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Newells perdido en su propio mal presente: La derrota ante Barracas instaló nuevamente un clima de “fin de ciclo”

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La nochecita del viernes recibió a los hinchas leprosos ocupando las tribunas del Marcelo Bielsa, en el partido después a la derrota clásica el clima no era de lo mejor en el Coloso y la presión se cortaba por si sola en el aire. Newells estaba obligado a ganar como dé lugar, el rival, Barracas Central se convertía en un difícil escollo para un equipo debilitado en lo anímico y muy cuestionado en lo futbolístico. La lepra y el DT Fabbiani rendían un duro examen ante su gente, el resultado del encuentro iba a marcar la continuidad de la historia.

El primer tiempo estuvo signado por la falta total de ideas de ambos equipos, que ante un dibujo táctico similar no se sacaban ninguna ventaja. Pobres primeros 20 minutos del rojinegro con pequeños destellos de Banega, arrebatos personales de Maroni (los silbidos acompañaron a cada una de sus primeras apariciones) y arriba muy poco de Benedetto y González.

Hasta que en una carga ofensiva del rojinegro desde derecha donde un impecable centro de Banega encontró la testa de Cocoliso González que esta vez sí le acertó al arco de Ledesma para señalar el 1 a 0. El gol leproso generó un desahogo en las tribunas y sirvió de paso para descomprimir un poco tanto clima enrarecido.

Luego del tanto local, el equipo de Fabbiani pareció amigarse con el trámite, si bien no lastimó demasiado en ataque, no pasó demasiados sobresaltos en defensa, solo un remate desde afuera del área de Insua obligó a una buena respuesta de Espínola para evitar el tanto de la visita. Por el lado local dispuso de un par de buenas contras, muy mal terminadas ambas por el propio Maroni.

El partido se consumía cuando a los 45 un disparo de Bruera se desvió en el camino en un defensor rosarino y descolocó al portero leproso para marcar el empate. El 1 a 1 fue un golpe duro para el alicaído optimismo de la lepra y los dirigidos por Fabbiani se fueron al vestuario inmersos en un rumor de evidente inquietud de los hinchas y en las dudas que le generó ese gol sobre el epílogo de la etapa. Barajar y dar de nuevo era la necesidad del rojinegro para el segundo capítulo del cotejo.

El complemento fue todo cuesta arriba para la lepra, el equipo no levantaba en su juego y para colmo, Barracas le empezó a manejar los tiempos de las acciones, hasta que a los 13´ una mano de Lucas Sosa en el área leprosa- el Var y Mastrangelo hicieron el resto – para otorgarle un penal a la visita, que Iván Tapia – desde los 11 pasos – canjeó por gol. El 2 a 1 en contra lo desordenó demasiado a Newells y Fabbiani aportó más confusión desde el banco metiendo tres cambios sin mucho sentido, uno tras otro, haciendo entrar a la cancha a Reggiardo, Acuña y Orozco.

Del resto del partido solo se puede agregar que Newells fue un total desconcierto, para colmó el arbitró colaboró mucho para ello, cortando permanentemente el juego y siendo por demás permisivo con Barracas Central. El pitazo final de Mastrangelo consumó un nuevo traspié para la lepra, que sintió mucho el impacto de la derrota clásica que lo hace transitar por un momento muy complicado, ya que el equipo no levanta, el técnico, por su parte, perdió su ángel y en las tribunas volvió a hacerse escuchar el hits que marca cada fin de ciclo: “el que se vayan todos” se hizo oír fuerte.

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