Newells debutó ganando en la Copa Sudamericana gracias a “un gol agónico” y jugando un partido que fue “un verdadero dolor de ojos”
Newells viajó a Chile con el compromiso de mejorar la pobre imagen que había dejado frente a Estudiantes, donde cayó de manera categórica brindando una de las paupérrimas actuaciones de mucho tiempo a esta parte. La lepra tenía en el debut de la Copa Sudamericana una oportunidad para empezar a cambiar los cuestionamientos que se generaron alrededor de la mala performance en La Plata.
La primera etapa transcurrió atravesada por la apatía futbolística que mostró Newells en el campo de juego. Inconexo en sus líneas, con poca presencia en la mitad de la cancha que se veía agravada por la falta de participación de Ferreyra, el único jugador del rojinegro con capacidad para generar fútbol. Estando él ausente, para la lepra acercarse al arco de Ahumada se convirtió en una tarea casi imposible.
Audax Italiano fue quien dispuso de las oportunidades más claras de gol, una cuando a Michael Fuentes le tapó una clarísima situación el arquero Hoyos, un disparo de Nicolás Fernández que se estrelló en un palo y un cabezazo de Gonzalo Sosa que se fue cerquita del parante izquierdo de Newells.
La situación más peligrosa fue también para el local cuando a los 38 minutos, tras una gran jugada de Gabriel Hachen, la pelota le quedó a Gonzalo Ríos quién dentro del área remató al arco y Facundo Mansilla llegó a taparlo con lo justo. Se fueron al vestuario en tablas, aunque la lepra fue el que más quedó en deuda con el encuentro porque jugó mal de principio a fin.
En el complemento ambos equipos llegaron muy pocas veces, pero Newell’s tuvo la más peligrosa a los 28 minutos por intermedio del colombiano Willer Ditta estuvo muy cerca de abrir el marcador para la lepra con un cabezazo contuvo de manera magistral el arquero Tomás Ahumada. Solo Brian Aguirre mostraba atrevimiento para intentar cambiar el destino del partido.
Cuando parecía que el encuentro finalizaba en empate sin goles, por la falta de jerarquía de ambos equipos. A Newells le salió el golpe de final golpe del final cuando Ramiro Sordo comandó desde la banda izquierda un ataque asistencia a Brian Aguirre, quien definió de zurda para señalar el 1 A 0 para convertir el 1-0 y desatar un desahogo interno y una alegría para los muchísimos hinchas leprosos que lo acompañaron en Rancagua.
Newells ganó sin sobrarle nada, jugando mal en muchos pasajes del cotejo y haciendo que el partido fuese un verdadero “dolor de ojos”. Un triunfo que sirve para romper la racha jugando de visitante y lo primordial es que este resultado puede servirle para retemplar los ánimos para enfrentar el partido más importante que tiene por delante en esta parte del año. El clásico está a la vista, Heinze y sus jugadores saben muy bien lo que está en juego, nada más y nada menos que el futuro inmediato y la continuidad del proyecto futbolístico. Así de impiadoso es el futbol en la pasional Rosario…