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Profecía del Pacto de Mayo: “Pullaro, el hombre de gris”

Por Sergio Alcázar

El protocolo oficial del Pacto de Mayo exigía a los gobernadores ir vestidos con ropa oscura, preferentemente trajes negros como si fueran parte de un nuevo episodio de la saga de Men in Black (hombres de negro). La mayoría o casi todos cumplieron con el solicitado requisito, salvo Maximiliano Pullaro que acato el llamado a participar en la firma del acuerdo, pero se desentendió del particular pedido surgido del entorno del libertario. El gobernador de Santa Fe fue en la madrugada de Tucumán del 9 de julio, el “hombre de gris” y quizás, los agoreros de los vaticinios hasta le puedan llegar a dar una nueva vuelta de rosca a la interpretación del archiconocido dibujo profético de Parravicini.  El gesto de los gobernadores asistentes al encuentro estuvo más relacionado a un “acto de piedad” con el presidente que a una intrínseca decisión que develaría cierta sumisión de parte de los mandatarios.

Pullaro es un ser obsesivo, meticuloso, esa propensión de estar atento a todos los detalles le valió mucho para construir su enorme poder político en la provincia, el cual lo llevó a sumar más de un millón de votos en las urnas. El dirigente radical hace lo que siente y nunca se guía por las normas del “qué dirán”. “Es el más peronistas de los radicales” (una frase que ha sido usada reiteradamente en estas columnas de opinión, la cual puede sonar a cliché pero que encierra una verdad irrefutable) al momento de sumar voluntades a su causa política y esa virtud (como la tuvo Raúl Ricardo Alfonsín oportunamente) le permitió pescar con éxito votantes dentro de las descuidadas arcas del PJ santafesino. “Pullaro nos representa más que los candidatos nuestros”, nos supo decir con cierta resignación en tiempos de las elecciones generales del 2023 un reconocido militante del peronismo de la ciudad de Rosario, desencantado con la propia conducción del espacio.

El gobernador santafesino es un dirigente joven, ya que su edad está por debajo de la media de los que serían sus posibles competidores para una futura justa electoral en el ámbito nacional. Esa juventud le juega a favor para no tener que estar obligado a apurarse al momento de intentar cumplir con los objetivos que se ha autoimpuesto desde el instante que asumió el cargo como titular del Ejecutivo. Gobernar con éxito su provincia es sin lugar a dudas el “primer mandamiento” dentro del catálogo que rige su incipiente gestión. “Maxi no debe quemar etapas, hoy cualquier error que cometa en la política puede costarle demasiado caro. Para correr; primero hay que aprender a caminar bien”, señaló a este portal un dirigente de la alianza santafesina sobre la proyección a futuro del ex diputado provincial, al cumplirse siete meses de su mandato en Santa Fe.    

El presidente de la UCR, Martín Lousteau es el líder político del espacio que integra Pullaro, en el centenario partido no son pocos los dirigentes que apuestan a una candidatura del santafesino para el 2027.

La compleja actualidad que se vive en el escenario político del país con la irrupción de Milei en el poder obligó también a Pullaro a tener que generar un sutil equilibrio entre sus acciones y las declaraciones públicas, para no quedar demasiado expuesto ante el electorado que lo acompañó, sobretodo al momento en que debe brindar colaboración o exponer discrepancias con el gobierno del libertario. En ese complejo tablero propiciado por las reglas de juego impuestas por el presidente, regidas ellas por su nulo apego a la democracia y a la importancia del rol del Estado, el gobernador medita con recelo todos sus actos y sus palabras para poder surfear con inteligencia todas las críticas y los reproches que puedan llegar a suscitarse contra su persona en el particular y hostil contexto nacional que se vive.

El radicalismo, su espacio de militancia, se encuentra abocado con todas sus energías a la reconfiguración del GPS partidario en el orden nacional y en ese reseteo de fortalezas, Martin Lousteau y Facundo Manes son dos de los referentes que levantaron las banderas para propiciar un reverdecer del partido empujados por la necesidad de crear una nueva alianza que pueda incluir, entre otros, al peronismo no K. Una alternativa política siempre necesita de un tiempo para su formación, de un lugar para la lógica maduración de las ideas, de consensos y principalmente, de la decisión de todos los involucrados de querer formar parte de la misma. Pullaro es muy respetuoso con el líder del espacio que integra, Evolución y “toda futura proyección política que tenga decidido llevar adelante el oriundo de Hughes siempre estará consensuada de antemano con Lousteau”, nos advierten, sin margen a dudas, desde el radicalismo local ante una consulta realizada por La Voz de Rosario al respecto.  

El sueño presidencial de Pullaro está, por ahora, guardado bajo siete llaves, esperando el momento para salir a escena y solo se retroalimenta puertas adentro del entorno del mandatario santafesino. Están convencidos en el Pullarismo que con el correr del tiempo tendrán que lidiar con la aparición de otros competidores, a la vez reconocen que el peso específico que tiene gobernar una de las provincias más significativas de la Argentina es en sí una ventaja, sobretodo, si de cantidad de electores se trata, ya que Santa Fe es el tercer distrito en ese rubro en la Argentina. En este presente de bonanza de Pullaro, Felipe Michlig tuvo mucho que ver, es el silencioso arquitecto detrás de escena, quién con sapiencia y trabajo construyó la gran estructura que respalda al dirigente radical.

“Estar cerca de la gente”: El gobernador santafesino recorrió 100 pueblos y ciudades desde que asumió el cargo.

Santa Fe es la provincia más importante que conduce la UCR en el país y no son pocos dentro del radicalismo nacional quienes no dudarán en poner sobre la mesa de negociaciones de las futuras candidaturas el valor extra que representa para el espacio tener un gobernador que gestiona en primera persona y que trata en todo momento de estar cerca de la gente de la provincia que conduce. Por esa razón Pullaro brinda ese terreno fértil para que el centenario partido pueda añorar recuperar ese brillo perdido de antaño y a la vez, logre abrazarse con expectativas a la ilusión de regresar a los primeros planos de la política argentina.

Ya es mitad de año y las buenas noticias para la economía argentina brillan por su ausencia, con el riesgo país subiendo temerariamente, con las acciones en baja y el dólar blue en un estado de “rebeldía juvenil”, es un explosivo combo que genera un contexto poco “amigable” para el oficialismo y como sucede casi siempre en todo escenario de crisis, los que son opositores empiezan a definirse los roles que deberían asumir cada espacio y dirigentes de cara a la justa electoral de las intermedias del año próximo (hay nulo quorum entre diputados para darle pista libre al pedido del Ejecutivo para anularlas).

En el radicalismo existen posiciones encontradas sobre la postura que debería tomar la UCR como oposición, mientras De Loredo y Lousteau caminan por veredas ideológicas opuestas al respecto y dividen las aguas de las intenciones partidarias en el Congreso, solo el nombre del mandatario santafesino parece seducir a casi todos como un posible representante del partido rumbo al 2027.“A Guga quizás no le alcance, pero Pullaro bien puede llegar a ser”, fue la confesión hecha a este medio por una calificada fuente que ocupa un importante cargo en la sede de Adolfo Alsina al 1700 y como siempre se dice que “Dios está en todas partes, pero atiende en Buenos Aires” habrá que tener muy en cuenta esa predicción para empezar a develar lo que le puede deparar a “el hombre de gris” el futuro. 

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