La Casa Gris y “su juego de tronos”: El invierno de la gestión de Pullaro
La sabiduría popular de la historia de “Game of Thrones”, reza que “cuando juegas al juego de tronos, ganas o mueres; no hay término medio”. Hay una vieja lección sobre el poder que trasciende la ficción y aplica perfectamente a la realidad de Santa Fe: el trono nunca es un asiento cómodo. Quien se sienta en él Sillón del Brigadier López debe estar siempre alerta, porque las realidades que forjaron el triunfo de “Unidos” pueden volverse en contra. Maximiliano Pullaro asumió con una “supermayoría” inédita, una legitimidad de más de un millón de votos que parecía ser una armadura impenetrable, pero a casi dos años de aquella coronación, la coraza del mandatario muestra grietas y el frío de la realidad política ha comenzado a calar en los huesos de la gestión.
La máxima metafórica: “el invierno se acerca”, después del contundente traspié electoral padecido en las intermedias nacionales, ha dejado de ser una vaga advertencia para convertirse en un clima de época en la provincia. Y este frío no viene solo del recorte de fondos nacionales, sino del frente interno, donde los antiguos aliados y las fuerzas vivas del Estado empiezan a mostrar inocultables señales de disidencias con el centro del poder provincial.

La rebelión de los gremios
En cualquier gobierno, la paz depende de mantener el equilibrio con quienes mueven los engranajes de la sociedad. Pullaro decidió, en cambio, abrir múltiples frentes de batalla simultáneos, una estrategia audaz que amenaza con dejarlo demasiado aislado en lo que resta de su mandato.
La disputa con los docentes y los estatales ya no es solo una discusión salarial; se ha transformado en una guerra de desgaste. La reforma previsional fue la primera gran herida: necesaria para las cuentas, quizás, pero costosa en lealtad de la sociedad. El “presentismo” y los “descuentos” han roto el necesario contrato social con las bases, generando un malestar silencioso que se acumula en las aulas y en las oficinas públicas. “No se puede gobernar indefinidamente con la docencia y la administración pública en contra“, advirtió un reconocido dirigente gremial a este medio. .
Pero el desafío escala aún más cuando el gobierno involucra en sus arremetidas a dos importantes sindicatos de servicios de Santa Fe. La tensión con Luz y Fuerza y con los trabajadores de Obras Sanitarias es un juego peligroso. Al intentar tocar los resortes internos de la EPE y ASSA, el gobernador se enfrenta a corporaciones que tienen la capacidad técnica y política de “apagar la luz” o frenar el suministro de agua, alegórica y literalmente allí está el gran “riesgo que corre” el gobierno. Son gremios históricos, acostumbrados a permanecer mientras ven pasar a gobernadores. Enfrentarlos requiere de una precisión quirúrgica que la gestión, en su ímpetu reformista, no tiene, porque a veces parece demasiado obstinado en cambiar la requerida estrategia del consenso, por el innecesario golpe de martillo.
Las grietas en la propia Casa
Como en las grandes historias de intrigas palaciegas, el peligro no siempre está en los extramuros. La coalición “Unidos” nació para conquistar el poder, pero administrarlo es otra historia muy distinta. Lo que al principio era una mesa redonda de socios (radicales, socialistas, PRO), hoy empieza a parecerse a un banquete lleno de recelos y conspiraciones .

Los socios políticos del gobernador observan con incomodidad la concentración de decisiones. El socialismo, pieza clave de la estructura, empieza a marcar diferencias, temiendo quedar pegado a un estilo de conducción que consideran demasiado verticalista y confrontativo. El “partido de la rosa” comenzó a incomodarse a causa de ciertas formas o actitudes del “pullarismo” puro, especialmente, con el manejo de la justicia. Si la alianza se fractura, Pullaro perderá su escudo legislativo, y el mandatario que se mostraba – hasta hace muy poco tiempo- , como “todopoderoso”, podría quedar a merced de la intemperie institucional.
El mandatario en su laberinto
Pullaro se encuentra en una delicada encrucijada gubernamental, porque creyó que el volumen de votos obtenidos en el 2023 le otorgaba un cheque en blanco para reformar el Estado a su imagen y semejanza, sin preocuparse en medir que -con cada recorte y cada reforma que implementaba -, creaba nuevos enemigos.
El Sillón de la Casa Gris, al igual que aquel trono de hierro de la leyenda, está hecho de filos y es incómodo por diseño. Hoy, con los gremios estatales en pie de guerra, los servicios públicos en tensión, sus propios aliados midiendo distancias y el vínculo con su vicegobernadora en un inocultable freezer, el gobernador descubrió lo que significa la soledad del mando. El poder no reside en el título ni en los votos obtenidos, sino en la capacidad de mantener las alianzas cuando llega el invierno. Y en Santa Fe, a pesar que se esfuercen en maquillar el presente, el termómetro político indica que la temperatura, está bajando demasiado rápido.
