Mística ricotera: Skay se presentó en Rosario ante una multitud para repasar su carrera solista
Skay Beilinson, el mítico guitarrista de los Redondos, se presentó en la noche del sábado en Rosario ante una multitud que lo recibió en el salón Metropolitano, donde durante más de dos horas repasó su repertorio solista.
El show comenzó a las 22 cuando se apagaron las luces del predio y Skay hizo su ingreso al escenario, donde recibió la ovación de los miles de presentes y dió inicio al recital con el quinto tema de su tercer disco, “Arcano XIV”.
De esta manera se dio inicio a un show en el que más de dos mil personas de distintos puntos del país corearon las canciones del excompañero del Indio Solari.
Con una carrera solista ya consagrada y siete discos editados, Skay cambió los pedidos de su público en sus inicios, quienes años atrás imploraban por una posible reunión de su antigua banda, separada en el 2002, por un apoyo total sobre sus nuevas creaciones.
De esta manera “el Flaco” interpretó un total de 23 temas, entre los que se destacaron “El Gólem de la Paternal”, “¿Dónde estás?”, “Ya lo sabés”, y “En el camino”, entre otros.
Aún así, el concierto tuvo su segmento ricotero cuando guitarrista oriundo de La Plata tomó su ya tradicional Gibson SG y tocó primero “Jijiji”, más tarde “Criminal mambo” y remató sobre el final con “Todo un palo”.
El recital finalizó con “Callejón”, y a continuación el público se retiró por el parque Scalabrini Ortiz, momento en que se dio un divertido cruce entre el público de Skay y fans de Lali Espósito, que acampan frente al mismo lugar esperando por la estrella pop, que se presentará esta noche en el mismo lugar.
Su trayectoria
Eduardo “Skay” Beilinson es oriundo de La Plata, su relación con la música comenzó desde su juventud cuando creó junto a sus pares La Cofradía, un grupo del que luego nacería Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, la icónica formación que encabezó junto al Carlos “El Indio” Solari.
A su vez, la infancia de Skay tuvo grandes influencias que lo alentaron hacia el arte y en particular la música.
En ese sentido, se sabe que cuando tenía 16 años, Skay fue deportado en pleno Mayo Francés, por lo que debió dirigirse a Londres, algo que devino en una de sus grandes influencias que lo marcaría a lo largo de toda su vida artística: ver a Jimi Hendrix en vivo en pleno auge de la cultura hippie.