La OPS lanzó un instrumento de evaluación rápida ante la violencia sexual
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) presentó una herramienta de evaluación rápida diseñada para optimizar la calidad de la atención médica a mujeres sobrevivientes de violencia sexual en la región de las Américas.
Ante los persistentes altos niveles de violencia –se estima que una de cada tres mujeres en la región ha sufrido violencia física o sexual-, este instrumento basado en evidencia ofrece al sector de salud pública un mecanismo práctico para evaluar sus servicios en clínicas y salas de emergencia.
Su objetivo principal es identificar brechas críticas en la atención posterior a una violación y fortalecer la respuesta del personal.
El sector salud como “salvavidas”
La nueva herramienta permitirá a los países traducir los compromisos regionales en mejoras concretas, midiendo la capacidad de los servicios para responder a las necesidades de las sobrevivientes.
“Cada mujer y niña que ha sido agredida sexualmente merece atención de salud oportuna, sensible e integral”, señaló Britta Baer, asesora de la OPS en Prevención de la Violencia y Lesiones. Baer destacó que los sistemas de salud actúan como “salvavidas” cuyas acciones pueden restaurar la dignidad, prevenir traumas de por vida y romper el ciclo de la violencia.
La herramienta se desarrolló con el apoyo del Gobierno de Canadá, a solicitud de los Ministerios de Salud que buscaban un instrumento práctico para monitorear el progreso y mejorar los servicios con recursos limitados.
Adaptada a la realidad de América Latina
Esta herramienta, la primera de su tipo, fue diseñada inicialmente en español y adaptada a la realidad operativa de los servicios de salud en América Latina. Se basa en directrices clínicas de la OMS y se enfoca en los elementos centrales de la atención oportuna y compasiva, fundamental para prevenir embarazos no deseados, VIH e infecciones de transmisión sexual.
El instrumento ya fue pilotado con éxito en seis países: Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, Honduras y Perú. Esta colaboración cercana con los Ministerios de Salud aseguró que la herramienta refleje las realidades locales, garantizando su relevancia y adaptabilidad a diversos contextos.
Al ayudar a los servicios a garantizar la privacidad, el consentimiento informado, y la conexión con otros servicios, la herramienta facilita la generación de datos cruciales para mitigar las consecuencias de la violencia sexual y asegurar que las mujeres accedan a una atención de calidad y basada en el respeto.
