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Newells jugo un gran partido, pero perdió increíblemente con River porque casi siempre en el fútbol los caprichos se pagan caros

Newells perdió uno de esos partidos que es difícil de explicar las razones que desembocaron en la derrota, que se empezó a consumar desde el momento en que ambos entrenadores decidieron recuperar energías con los cambios. Demichelis movió adecuadamente el banco y le entregó al equipo en el complemento las “piernas frescas” y el oxigeno mental para establecer una mejor predisposición dentro del campo de juego.

Heinze por el contrario se guardó dos cambios, una mala decisión a sabiendas que el colombiano Mosquera no podía con su alma y Sforza disputó la segunda etapa con muy poco resto físico. Se imponían los ingresos de Esponda y Méndez para devolverle el equilibrio al equipo, sobretodo en la mitad de cancha, pero el técnico hizo caso omiso de los que todos se daban cuenta en el estadio Marcelo Bielsa. Moraleja innegociable del futbol: “los caprichos casi siempre se pagan caro”, esta vez lo padeció la lepra par sufrir una derrota que duele mucho a los hinchas por las formas en la que se dio la misma.

El vertiginoso andar del fútbol argentino llevaba a Newells a tener que hacer frente a otro riesgoso compromiso, la resonante victoria del rojinegro en el Cilindro de Avellaneda no permitía detener su marcha para el disfrute, porque el puntero del torneo, River se asomaba en su horizonte como una prueba más que debía sortearse en el camino de su crecimiento. En la previa pintaba como un “partido chivo” con pronóstico reservado para las expectativas del local.

El arranque del cotejo tuvo actitudes similares en ambos equipos, la presión permanente sobre la salida del rival era una estrategia calcada en leprosos y millonarios. A los 4’ Newells se acercó con peligro al arco de Armani tras una buena combinación entre Pérez Tica y Gómez, que terminó con un centro atrás de este último que Ferreira no pudo conectar correctamente desde la puerta del área y su remate se fue arriba del horizontal de la portería visitante.

La lepra cubría bien los espacios y mantenía a River maniatado en sus intenciones. El millonario estaba incomodo por el planteo del rojinegro, los primeros 15 minutos mostraban al local mejor parado en la cancha y a la visita costándole demasiado hacer pie en el césped. Promediando la etapa, el partido se emparejo porque River empezó a manejar mejor el balón en la zona central del campo. El encuentro entro en una zona gris donde ninguno de los dos equipos podía tener supremacía en el trámite del juego. Se fueron al vestuario repartiendo errores y aciertos. El empate era un resultado justo ya que la dinámica y la permanente presión que plasmaron tanto Newells como River dentro del campo no permitió que se sacaran demasiadas ventajas.

El complemento mostró la misma tesitura de la etapa inicial, Newells asumiendo el protagonismo y River intentando aprovechar algún descuido del local para arrimar peligro al arco de Hoyos. A los 11´ Iván Gómez estuvo a punto de abrir el marcador cuando su remate reventó el travesaño cuando estaba Armani totalmente derrotado.

La lepra a partir de esa jugada empezó a sentir el trajín de los sucesivos partidos, solo Gómez daba pelea en la mitad de la cancha, Sforza quedaba siempre a mitad de camino porque físicamente no tenia respuestas para mantener equilibrado al equipo. River puso a Barcos y con una mayor dinámica por los cambios se hizo de la pelota y empezó a arrimarse con peligro al reducto leproso.

Lo pudo ganar Newells cuando un centro de Brian Aguirre encontró la cabeza y el hombre de Recalde y el balón se fue cerquita del parante derecho del arco millonario. Pero hasta ahí llegaron las energías de Newells, el millonario se hizo dueño de la iniciativa gracias a poder contar con mas oxigeno en sus jugadores. El final del partido fue una crónica anunciada de lo que iba a ocurrir sobre el final del cotejo, tiro libre frontal que fue mal ejecutado y que permitió que River en una contra encontrara al local muy desordenado para que Solari convirtiera lo que seria a la postre el único gol del partido.

Newells jugo muy bien por momentos, tuvo actitud en sus jugadores pero a veces en el futbol con eso no alcanza, también los rendimientos en el campo de juego tienen que ir acompañados de buenas decisiones afuera, ahí también se pueden encontrar las razones y los justificativos para un resultado, algo de eso le paso a la lepra en la noche otoñal del domingo para que la multitud que se acerco al Coloso se vaya masticando bronca y no es para menos que así sea…

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