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Papelón leproso en la Bombonera: Vergonzosa actuación de Newells que terminó goleado 5 a 0 por Boca

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Newell´s viajaba a la Bombonera a tentar nuevamente a su suerte, Boca se presentaba como un obstáculo difícil de superar, mas aun en un contexto tan adverso para el equipo que dirige Fabbiani. Los sueños de resurrección futbolística del rojinegro se hicieron trizas muy rápido, el papel protagónico de la lepra al cabo de los primeros 45 minutos fue totalmente obsceno, una actuación paupérrima, digna de un amateurismo inadmisible para la rica historia del club del Parque Independencia. Newells dio lástima en el primer capítulo, tanto que no hay explicaciones lógicas para entender lo mal jugado y planteado que fue el cotejo en la lluviosa noche, en el estadio xeneize.  

Los horrores defensivos se hicieron evidentes ya a los 7´cuando un centro de Barinaga desde la derecha encontró la cabeza de Milton Giménez, quien, ante la absurda pasividad de los tres zagueros leprosos, marcó el 1 a 0 ante una débil respuesta del portero Espínola. A partir de ese tanto el encuentro dejó de tener equivalencias, el local manejó a su antojo la pelota ante un rival que solo atinaba a refugiarse alrededor de su arquero sin tener ningún atisbo de reacción. No sorprendió entonces que a los 24´el propio Giménez señalara el segundo al tomar un rebote en el palo de Espínola, con todos los jugadores de Newells solo mirando el desenlace de la jugada. 2 a 0 y el partido parecía terminado.

Newells siguió deambulando en la cancha y Boca, hacia uso y abuso de su superioridad, era tan grande la distancia entre los equipos que la tercera conquista fue una consecuencia de ello. A los 32´, el defensor Ayrton Costa de cabeza, casi debajo del arco, selló el 3 a 0. Lo restó de la primera parte fue que Newells esbozara una tibia reacción que solo le alcanzó para merodear el arco de Marchesin sin fortuna alguna. Se fueron al vestuario con la lepra penando una de las peores presentaciones del equipo en el último año, a Fabbiani solo le quedaba en el vestuario recurrir a la mística para intentar una épica casi imposible.  

El complemento fue más de lo mismo, a los 5´ Brian Aguirre de arremetida empujó la pelota a la red (disculpas mediante por su pasado) para marcar el 4 a 0. Nueve minutos más tarde Lautaro Blanco (en complicidad con Espínola) anotó el quinto. Después de esa conquista el cotejo careció de seriedad porque las nulas equivalencias entre Boca y Newells transformaron un partido de futbol profesional en un picado entre solteros y casados. Así de irónico y de irreal fue el tramo final del encuentro. Para Boca fue como un resurgir en su irregular presente y para la lepra el golpe de nocaut que le hacia falta para darse cuenta que la institución está atravesando una crisis terminal y que el ciclo de Fabbiani está totalmente acabado, como también el destino de una Comisión Directiva que convirtió a Newells en esto, en una caricatura burda de un club que supo tener tiempos llenos de mucha gloria y grandeza.

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