Ketanji Brown Jackson juró como la primera jueza negra de la Corte Suprema de EEUU
Ketanji Brown Jackson juró como nueva jueza de la Corte Suprema de Estados Unidos y se convirtió en la primera mujer negra que desempeñará este cargo, en sustitución del juez progresista Stephen Breyer, que acaba de jubilarse.
“Acepto la solemne responsabilidad de apoyar y defender la Constitución de Estados Unidos y administrar justicia sin temor ni favor, con la ayuda de Dios”, señaló en un comunicado tras asumir el cargo, según la cadena CNN.
La nueva magistrada agradeció a sus colegas “por su cálida y amable bienvenida”, y especialmente a Breyer, quien dijo que ha sido su “amigo personal y mentor” en las últimas dos décadas.
El presidente de la Corte Suprema, John Roberts, fue el encargado de tomar el juramento constitucional a Jackson, mientras que Breyer se encargó de administrar el juramento judicial a la que fuera su antigua ayudante.
Jackson, de 51 años, será la sexta mujer y la tercera persona negra en ser juez de ese tribunal. El afroamericano Thurgood Marshall integró la corte entre 1967 y 1991 y fue sucedido por Clarence Thomas, de 73 años, quien permanece en el puesto.
Una decisión histórica
El Senado de Estados Unidos confirmó en abril su nombramiento, una decisión histórica prometida por el presidente Joe Biden durante la campaña electoral. En ese momento, 53 senadores votaron a favor, entre ellos 3 republicanos, y 47 en contra.
La relevancia de este nombramiento vitalicio, el primero realizado por Biden, es clave para que el oficialismo pueda garantizar un cierto equilibrio de poder en la Corte Suprema, que se vio alterado en la presidencia del republicano Donald Trump (2016-2020) cuando pasó a tener una mayoría conservadora de seis de los nueves jueces que la integran.
Su llegada se da casi una semana después de la polémica decisión de la Corte Suprema de revocar el fallo Roe vs. Wade, que desde 1973 garantizaba el derecho al aborto en el país.
Además, el máximo tribunal limitó hoy las posibilidades del Gobierno federal para controlar la emisión de gases de efecto invernadero, una decisión que cercena la capacidad de la Casa Blanca para luchar contra el cambio climático.
“Han hecho falta 232 años y 115 nombramientos previos para que una mujer negra sea designada para servir en la Corte Suprema de Estados Unidos, pero lo hemos conseguido, todos nosotros”, dijo Jackson en abril tras su confirmación por parte del Senado.
“Y nuestros hijos me dicen que ahora ven, más que nunca, que aquí en Estados Unidos todo es posible”, agregó entonces.
Jackson fue designada para reemplazar a Breyer, de 83 años, después de que éste anunciara en enero su jubilación para mediados de año.
El magistrado, nombrado en 1994, dio el paso tras meses de una intensa campaña que exigía su renuncia antes de los comicios legislativos de noviembre, cuando el oficialismo podría perder el control de la Cámara alta -encargada de validar los nombramientos- y, en consecuencia, la oportunidad de nombrar otro juez progresista.
Jackson era magistrada de la Corte Federal de Apelaciones de la ciudad de Washington, considerado el segundo tribunal más importante del país y una plataforma para ascender al Supremo.
La jueza, una graduada de Harvard que trabajó para Breyer y se desempeñó como asistente del defensor público federal, fue nominada el año pasado a su actual cargo por el propio Biden.