“Los hermanos Macana”: Crónica de una historia plagada de corrupción y de total desprecio hacia los que menos tienen

No forman parte de un dibujo animado de fines de los sesenta, ni tampoco son esos dos trogloditas que conducían el Rocomóvil – el auto hecho de piedra gigante -y que para poder impulsarse le pegaban garrotazos al coche o se golpeaban entre ellos. La historia tiene casi nada de risueña, porque está mucho más emparentada con el dolor cotidiano que viven los argentinos, a los cuales cada vez más le cuesta más llegar a fin de mes. “Solo se trata de vivir” cantaría Litto Nebbia o mejor dicho de sobrevivir en un contexto absurdamente impiadoso que ha impuesto, sin ningún tipo de reparos, el régimen de turno.
No solo de “motosierra” se alimentan Milei y su hermana, “The Milei brothers” disfrutan – a su particular manera – de la destrucción sistemática del Estado, representan muy bien esos “topos” que llegaron para finalmente acabarlo, algo hay que reconocerle al presidente, “no nos mintió ni un ápice” cuando bien nos alertaba en campaña sobre la gran maldad que traía consigo. Porque quizás el déficit fiscal cero fue una retórica y “bonita” fachada para ocultar el verdadero objetivo buscado al llegar a la presidencia: “enriquecerse” a cualquier costo, sin importar las formas y los medios, en ese rubro están cumpliendo al “pie de la letra” con el meticuloso plan trazado.

Pero el “binomio Milei” no está solo en los caminos de esta tarea destructiva, porque muy lejos de luchar contra la “Casta”, como lo habían prometido y jurado oportunamente, llegaron al poder acompañados de la peor calaña dirigencial, hasta podemos – irónicamente – personificarlos con los más malvados personajes de “Los Autos Locos”, por eso no nos sorprendería ver a un Pierre Nodoyuna (Sturzenegger) y Patán (Luis Caputo) haciendo de las suyas a bordo de su “Máquina Malévola”, en el ministerio de Economía.
Y por el Congreso, blindando la impunidad reinante y recorriendo cada recinto de la Cámara de Diputados en su Antigualla Blindada, nos topamos con Mafio (Martín Menem) y sus pandilleros, reclutando a su paso a los “héroes legisladores” que colaboran a tapar todos los chanchullos que ellos mismos generan. Solo basta recordar a la empresa de la familia Menem y sus contratos turbios con el Banco Nación sabiendo que eran totalmente incompatibles desde lo ético. La gigantesca criptoestafa “Libra”, estando aun en ciernes su debida investigación, los contratos truchos de los “jugadores de rugby” en Capital Humano y ahora el dislate corruptivo en la Agencia Nacional de Discapacidad con coimas millonarias de parte de Laboratorios en favor de Karina Milei. “Y otro roba en su ambición”, reza la letra de Cambalache y este gobierno parece tener grandísimas dosis de ello.

Mientras el gobierno ha elegido el camino del “silencio estampa” para capear el mal momento y para no tener que dar algún tipo de respuesta por el escándalo en Discapacidad, la Justicia – que siempre ha actuado con sospechosa lentitud cuando se trata de temas relacionados con la política – esta vez está obligada a entregarnos -como un enorme gesto de grandeza – un actuar inmediato, para así poder llegar hasta las últimas consecuencias de este enorme caso de corrupción que se ha descubierto. Los argentinos de a pie se merecen saber toda la verdad y los legisladores por su parte, están también obligados a no ser cómplices del poder de turno y actuar en consecuencia para contribuir a castigar a los responsables. Parece una utopía intentar pedir por responsabilidad institucional y transparencia en un país donde parece regir con absurda naturalidad, la ley del “todo vale”. Por esa razón todos los sucesos dolosos descriptos anteriormente cobran mucho sentido y más aún sabiendo que nos gobiernan “Los Hermanos Macana” y lamentablemente para nuestro pesar, no resulta eso ser ya, ningún chiste…