Interna libertaria: Crece el malestar de un sector del Gobierno con Nicolás Posse
En poco más de cinco meses de gestión, el presidente Javier Milei movió varias fichas del organigrama del Estado, y sin que le temblase el pulso, redujo ministerios y corrió a funcionarios que incluso el mismo designó.
“Si no estuviese conforme los hubiera echado”, repite al ser consultado sobre la tarea de sus colaboradores. Sucedió con secretarios, directores y ministros, y en algunas oficinas prometen que la sangría no va a parar.
En pleno desafío por la sanción de la Ley Bases y del paquete fiscal, hay un sector de la administración libertaria que mira con recelo al jefe de Gabinete, el ingeniero Nicolás Posse.
Al igual que el Presidente, Posse rompió el molde al presentarse como un jefe de Gabinete que no da entrevistas, no oficia de vocero, ni encabeza las reuniones políticas para destrabar las negociaciones en el Congreso.
Por el contrario, tiene un pacto personal con el mandatario para no levantar el perfil, dedicarse de lleno a gestionar, y trabajar desde las sombras, casi sin alzar la voz, a un ritmo que a algunos integrantes del Gobierno parece no conformar.
Según supo la agencia Noticias Argentinas, existe cierto malestar en un sector de los libertarios con el funcionario que, en las últimas semanas, perdió facultades y presupuesto que fueron rápidamente absorbidos por la Secretaría General de la Presidencia.
A pesar de ser el mayor garante de la motosierra en su área y de las coincidencias en el éxito del ingeniero en la actividad privada y en su destacada inteligencia, le cuestionan los tiempos en la gestión y la falta de intervención en las negociaciones para obtener las medidas económicas correspondientes al programa libertario.
“Las designaciones son una pelotudez, firmas y listo. Hay ministerios en los que la gente está nerviosa porque no solo no tiene la designación sino que falta la estructura. Los cambios de gobierno son complejos en general, pero en tres meses se suele regularizar, y nosotros llevamos vamos cinco”, cuestionaron altas fuentes ante la falta de designaciones en las carteras que tiene decenas de trabajadores sin nombrar ni cobrar.
Ante la premisa respaldada por la Constitución Nacional que detalla que las funciones del jefe de Gabinete, órgano no electivo, son coordinar las tareas de las distintas áreas y oficiar de nexo con el Poder Legislativo, hay un sector de la mesa chica de Milei que asegura que los objetivos de la administración de Posse “no se están cumpliendo”.
Un integrante del entorno del mandatario jura que el jefe de Gabinete está al tanto de la advertencia, y que incluso fue el propio Milei el que lo alertó de su disconformidad. “Es hiper inteligente. Ha manejado gente toda la vida. Es un tipo de primera línea, pero es muy raro que haya decidido no hablar”, lo califican por los pasillos de Casa Rosada.
Existen quienes incluso van más allá y fantasean con disolver su estructura en una apuesta mayor, una acción que implicaría impulsar primero una reforma constitucional debido a que la Jefatura de Gabinete fue incorporada a la Administración Pública Nacional en la reforma de la Carta Magna 1994.
Lo cierto es que desde el entorno del titular de ministros aseguraron que la relación con el mandatario es muy buena y que incluso piensan igual, es decir que, tras años de amistad -se conocen de la Corporación América, el holding de empresas de Eduardo Eurnekian- desarrollaron una sintonía tal que Posse logra condensar la forma de pensar de Milei.
Además, especificaron que su rol se ajusta estrictamente a la gestión, y que, en un esquema de ministerios reducidos, cada cual cumple su función: el de Posse es gestionar. Como es notorio, remarcaron que la rosca política y la negociación con las fuerzas opositoras descansa sobre las espaldas del ministro del Interior, Guillermo Francos, mientras que el segundo de la Jefatura, José Rolandi, y la secretaria de Planeamiento Estratégico, María Ibarzabal Murphy, están a cargo de los detalles técnicos de los proyectos.
Tras rumores de malestar con Karina Milei, aseguraron que el jefe de ministros conoce a la perfección la influencia de la secretaria sobre su hermano, por lo que no cuestiona sus decisiones. También revelaron que, en más de una oportunidad, compartieron encuentros a solas y atribuyen los trascendidos a operaciones del PRO.
“A Posse no le interesa hacer carrera. Es de otro palo y solo está en ese lugar por fidelidad y alineamiento con Javier”, admitieron desde su círculo, en uso del atributo que se le cuestiona: su “falta” de alineación.
Similar al sistema clasificatorio que utiliza el Presidente para encasillar a los miembros de su Gabinete entre “halcones” y “palomas”, etiquetas que evitó aplicar sobre su jefe de Gabinete, en la administración libertaria hacen lo propio, pero entre las categoría “alineados” y “no alineados”. Para algunos miembros del circulo rojo, Posse integra el grupo de los últimos junto a la canciller Diana Mondino.
“El tiempo es de Dios, suele decir el Presidente. La vida es así”, sostuvo un importante funcionario respecto al futuro de Posse y su equipo, al que algunos le auguran una salida anticipada del Gobierno.