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No llores por mí Argentina: “La democracia prisionera en un peligroso laberinto”

El líder libertario fue consecuente a lo que propuso en cada recorrida de campaña, desde que arrancó su gestión dejó en claro ese venal desapego que tiene por la democracia y sus instituciones, que lo está llevando a ejercer una autoridad cuasi dictatorial y en ese “camino buscado”, el Congreso Nacional es un obstáculo a sortear para cumplir con sus apetencias personales de poder. Esa es la principal razón que empuja esa necesidad manifiesta e incontinente que tiene de querer lograr que le otorguen la delegación de poderes legislativos, para que así todo pase por su investidura. ¿Espejito, espejito hay alguien más poderoso que yo?, quizás solo eso le faltaría preguntarse al libertario para llegar a ser como la reina malvada del cuento de Blancanieves.

“Milei se auto percibe rey”, padece de una distorsión peligrosa de su imagen, potenciada exponencialmente por el éxito electoral logrado en el balotaje del 19 de noviembre último, la cual no le deja darse cuenta de la realidad para poder comprender que los votos no son totalmente propios (salvo ese casi 30% que lo acompañó en las PASO y en las generales), porque el resto del apoyo obtenido surgió como consecuencia de ese mano a mano final en donde jugaron fuertemente los sentimientos de bronca y rechazo al gobierno de Alberto Fernández y principalmente resultó “bendecido” por los inestimables favores de una grieta que generó desde su origen posiciones extremas e irreconciliables.

Javier Milei hizo una lectura erronea de los votos obtenidos en el balotaje, el peor pecado que puede cometer un político es creerse dueño de los votos que obtuvo.

Estamos atravesando los últimos instantes de este año 2023 que se despide en la Argentina con una mezcla de sensaciones raras, con un humor social que está al límite de su paciencia, con la desesperanza ganando rápidamente terreno, sobretodo, en la clase media y con muchos argentinos atravesados por la tristeza y la preocupación de saber que será de sus vidas en lo inmediato.

El gobierno nacional ha decidió por “motus propio” realizar un profundo cambio en el país, y lo está imponiendo con una “brutalidad” desmedida y eso es consecuencia de que nunca se tomó un “tiempito, esos 5 minutos para el té como decía la recordada publicidad” para ponerse a meditar el costo social que iba a provocar la implementación de sus acciones. Esa insensibilidad es lo que día a día lo aleja de la empatía de esos “argentinos de bien” que tanto proclama en cada una de sus arengas el presidente, como si fuera ello una meta “mística” perseguida por sus actos.

Javier Milei no debería adoptar esa postura de líder intransigente para pararse de manera tan autoritaria en el centro de la escena, sabiéndose que es un presidente débil, que carece de desarrollo territorial y de una requerida representación legislativa para gobernar. Milei es Milei, el mismo que llegó a la presidencia acompañado solo de su “estampita” y eso tal vez fue lo que lo hizo sentirse “todopoderoso”. “De una forma u otra todos son responsables de crear el monstruo, ahora el monstruo los persigue, jugaron con fuego y no saben qué hacer con él”, fue la sutil ironía de un veterano dirigente socialista compartida a este medio con la cuál explicaba una de las razones de la llegada del libertario al poder.    

La encuesta realizada por Zuban Córdoba por estas horas deja al descubierto el “deterioro” producido en la imagen positiva y en la empatía del electorado con el economista. Un 72% considera que el ajuste lo va a pagar la gente, un 54% cree que el gobierno no va en la dirección correcta y un 55% cataloga como mala o muy mala la imagen presidencial. “La omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual”, en esta frase de Alberdi quizás encontremos los motivos de esta rápida pérdida de confianza de la gente para un gobierno tan incipiente.

Al mejor estilo Carlos Menem, Milei fue a acompañar a su novia Fátima Florez a una función en Mar Del Plata.

Javier Milei, al mejor estilo Carlos Menem, casualmente uno de sus modelos a seguir en política, transita desde temprano como lo hizo el riojano sus primeros escarceos con la farándula ya que este viernes hizo un alto en su agenda para visitar a su “novia” Fátima Flórez en Mar del Plata, donde descargó nuevamente su resentimiento contra los legisladores y hasta los amenazó diciendo “que no se nos interponga la casta delincuente que busca coimas”. Un mensaje que no abona a los buenos “usos y costumbres” de la democracia y que lo ubica en las antípodas de lo que la sociedad necesita para transitar este presente de tanta inestabilidad socioeconómica.  

El “aguante social” que siempre tiene todo nuevo mandato, esta vez está sujeto al devenir de los hechos. El primer trimestre del 2024 será crucial para saber con cuánto crédito cuenta Javier Milei para pilotear el país. En este periodo se sentirá con mayor crudeza la caída de la economía, la recesión, la falta de dinero en los bolsillos de los argentinos y aflorarán como nunca las necesidades básicas, esas que pueden empujar a la sociedad a tomar partida, mayoritariamente, en reclamos callejeros. “La gente vota con el bolsillo” es una premisa que ha justificado el porqué de casi todos los resultados electorales, en ese rubro el gobierno claramente no está “haciendo bien los deberes” para poder evitar que la situación pueda llegar a desmadrarse llegado el momento. “No la ven” o no la quieren ver, así parece.  

En la cuenta regresiva para el año nuevo, las expectativas brillan por su ausencia porque vemos que nuestra democracia se encuentra prisionera en un peligroso laberinto y los “gestos” de aquellos que tienen el compromiso de cuidarla no aparecen por ningún lado dejándola librada a su propia suerte. Milei ganó la presidencia por el voto popular, pero eso no justifica el intento de querer llevar adelante su gobierno en base a DNU o Ley Ómnibus, que solo buscan solapadamente instalar un cambio constitucional en la Argentina. “Dentro de la ley todo, fuera de la ley nada”, una frase de Juan Perón que hizo propia por estos tiempos el mandatario nacional, loca ironía del destino que justo haga uso de la misma alguien que quiere gobernar de espaldas al Congreso. “No llores por mí Argentina”, ojalá estemos a tiempo para poder evitar que eso suceda…

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