos límites. Así puede mantener un discurso “escudado” localmente, mientras juega con palancas legislativas para que el gobierno nacional tenga margen de acción, incluso bajo controversias institucionales.

Un patrón constante desde el inicio de su gestión

Este modus operandis no es un episodio aislado: forma parte de una matriz estratégica constante desde que el líder de Evolución asumió como gobernador. En la praxis política cotidiana:

         •        Se presenta como moderado frente a los medios provinciales, evitando confrontaciones extremas que lo puedan desgastar localmente.

         •        Concede espacio a su bancada nacional —Giorgi, Barletta y otros aliados radicales de Santa Fe— para negociar, definir agendas y puentes con la Casa Rosada, sin cargar públicamente con el costo político de esas decisiones.

         •        Usa esa “doble faz” para proyectarse electoralmente como un estadista provincial, al mismo tiempo que no sacrifica capacidad de incidencia nacional en leyes estratégicas.

         •        Si hay filtraciones de conflictos o contradicciones, Pullaro puede adjudicar esas acciones al “contexto nacional” o a “la interna de bloques en la Casa Rosada”, deslindando responsabilidad directa.

El caso del proyecto DNU como síntoma

El debate sobre la ley que regula los decretos de necesidad y urgencia constituye un caso paradigmático. En las últimas horas, diputados nacionales bajaron un artículo clave del proyecto y devolvieron la iniciativa al Senado con modificaciones. 

En ese escenario, el mandatario santafesino no aparece a la cabeza de rupturas estridentes, pero su espacio legislativo —representado, entre otros, por radicales y aliados PRO— participa del juego decisivo. Esa posición intermedia le permite al gobernador “preservar” su relato moderado en Santa Fe, mientras su bloque nacional opera en los pasillos del Congreso en sintonía fina y cuidada -generalmente en las sombras- con las necesidades del gobierno nacional. Si no soy tan opositor como intento demostrar, al menos que no se note tanto

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