La desigualdad en América Latina agravó la letalidad de la Covid-19, según Amnistía
América Latina representó el 28% de las muertes por Covid-19 a nivel global pese tener el 8,4% de la población mundial, una desproporcionalidad agravada por la mayor desigualdad socioeconómica y el menor gasto público en salud en la región, concluyó un informe de Amnistía Internacional presentado este miércoles.
El trabajo, titulado “Desigual y letal” y realizado en conjunto con el Centro por los Derechos Económicos y Sociales, concluye que los países con mayor desigualdad y menor gasto público en salud fueron los que más sufrieron durante la pandemia.
Asimismo, marca que los efectos devastadores recayeron en los grupos históricamente marginados, tales como las mujeres, los pueblos indígenas y las personas afrodescendientes, entre otros.
“La Covid-19 nos dejó una dolorosa lección: la profunda desigualdad socioeconómica en las Américas agravó las consecuencias de la pandemia. Es fundamental reconsiderar las políticas públicas vinculadas a la salud y a la protección social basándose en los derechos humanos para evitar futuras adversidades en nuestra región, la más desigual del mundo”, señaló Mariela Belski, directora ejecutiva de la oficina local de Amnistía Internacional.
“Los gobiernos de América Latina y el Caribe, incluido el de Argentina, deben aumentar el gasto y asegurar una implementación eficaz de las políticas sanitarias”, añadió.
El informe subraya que los países más desiguales de la región como Perú, México, Brasil, Chile, Colombia y Paraguay son los que tuvieron las mayores cifras de muertes por coronavirus cada millón de habitantes.
Entre las recomendaciones, las organizaciones exigen a los Estados cumplir con la meta de invertir al menos un 6% de su PBI en salud, tal como lo establece la Organización Panamericana de Salud (OPS).
“Argentina invierte el 6% de su PBI en gasto público en salud, lo cual es positivo en comparación con el resto de los países de la zona. A pesar de ello, uno de cada cuatro pesos argentinos en salud proviene de los ingresos y ahorros de familias argentinas“, apuntó el trabajo.
En ese sentido, otra recomendación general a los países de la región es adoptar impuestos a la riqueza y fortalecer la progresividad del impuesto a la renta, así como también fortalecer la lucha contra la evasión fiscal.
“Para esto (los Estados) deben organizar su política fiscal, tanto de recaudación como de gasto, de una manera progresiva que reduzca significativamente la desigualdad socioeconómica y la discriminación en el acceso al derecho a la protección social, así como a otros derechos humanos que son determinantes sociales de la salud”, indicó el documento.