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No levanta: Newells volvió a jugar mal y solo rescató un punto ante un muy flojo Aldosivi

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Newells visitaba el Minella con la necesidad de cambiar el magro partido que hizo el equipo de Fabbiani frente a Banfield, donde no solo perdió el cotejo sino dejo un “mar de dudas” sobre el funcionamiento del equipo y expuso, como nunca antes, malas decisiones del entrenador leproso. Para cambiar la imagen a la lepra le urgía jugar de otra manera, volver a las fuentes de la línea de cuatro y jugar con un 5 que le diera contención y equilibrio a la mitad de la cancha.

Newells jugó un primer tiempo muy chato en Mar del Plata, ante un rival que lo invitaba a arriesgar en la búsqueda del triunfo. A pesar de las facilidades del conjunto de Charlier, la lepra no generó tanto peligro como debía, solo las subidas de Alejo Montero por la derecha eran un arma bien explotada por el rojinegro en ese tramo del cotejo. Un gol anulado a Maroni (por offside de Orozco) y un cabezazo de Ángelo Martino que se fue cerca del palo de Carranza, fueron las dos únicas jugadas para rescatar de la pobre estadística de la etapa.

Aldosivi fue un manojo de intenciones, un equipo con muy poco fútbol, pero con excesiva pierna fuerte, que no recibió demasiado castigo por parte de un permisivo Felipe Viola, que tardó demasiado tiempo en sacar tarjetas amarillas. Situaciones de riesgo para el local, casi nada se puede contabilizar en la bitácora de ataque del Tiburón, quizás un remate de Serrago desde afuera del área que fue contenido a duras penas por el debutante Espínola.  Mención aparte para el portero paraguayo que se mostró muy sólido en las pelotas aéreas que llegaron sobre su arco.

El pitazo del árbitro mandó al vestuario a dos equipos que poco entregaron en el juego, el empate transitorio fue un resultado justo porque nadie sobresalió demasiado en el desarrollo del trámite, aunque la lepra pareció tener mejores herramientas para merecer llevarse la victoria. El Ogro Fabbiani estaba obligado a trabajar en el entretiempo para modificar la actitud de sus dirigidos y para aprovechar, sobretodo, un rival que se presentaba por demás ganable.  

El complemento fue una continuidad de lo hecho por Aldosivi y Newells en la primera parte del encuentro, aunque sea para la vista del espectador, hubo mayor movilidad de los protagonistas y el partido se hizo más mirable. La lepra dispuso más tiempo de la pelota, aunque nunca el rojinegro pudo plasmar en el campo ese control del juego.

Con un mal partido de Maroni, un flojo desempeño de Herrera, un inentendible ingreso de Chiaverano (convertido en un capricho recurrente del DT), el destino de Newells solo dependía de alguna iluminación de Banega o de algún arrebato ofensivo de Alejo Montero, de lo mejor de la lepra en el cotejo. El rojinegro también tiene una carencia evidente en el ataque en donde el paraguayo, Cocoliso González, desnuda – jugada tras jugada – sus enormes limitaciones y muchas torpezas al momento de definir las pelotas que pasan cerca de su persona.

Se fue el partido y el empate fue mas un castigo que un premio para ambos equipos, Newells volvió a quedar en deuda, jugo otro cotejo para el olvido, y lo mas grave que Fabbiani se guardó tres cambios que podrían haber modificado en algo una actuación muy discreta. La lepra rescató un punto en Mar del Plata ante un muy débil rival, lo que deja nuevamente entre los hinchas leprosos el gusto amargo de que el envión futbolístico logrado por el Ogro desde su llegada, parece ir deshilachándose, encuentro tras encuentro. Faltan tres fechas para el clásico, estación bisagra para el futuro del rojinegro y su DT. Fabbiani deberá dejar de análisis tanto futbol en Instagram y ocuparse de lo importante, devolverle a Newells el protagonismo que necesita y que de 2la talla” de poder hacerlo.

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