Palestinos de Gaza esperan la ayuda prometida en medio de más hostilidades
Las organizaciones humanitarias advirtieron sobre la situación cada vez más acuciante de los palestinos en la Franja de Gaza, donde hace falta agua, alimentos y medicamentos y se espera ansiosamente la llegada de camiones con ayuda prometidos por Estados Unidos y Egipto, en medio de nuevos bombardeos israelíes y de más ataques con cohetes desde Gaza a Israel.
“Hemos llegado a un punto en el que el agua es nuestra principal prioridad. En la actualidad, se calcula que el 60% de los habitantes de Gaza, más de un millón de personas, viven a la intemperie, sin acceso a agua ni atención sanitaria”, señaló este jueves Guillemette Thomas, coordinadora de Médicos Sin Fronteras (MSF) para los Territorios Palestinos Ocupados, en un comunicado, en el que aseguró que, “sin electricidad, muchos pacientes morirán”.
Por su parte, la organización Acción contra el Hambre advirtió que la falta de agua es uno de los mayores problemas de Gaza, donde barrios enteros fueron arrasados y hay “una crisis sanitaria al borde de la explosión”, según consignó el diario británico The Guardian.
Los camiones que transportan ayuda humanitaria para este pequeño enclave de 2,3 millones de habitantes están bloqueados desde hace días en el paso de Rafah, en la frontera con Egipto.
Se espera la primera entrega de ayuda a la Franja de Gaza
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que visitó Israel el miércoles, afirmó que su homólogo egipcio, Abdel Fatah al Sisi, había aceptado el cruce de hasta 20 camiones a Gaza.
Será la primera entrega de ayuda a la Franja de Gaza desde el 7 de octubre, cuando el movimiento islamista palestino Hamas realizó un ataque sin precedentes contra Israel, donde mató a 1.400 personas, en su mayoría civiles, y tomó 203 rehenes.
Desde entonces, Israel mantiene el territorio bajo asedio total y bajo bombardeos diarios que han desplazado a un millón de civiles dentro del enclave palestino, mientras miles de soldados israelíes se preparan para una incursión terrestre.
También el secretario general de la ONU, António Guterres, sumó su voz para reclamar “un acceso humanitario rápido y sin obstáculos” para llevar ayuda a la Franja e instó a trabajar en pos de un “alto el fuego humanitario inmediato”.
“Necesitamos comida, agua y medicamentos ahora, en gran escala y de forma duradera”, subrayó en El Cairo.
Con los hospitales saturados y muchos de ellos incluso bombardeados, el Ministerio de Salud de Gaza, que está controlada por Hamas, elevó este jueves a 3.785 la cifra de palestinos muertos en la región por los ataques aéreos israelíes y a 12.493 la de los heridos.
De los fallecidos, al menos 1.524 son menores de edad, 1.000 son mujeres y 120 son ancianos. Entre los heridos hay 3.983 niños y adolescentes, y 3.300 mujeres, agregó el Ministerio de Salud.
La región está bloqueada por Israel desde 2007 y su único acceso restante es el paso fronterizo de Rafah, que tuvo que ser cerrado por ataques israelíes.
El vocero de Hamas para el paso de Rafah, Wael Abu Omar, dijo este jueves desde esa ciudad del sur de la Franja que, hasta esta tarde, aún no habían ingresado a Gaza ni los equipos de reparación de caminos y rutas ni la ayuda humanitaria prometida.
Hamas alertó que aún no entró a Gaza la ayuda prometida
El vocero de Hamas para el paso de Rafah, Wael Abu Omar, dijo este jueves desde esa ciudad del sur de la Franja que, hasta el jueves por la tarde, aún no habían ingresado a Gaza ni los equipos de reparación de caminos y rutas ni la ayuda humanitaria prometida.
Decenas de palestinos con doble nacionalidad se hacinaban este jueves en el cruce fronterizo con la esperanza de que se autorice el paso.
“Estamos listos con nuestras valijas”, dijo Mohammed, de 40 años, que trabaja para una institución italiana y lleva tres días esperando con su familia para cruzar la frontera, a la agencia de noticias AFP.
Tras su visita a Israel e intensos contactos telefónicos con Egipto, Biden dio a conocer que un número limitado de camiones cruzarán el puesto de Rafah a partir del viernes, luego de que se reparen caminos por donde deben circular los vehículos.
“Queremos que pase el mayor número posible de camiones. Creo que hay unos 150”, dijo el mandatario estadounidense el miércoles por la noche. No obstante, indicó que la entrada de un segundo convoy dependería de “cómo vaya la distribución del primero”.
Por decirlo claramente, “si Hamas (los) confisca o no los deja pasar (…) entonces será el fin”, advirtió Biden durante una escala en Alemania de regreso a Washington.
El Ejército israelí dijo este jueves que atacó cientos de objetivos de Hamas en la Franja de Gaza, incluyendo puestos de lanzamiento de misiles antitanques, túneles, infraestructura de inteligencia y centros de mando.
Uno de los ataques israelíes mató al menos a 13 personas y dejó otras 25 desaparecidas en la ciudad de Khan Yunis, dijo el director general de los hospitales del enclave palestino, Mohammad Zaqout, a la cadena CNN.
Hamas, por su parte, dijo que la primera mujer elegida en su buró político, Jamila al Shanti, de 64 años, viuda del fallecido fundador del movimiento islamista Abdel Aziz Rantisi, murió anoche en un bombardeo israelí en Jabaliya, en el norte del enclave.
A la vez, el Ejército israelí dijo que uno de los ataques en Gaza mató a Rafat Harb Hussein Abu Hilal, jefe de la rama militar del grupo armado Comités de Resistencia Popular, una organización designada terrorista en Israel.
Pese a los ataques en Gaza, Hamas y otros grupos armados han continuado lanzando cohetes a Israel, donde este jueves volvieron a caer varias andanadas tras un cese de más de 15 horas que coincidió con la visita al país de Biden.
Dos de los cohetes cayeron en la sureña Sderot sin causar daños ni víctimas, dijo el Gobierno local. La mayor parte de la población de Sderot, cerca de la Franja de Gaza, ha abandonado la ciudad por las hostilidades.
Más cohetes fueron lanzados a Tel Aviv y sus áreas suburbanas, mucho más al norte que Sderot, sin que hubiera informaciones de daños ni de víctimas.
Las sirenas antiaéreas sonaron asimismo en las también costeras ciudades israelíes de Ascalón y Ashdod, al norte de Gaza, sin que hubiera informaciones inmediatas de sus consecuencias.